Roma Barroca: Urbanismo Papal y Obras Maestras del Siglo XVI

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El Urbanismo Papal en la Roma del Siglo XVI: Conectando la Ciudad Eterna

El tramo de la calle entre la Piazza del Popolo y Santa Trinità dei Monti no se concluyó. Fue en el siglo XVIII cuando se construyó una gran escalinata para sanar este espacio inconcluso, la famosa escalinata de la Piazza di Spagna, que alberga la Fontana della Barcaccia.

El arquitecto Domenico Fontana se encontró con un cruce importante, el que estaba entre Santa Trinità dei Monti y Santa Maria Maggiore. En esta colina, Gregorio XIII ya había iniciado un palacio de retiro. Sixto V valoró la importancia estratégica del lugar y aprovechó los cuatro ángulos para construir cuatro fuentes-monumento que se relacionarían con su ambiciosa idea de trasladar el agua a las colinas de Roma, utilizando el acueducto. Esta zona se comunicaba con el Quirinal y albergaba la Villa Montalto, propiedad del propio Sixto V.

Dentro de este plan urbanístico, se trazó una vía que llegaba hasta Santa Maria degli Angeli y comunicaba con San Lorenzo fuori le Mura, que se encontraba extramuros.

Este periodo destaca especialmente por el espíritu religioso de la Contrarreforma, con Roma como centro del mundo católico y la búsqueda constante de la difusión del espíritu del Concilio de Trento.

Obras Maestras del Manierismo y el Primer Barroco Romano

La Fuente del Acqua Felice, de Domenico Fontana (1585-1587)

Se trata de una fuente adosada a edificios. Debido a su carácter adosado, la visión es frontal, un punto dominante en el Renacimiento. Recuerda a un gran arco del triunfo, de ahí su evidente carácter triunfalista.

La estructura consta de tres vanos, rematados con un ático que lleva una inscripción sobre Sixto V. Este conjunto se corona con un frontón de líneas rotas y curvas, y aletones terminados en espiral, un tema renacentista que recuerda al orden dórico. Asimismo, presenta elementos manieristas que rompen la verticalidad.

En los laterales, se remata con obeliscos que marcan la verticalidad en los extremos. Esta verticalidad también está acentuada por las columnas corintias, decoradas con volutas unidas con guirnaldas. Las pilastras que enmarcan el ático intentan romper con la horizontalidad renacentista y, por tanto, destacar la verticalidad barroca.

Al ser encargada por el papa, la decoración es meramente religiosa: Moisés se sitúa en el centro, flanqueado por dos historias relacionadas con el agua: Aarón buscando agua en el desierto y Josué ayudando al pueblo a cruzar el Mar Rojo.

La figura de Moisés es frontal y presenta la curva praxiteliana; sus brazos son corpulentos, influenciados por Miguel Ángel. Sobre su cabeza aparecen dos llamas que sugieren la idea de rayos o influencia divina.

La Fuente de Neptuno, de Giambologna (1563-1566)

Se encuentra en Bolonia, en la Piazza Nettuno, y data de 1563 a 1566. Se trata de una fuente aislada, diseñada para decorar la plaza en la que se encuentra. Representa el mundo del agua a través de una mitología de carácter ornamental.

Neptuno aparece completamente desnudo, permitiendo observar el estudio de su anatomía. Nos encontramos en el Manierismo, y por ello podemos apreciar formas embellecidas y exageradas. A diferencia de la frontalidad con la que Domenico Fontana presentaba a su Moisés, la figura de Neptuno gira en torno a la fuente, ofreciendo múltiples puntos de vista, una característica que se desarrollará plenamente en el Barroco.

La Basílica de Santa Maria Maggiore

Se trata de una basílica a la que, en época moderna, se le incorporaron capillas funerarias: las de Sixto V y Paulo V. Son dos capillas muy parecidas en planta; ambas presentan una cruz griega centralizada. Este tipo de planta suele estar ligado a las capillas de carácter funerario.

Ambas culminan en una enorme cúpula, centralizada en el espacio mediante un tambor poligonal de ocho lados, lo que hace que la cúpula destaque enormemente.

La fachada del edificio, desde donde se aprecian las capillas, está articulada mediante la utilización de un orden gigante, con un primer cuerpo en el que se abren dos tipos de ventanas distintas, un rasgo manierista que transita al Barroco. El segundo cuerpo es de proporciones más convencionales.

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