El Rol de la Mujer en el Deporte: De la Exclusión a la Conquista de la Igualdad
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Mujer y Deporte: Un Camino Hacia la Igualdad
La práctica deportiva, en sus inicios, se consideró como una práctica exclusiva para hombres, considerándola una fuente de discriminación sexual, siendo el deportista el foco simbólico del poder masculino.
Fases del Progreso hacia la Igualdad Femenina
El progreso hacia la igualdad responde a cuatro fases clave:
- 1) Actividad Política y Organización: Como parte de la lucha en el proceso de cambios legales, los derechos políticos fueron el primer objetivo, intentando conseguir el voto femenino. También se buscó un mayor acceso de las mujeres a la educación y a los puestos de trabajo, así como el control sobre sus propiedades, su cuerpo y sus hijos.
- 2) Cambios Económicos en Sociedades Industriales: La Revolución Industrial fue posible en virtud del empleo de mujeres y niños como mano de obra barata, permitiendo a las mujeres la posibilidad de disponer de ingresos propios.
- 3) Transformaciones Tecnológicas: Las innovaciones tecnológicas, al ahorrar tiempo de trabajo, han tenido una importancia sustancial en el proceso de liberación de la mujer.
- 4) Aparición y Difusión de Métodos Anticonceptivos: Esto posibilitó planificar la natalidad de modo consciente.
La Persistencia de la Desigualdad
GARCÍA DE CORTÁZAR considera que la igualdad de las mujeres es todavía una de las utopías pendientes. Mirar a la mujer como persona y no como 'hembra' es algo que, a pesar de las protestas por la igualdad, todavía cuesta trabajo. Los intereses masculinos predominan en la mayoría de las áreas de ocio y del deporte. La forma en que las diferencias entre los sexos son puestas de manifiesto, al tiempo que se silencian las similitudes, es un producto cultural que se emplea para justificar modos de vida diferentes en hombres y mujeres.
Roles de Género en el Deporte
En el ámbito deportivo, la masculinidad se define según un modelo muy simple de entender la biología masculina: activo, hábil, poderoso, musculoso, mostrando una orientación positiva hacia el trabajo. Mientras, la naturaleza femenina se caracteriza por suavidad, cooperación, sumisión, gracia. El deporte así concebido serviría para reforzar las identidades masculinas y femeninas tradicionales, contribuyendo a la división sexual del trabajo.
El Deporte como Práctica Excluyente
En sus orígenes, el deporte fue concebido como una práctica excluyente en un doble sentido. En primer lugar, por su pretensión de exclusividad social, y también por su práctica entendida como un reducto exclusivo perteneciente a los hombres. La Asociación de la Mujer afirmaba que el deporte era peligroso para la mujer. Como muestra de esta concepción, Pierre de Coubertin, en 1912, afirmó que los Juegos Olímpicos debían estar reservados para hombres, puesto que la función que debían cumplir las mujeres en los juegos era coronar a los vencedores.
Pioneras de la Inclusión Femenina en el Deporte
Para superar esta concepción, podemos destacar a Alice Milliat, fundadora de la Federación de Sociedades Femeninas en Francia. Ella organizó los primeros Juegos Olímpicos para mujeres. Posteriormente, puso en marcha la Federación Internacional Deportiva Femenina (FSFI). Gracias a esto, la FSFI desapareció, marcando un hito en la lucha por la igualdad deportiva.