Rousseau, Kant: Política, Conocimiento, Ética y el Problema de Dios

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Política según Rousseau

Rousseau propone un contrato social basado en la Voluntad General, donde todas las personas hacen un pacto para establecer un gobierno asambleario.

  1. La Voluntad General es la suma de las voluntades particulares de todos, y el gobierno debe basarse en ella.
  2. El objetivo es abandonar el estado de naturaleza para lograr una sociedad igualitaria.
  3. Rousseau argumenta que el estado de naturaleza fomenta el egoísmo, por lo que el contrato social es necesario para superarlo y formar una sociedad igualitaria.
  4. Rousseau cree en la bondad natural del hombre, pero sostiene que la sociedad lo corrompe, por lo que el contrato social es una forma de dejar a un lado el egoísmo.
  5. Propone un gobierno asambleario donde las decisiones se toman colectivamente, promoviendo la democracia y la igualdad ante la ley.

Teoría del Conocimiento y Metafísica de Immanuel Kant

Immanuel Kant, destacado filósofo prusiano de los siglos XVIII y XIX, fusiona elementos del Racionalismo y el Empirismo, influenciado por Hume. Su principal objetivo teórico es determinar si la Metafísica puede ser una ciencia. Kant propone que el conocimiento no es solo resultado de la experiencia, sino que también incluye elementos a priori. Distingue entre juicios analíticos y sintéticos, centrándose en estos últimos, especialmente en los sintéticos a priori, fundamentales para la Metafísica. Argumenta que la mente humana organiza la experiencia a través de la sensibilidad y el entendimiento, utilizando elementos a priori como las categorías. Sin embargo, la razón genera ideas trascendentales, como Dios, el alma o el libre albedrío, que están más allá de la experiencia y son inaccesibles para el conocimiento humano. Por lo tanto, Kant concluye que la Metafísica no puede ser una ciencia, ya que no puede proporcionar conocimiento seguro sobre temas como el alma, el libre albedrío o Dios, debido a su naturaleza trascendental.

Ética de Immanuel Kant

Kant distingue entre la razón teórica y la razón práctica, esta última centrada en proporcionar reglas para la conducta moral. La razón práctica produce ideas que guían nuestras acciones hacia lo correcto o incorrecto y dirige la voluntad, nuestra facultad de querer.

Kant busca el fundamento de la moralidad y lo encuentra en el Imperativo Categórico. Este imperativo nos ordena actuar de manera que podamos desear que nuestra máxima, o principio de acción, se convierta en ley universal. La buena voluntad actúa de acuerdo con el deber, que es la obligación moral de seguir la ley moral, una regla universal que debe aplicarse en todas las situaciones. El ser racional debe tratarse a sí mismo y a los demás como fines en sí mismos, nunca como meros medios.

Kant complementa el Imperativo Categórico con la idea de tratar a los seres racionales como fines en sí mismos, no como medios. Esto implica respetar la dignidad y el valor intrínseco de cada persona.

El Bien Sumo, para Kant, es la combinación de virtud y felicidad, donde la virtud es actuar de acuerdo con la ley moral y la felicidad es el resultado de la realización de la voluntad.

Kant aborda la idea del alma, el libre albedrío y Dios desde una perspectiva práctica. Aunque no puede demostrar su existencia, Kant argumenta que es necesario creer en el alma, el libre albedrío y Dios para fundamentar la moralidad y alcanzar la felicidad. Estos conceptos se consideran necesarios desde un punto de vista ético, aunque su existencia no pueda ser probada de manera concluyente.

El Problema de Dios según Immanuel Kant

Kant aborda el problema de Dios desde dos perspectivas: la razón teórica y la razón práctica. Desde la razón teórica, Kant argumenta que es imposible demostrar la existencia de Dios, ya que la idea de Dios es trascendental y sobrepasa la experiencia, por lo tanto, la teología natural carece de valor en términos de conocimiento. Desde la razón práctica, Kant sostiene que, aunque no se pueda demostrar su existencia, es necesario tener fe en Dios para alcanzar la felicidad. Dios, según Kant, garantiza que nuestras buenas acciones se alineen con la realidad, lo que fundamenta la posibilidad de la felicidad humana.

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