Rusia en Transición: Reformas, Guerras y el Ascenso Bolchevique (1905-1917)

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La Duma, nacida de la Revolución de 1905, tuvo una mayoría liberal que, junto a los gobiernos reformistas de Witte y Stolypin, intentó impulsar el desarrollo económico, fomentando la industria y liberando la tierra. La reforma agraria, al centrarse en las explotaciones comunales (mir), perjudicó nuevamente a los campesinos pobres, quienes se convirtieron en un foco de descontento. Pese a su limitado alcance, las reformas fueron frenadas por el intervencionismo del zar y las fuerzas autocráticas, por lo que diferentes autores hablan de una etapa "pseudoparlamentaria". Pese al relativo éxito de las medidas económicas, que aumentaron la producción industrial un 40%, la población en general no se benefició de esos avances. De hecho, el proletariado de las ciudades empeoró sus condiciones laborales y de vida, lo que creó la coyuntura óptima para la agitación política revolucionaria que se manifestó en una cadena de huelgas repetidas a lo largo del periodo.

Guerra y Revolución (1914-1917)

La segunda fase revolucionaria volvió a ser provocada por una nueva crisis bélica. En esta ocasión, el compromiso "paneslavista" del zar arrastró al imperio a la Primera Guerra Mundial, enfrentándose con los Imperios Centrales por la cuestión balcánica. La campaña militar encabezada por Nicolás II se convirtió en un estrepitoso fracaso que culminó en la derrota de Tannenberg, la cual desencadenó la Revolución de Febrero. En este momento, convergieron las tensiones sociales, políticas, militares y nacionales que subyacían en el imperio.

Abdicación del Zar y Gobiernos Provisionales

La Duma se enfrentó abiertamente al zar; las nacionalidades (estonios, fineses, polacos, lituanos y letones) se rebelaron, y en el frente, las deserciones fueron masivas. En las ciudades, la falta de alimentos provocó motines y se volvieron a organizar soviets, controlados por los revolucionarios. La situación obligó al zar a abdicar. La Duma eligió un gobierno provisional, que fue dirigido por Miliukov, de corte liberal. En la práctica, convivieron dos poderes: los soviets, que tenían el poder real al controlar el ejército a través de la famosa Orden n.º 1 de Trotski, y el Gobierno Provisional, que ostentaba el poder oficial.

En 1917, ante la inminente entrada de Estados Unidos en el escenario bélico y la necesidad de cerrar definitivamente el frente oriental para concentrar los esfuerzos en el occidental, la inteligencia militar alemana ayudó a Lenin a retornar a Rusia. El líder comunista, que había aguardado su momento en el exilio, creyó que había llegado la hora del proletariado y lo expuso en sus Tesis de Abril, que se resumen en "Todo el poder para los soviets". Los gobiernos provisionales se sucedieron rápidamente, pasando el poder de los liberales de Lvov a los socialistas moderados (mencheviques) de Kerensky, quien intentó contener la agitación bolchevique, controlar a la derecha militarista y continuar la guerra. Aunque en un primer momento el gobierno menchevique consiguió algunos éxitos, el fracaso de la ofensiva sobre Galitzia y la amenaza golpista de Kornilov determinaron la aceleración del proceso revolucionario.

Lenin dio la orden a los bolcheviques para dar un golpe de Estado que se materializó en la toma del Palacio de Invierno de San Petersburgo. El poder era de los soviets; la revolución había triunfado, comenzando la construcción del nuevo Estado comunista. Se celebraron elecciones constituyentes, pero el resultado adverso para los bolcheviques provocó que la Guardia Roja disolviera la Duma para siempre.

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