El Valor Sagrado de la Vida Humana: Respeto, Defensa y Ética
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1. El Valor de la Vida Humana
1.1. La Vida Humana es un Don
Los cristianos creen que la vida existe porque Dios, el creador, así lo ha querido. Sea cual sea el proceso que da origen a las distintas formas de vida, la voluntad de Dios está detrás de él. Y como todo lo que Dios hace, lo hace por amor, afirmamos que hay vida porque Dios nos ama. La vida es, pues, un don, un regalo. Dentro del conjunto de la vida, la humana es la de más valor, porque el hombre y la mujer están hechos “a imagen y semejanza de Dios”. Es decir, además de la vida biológica, Dios ha regalado a los hombres y mujeres una dignidad que los hace superiores a todas las otras formas de vida. Les ha hecho capaces, además, de tratarle de tú a tú y de cultivar su amistad.
1.2. Responsables del Don Recibido
Los regalos se reciben con agradecimiento y, de alguna manera, nos vinculan con aquellos que nos los dan. Por eso, el cristiano recibe la vida humana con gratitud y ante ella se siente responsable. Esto supone:
- Recibirla: Ante todo, la vida se acoge y se agradece en uno mismo y en los demás. Así, el cristiano ve la vida humana como un signo del amor de Dios.
- Conocerla: La vida humana es un desafío constante al pensamiento humano. Por un lado, es una llamada a la ciencia para que conozca cada vez mejor su funcionamiento. Por otro, plantea muchas preguntas sobre las que la filosofía y la antropología deben reflexionar: ¿Qué es el hombre? ¿Qué es la vida humana?
- Cuidarla: Esto supone crear unas condiciones sociales que permitan a todos llevar una vida digna y atender adecuadamente a la salud de las personas.
- Promoverla: No basta con cuidar la vida que ya existe. Estamos llamados también a ser fecundos, es decir, a dar vida con la vida que tenemos.
- Defenderla: En muchas ocasiones, y de muchas maneras, la vida se ve amenazada. Es deber del cristiano ponerse del lado de la vida y defenderla.
1.3. La Vida Humana, un Valor Absoluto
La vida humana es un valor sagrado. A nadie le está permitido destruirla, porque es gravemente contrario a la dignidad de la persona. No obstante, hay algunos casos especiales que conviene matizar. Uno es el de la legítima defensa. Cuando, debido a la agresión de alguien, la vida de una persona corre serio peligro, esta tiene derecho a defenderse, valorando el derecho a la vida, pero no la opción de matar. La legítima defensa, para quien tiene la responsabilidad de la vida de otro, puede también ser un grave deber. Pero la respuesta a la agresión debe ser proporcionada al peligro real y no debe suponer un uso de la fuerza mayor que el necesario. El otro caso es la entrega de la propia vida por amor a alguien, poniendo el valor del amor por encima del valor de la vida. Esta es una decisión que a nadie se le puede exigir, pero que muchas personas han tomado.
2. La Vida Humana Amenazada
2.1. Principios Generales
En el mundo de hoy encontramos amenazas contra la vida humana. Teniendo en cuenta lo dicho en los apartados generales, hay principios que ayudan a responder adecuadamente a esas amenazas:
- No matarás: El respeto a la vida humana es el principio más universal.
- Más allá de la ley del talión: El principio del “ojo por ojo y diente por diente” no se puede aplicar porque desencadena una espiral de violencia y sufrimiento peor que lo que se intenta evitar.
- Se debe procurar las mejores condiciones posibles en cada caso de la vida humana: Hay que buscar la mayor “calidad de vida”, tanto para el conjunto de la sociedad como para cada persona.
- La vida humana tiene un valor en sí misma que no depende de las circunstancias en las que se desarrolle: Aunque esté disminuida o deteriorada, su valor no depende del grado de salud o de “normalidad” que tenga, su valor le es propio, por ser una vida personal.
- La persona no es dueña absoluta de su vida ni de la de los demás: No se puede hacer lo que se quiera con la vida, sino aquello que sea mejor para su desarrollo y conservación, y también para el conjunto de personas que se relacionan con ella. Somos responsables de la vida que hemos recibido.
- La vida humana comienza en el momento de la concepción: Cuando el espermatozoide fecunda el óvulo, comienza a existir un nuevo ser humano, distinto del padre y de la madre.
3. La Vida Humana Manipulada
3.1. Principios Generales
Hoy día, la ciencia y la técnica han avanzado tanto que el hombre ya es capaz de manipular la vida humana en sus mismos orígenes. Esto abre muchas esperanzas a la humanidad, pero también plantea importantes interrogantes éticos. Para orientarse en medio de todas estas situaciones nuevas y completar los principios generales, se pueden dar los siguientes principios inspirados en la fe cristiana:
- La ciencia y la técnica deben estar al servicio de la promoción y del cuidado de la vida humana, y evitar moverse por intereses de otro tipo: Es decir, habrá que investigar en aquello que sea más beneficioso para el bien integral de las personas y no solo en lo que sea más lucrativo o favorezca determinados intereses.
- No todo lo técnicamente posible es moralmente bueno: El respeto al valor y a la dignidad de la vida humana impone unos límites a la investigación científica y a las técnicas empleadas.