La Romanización de la Península Ibérica: Transformación Cultural y Económica

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La Romanización de la Península Ibérica

La Romanización de la Península Ibérica fue un proceso de adaptación de los pueblos hispanos a las estructuras económicas, sociales, políticas y culturales de Roma. Esto se llevó a cabo por conquista militar (Guerras Púnicas) y por la Romanización propiamente dicha, mediante la cual los indígenas hispanos adoptaron la forma de vida romana.

Conquista y Proceso de Romanización

Tras la conquista militar, Hispania pasó a formar parte del gobierno como provincia, integrándose en el Imperio mediante factores de romanización como:

  • El asentamiento de ciudadanos romanos en tierras aún sin romanizar, lo que extendió el modelo de vida romano.
  • El ejército, que reclutaba tropas, extendiendo así el idioma y la civilización romana.
  • La lengua latina, que más tarde sería lengua oficial.
  • La concesión de la ciudadanía romana, que otorgaba numerosos privilegios.

Este proceso se asimiló antes en las regiones mediterráneas que en las regiones del centro y norte de la península, donde la Romanización fue más complicada. La conquista militar se realizó en tres etapas:

  1. Primero se llevó a cabo la conquista del Mediterráneo, provocada por la 2ª Guerra Púnica.
  2. En la segunda etapa, se comenzó la penetración hacia la meseta, con enfrentamientos con los pueblos lusitanos y arévacos.
  3. Finalmente, se conquistaron los pueblos del norte, dejando fuera del proceso a los pueblos galaicos, astures, cántabros y vascones.

Aspectos Económicos de la Romanización

Roma fomentó que Hispania exportara materias primas. La base económica era la agricultura, que mejoró su productividad con nuevas técnicas como el barbecho. Los cultivos se dividían en:

  • Cultivos de secano: donde destaca la trilogía mediterránea, con el trigo, la vid y el olivo.
  • Cultivos de regadío: utilizados para hortalizas y producción de tejidos de lino.

También se crearon grandes latifundios propiedad de la aristocracia señorial, excepto en el Levante. Respecto a la minería, Hispania fue una de las provincias más importantes del Imperio, destacando en la producción de plomo y plata en Cartagena. La actividad pesquera también era de gran importancia, con la producción de salazones y garum. Por otro lado, se generó también una industria de artesanía para atender a las necesidades de la población. Por último, el comercio también sufrió un gran aumento, favorecido por la red de calzadas, como la Vía de la Plata, que facilitaban la actividad comercial, administrativa y militar.

División Administrativa del Imperio

El Imperio se dividía en ciudades (civitas) y provincias. La división provincial se desarrolló en varias etapas:

  • Durante la conquista, Hispania se dividía en la provincia Ulterior y la Citerior.
  • Con Augusto, la Ulterior se divide en Bética y Lusitania, y la Citerior pasa a llamarse Tarraconensis.
  • Se establecieron las provincias senatoriales e imperiales.
  • Con Diocleciano, la Tarraconensis se fragmentó en Tarraconensis, Gallaecia y Cartaginensis.
  • Por último, en el año 385 se crea la Baleárica.

Estructura Social en Hispania

La sociedad se dividía en libres y esclavos. Los esclavos eran un grupo numeroso, sin derechos y considerados el motor económico del Imperio. Entre los libres existían grupos que diferenciaban entre ciudadanos romanos y no ciudadanos. Estos se dividían en:

  • Orden senatorial: formada por personas de origen romano, con altos cargos.
  • Orden ecuestre: encargados de controlar temas militares, funcionariales y religiosos.
  • Decuriones: miembros de oligarquías locales, entre otros.
  • Plebe: el resto de hombres libres.
  • Libertos: esclavos manumitidos.

Aportaciones de Hispania a Roma

Hispania aportó a Roma importantes emperadores, filósofos y escritores. Algunas de las aportaciones romanas más importantes fueron:

  • El latín: que se utilizaría en distintos ámbitos, contribuyendo a la romanización.
  • El derecho: que sirvió para cohesionar la sociedad y difundir los principios de justicia y convivencia.
  • Las ciudades: con dos vías principales y el foro en el centro.

Además, la romanización supuso la adopción de la religión oficial romana y el culto al emperador. Con Constantino, se legalizó el cristianismo y se convirtió en religión oficial con Teodosio.

La Crisis del Imperio y su Impacto en Hispania

Durante el siglo III, el Imperio entra en un periodo de crisis, lo que llevó al debilitamiento del poder imperial, autonomía de los gobernadores provinciales, revueltas campesinas y guerras civiles. Esto provocó la caída del comercio, el aumento de los impuestos y, a causa de esto, la huida de los ciudadanos al campo, donde más tarde los latifundios se convirtieron en el núcleo de la economía y tendieron a la autosuficiencia. Finalmente, Hispania cayó en manos de los visigodos.

Conclusión

En definitiva, la romanización supuso una transformación de gran importancia en la Península Ibérica. Adoptaron su cultura, como el latín y estructuras de las ciudades, y dejaron monumentos de gran relevancia como el teatro de Cartagena y el acueducto de Segovia. Es, por tanto, un hecho clave en la historia de España.

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