Salud Vascular: Circulación Sanguínea, Shock y Prevención de Varices

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La Circulación Sanguínea: Función y Regulación

La circulación es el mecanismo vital que permite a todos los tejidos del organismo recibir los elementos nutritivos necesarios para realizar sus procesos metabólicos y, simultáneamente, eliminar las sustancias de desecho. Su objetivo es triple:

Objetivos Fundamentales de la Circulación

  • Hemostasia: Mantener la circulación (permitir que la sangre fluya de forma continua) mediante dos sistemas interconectados:
    • Sistema de coagulación: Forma coágulos ante la rotura de un vaso para evitar la pérdida de sangre.
    • Sistema fibrinolítico: Elimina los coágulos intravasculares inoportunos, manteniendo la permeabilidad de los vasos.
  • Hacer variar el volumen y la distribución de la sangre circulante según las necesidades específicas de cada parte del organismo.
  • Controlar la presión arterial, la cual depende de factores clave como el gasto cardíaco por minuto, la volemia, la distensibilidad de las paredes arteriales y la resistencia vascular periférica.

Factores que Intervienen en la Regulación Circulatoria

  • El sistema nervioso simpático y parasimpático.
  • La pared cardíaca.
  • La presión arterial.
  • El sistema de conducción eléctrica del corazón.
  • El grado de resistencia al flujo sanguíneo.
  • Las necesidades de oxígeno de los tejidos (a mayor trabajo, mayor necesidad de O2 y nutrientes).

Inervación del Sistema Vascular

La inervación del sistema vascular depende del Sistema Nervioso Autónomo (SNA), que actúa sobre los receptores vasculares (estructuras nerviosas presentes en la pared de los vasos). Estos receptores responden a la acción del SNA, provocando vasoconstricción (que reduce la luz del vaso y el flujo de sangre que llega a un órgano) o vasodilatación (lo opuesto). Además, este sistema regula el equilibrio de calor del organismo: si hace frío, produce una vasoconstricción para almacenar calor en el cuerpo, y si hace calor, provoca vasodilatación para liberar el exceso de temperatura.

Shock Circulatorio: Tipos y Manifestaciones

El shock es un trastorno circulatorio súbito y grave provocado por un desequilibrio crítico entre el aporte y la demanda de oxígeno a los tejidos. Conduce a una disminución crítica y continua de la perfusión, lo que resulta en una reducción del oxígeno en las células y, consecuentemente, en alteraciones funcionales y morfológicas de tejidos y órganos vitales. Según los factores desencadenantes, se clasifica en:

Clasificación del Shock por Factores Desencadenantes

  • Shock Hipovolémico: Se produce por una disminución del volumen sanguíneo debido a la pérdida de plasma hacia el exterior o interior de los tejidos, lo que reduce el gasto cardíaco y el retorno venoso. Puede ser causado por hemorragias, quemaduras o traumatismos severos.
  • Shock Neurogénico: Provoca una vasodilatación generalizada por disminución del tono vasomotor, con la consiguiente reducción del retorno venoso y del gasto cardíaco.
  • Shock Bacteriano o Séptico: Se debe principalmente a procesos infecciosos graves que desencadenan una respuesta inflamatoria sistémica.
  • Shock Anafiláctico: Ocurre tras reacciones alérgicas severas que aumentan la permeabilidad capilar y provocan una dilatación arterial generalizada.
  • Shock Cardiogénico: Resulta de un bombeo deficiente del corazón, lo que disminuye el gasto cardíaco y el aporte de sangre a los tejidos. Se produce sobre todo como efecto de enfermedades cardíacas preexistentes.

Síntomas Comunes del Shock

El shock cursa, en general, con una serie de síntomas característicos: hipotensión, taquicardia, taquipnea, piel fría, pálida y pegajosa, cianosis, sed intensa, oliguria, disminución de la temperatura corporal, irritabilidad, apatía y letargo. Además, cada tipo de shock puede presentar una clínica sobreañadida específica relacionada con su causa subyacente.

Varices: Dilataciones Venosas y su Prevención

Las varices son dilataciones de las venas de carácter circunscrito, permanente o difuso, causadas por alteraciones en el retorno venoso. Generalmente afectan a las piernas (a nivel superficial o profundo), aunque también pueden manifestarse en la parte inferior del esófago, en los testículos (varicocele) y en el plexo venoanorrectal (hemorroides). Afectan, sobre todo, a adultos de ambos sexos.

Los síntomas incluyen sensación de fatiga y pesadez en las piernas, que se acentúa con el calor y al permanecer mucho tiempo de pie, y mejora al elevarlas. También pueden producir dolor, calambres, prurito, edemas, cianosis, induración y úlceras.

Mecanismo de Formación de las Varices

En una situación normal, las venas superficiales se comunican con las profundas a través de las venas anastomóticas, que permiten el flujo de sangre únicamente del sistema superficial al profundo. Sin embargo, en las varices se produce una dilatación de los vasos seguida de una insuficiencia valvular. Esta insuficiencia permite el reflujo de sangre en dirección contraria (de arriba hacia abajo), lo que provoca la acumulación y estancamiento de sangre y la consecuente dilatación venosa.

Estrategias para la Prevención de Varices

Se pueden prevenir las varices adoptando hábitos saludables y siguiendo estas recomendaciones:

  • Realizar ejercicio diario, como caminar o subir escaleras.
  • Evitar el uso de ligaduras y ropas ajustadas que dificulten la circulación.
  • Aplicar duchas o baños locales alternando el agua fría y templada en las piernas.
  • Mantener las piernas elevadas al sentarse o al estar en la cama.
  • Cuidar la alimentación para mantener un peso saludable y favorecer la circulación.

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