Rocas Metamórficas: Formación, Clasificación y Texturas Esenciales
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Introducción a las Rocas Metamórficas
Las rocas metamórficas se forman por las transformaciones físico-químicas que sufren rocas preexistentes al profundizar en la corteza terrestre y cambiar las condiciones de presión y temperatura a las que se formaron originalmente. Existe una gran diversidad de rocas metamórficas como resultado de tres factores clave que influyen en su génesis:
- La naturaleza de la roca original.
- El tipo de metamorfismo que haya sufrido.
- El grado de metamorfismo alcanzado.
Factores que Influyen en la Génesis de las Rocas Metamórficas
La gran diversidad de rocas metamórficas existentes depende fundamentalmente de los siguientes factores que influyen en su génesis:
- La naturaleza de la roca original: La composición mineralógica y química de la roca preexistente (protolito) determinará los minerales que se formarán durante el metamorfismo.
- El tipo de metamorfismo: Se refiere a las condiciones predominantes (presión, temperatura, fluidos) y el ambiente tectónico en el que ocurre la transformación.
- El grado de metamorfismo alcanzado: Indica la intensidad de las condiciones de presión y temperatura a las que la roca fue sometida, lo que influye en la recristalización y la formación de nuevos minerales.
Clasificación de las Rocas Metamórficas
Las rocas metamórficas se dividen principalmente en dos grandes grupos según la presencia o ausencia de foliación (orientación preferente de sus minerales):
Rocas Metamórficas Foliadas (Orientadas)
Estas rocas presentan una orientación preferente de sus minerales, lo que les confiere una textura planar o lineal. Las rocas metamórficas foliadas más abundantes son las pizarras, los esquistos y los gneises.
Rocas Metamórficas No Foliadas (No Orientadas)
Estas rocas no presentan una orientación preferente de sus minerales, a menudo debido a la ausencia de minerales laminares o a un metamorfismo donde la presión no fue el factor dominante. Pueden formarse mediante:
- Metamorfismo de contacto térmico: Procesos de recristalización que dan lugar a rocas como las cornubianitas.
- Metamorfismo de presión o dinámico: Procesos de rotura o brechificación que forman rocas como las brechas de falla regional.
- A partir de rocas que no presentan minerales laminares: Donde se producen texturas granoblásticas, por ejemplo, el mármol y la cuarcita.
Principales Tipos de Rocas Metamórficas
La diversidad de rocas metamórficas es vasta, pero algunas son particularmente comunes y representativas:
Rocas Silicatadas
Formadas por cuarzo y otros tipos de silicatos, como las arcillas, areniscas y granitos. Son las más abundantes en la corteza terrestre, por lo que se transforman en rocas metamórficas muy comunes:
Pizarra
Es una roca metamórfica de bajo grado con textura pizarrosa. Suele presentar coloraciones oscuras, casi negras. Algunas de las coloraciones más llamativas de las pizarras se deben a procesos de alteración o a la presencia de minerales específicos.
Esquisto
Es una roca metamórfica de grado medio, con textura esquistosa y un brillo plateado debido a la abundancia de moscovita.
Gneis
Es una roca metamórfica de alto grado, con textura gneísica y de color claro. Está compuesta, principalmente, por cuarzo, los dos feldespatos (ortosa y plagioclasa) y, en menor medida, por biotita.
Cuarcita
Un grupo especial derivado de areniscas cuarzosas, caracterizada por su gran dureza y resistencia.
Rocas Carbonatadas
Compuestas principalmente por carbonatos de calcio:
Mármol
Roca metamórfica formada a partir de calizas o dolomías, caracterizada por su textura granoblástica y su uso ornamental.
Rocas Mixtas
Migmatita
Es una roca mixta, con características tanto magmáticas como metamórficas. Procede de un gneis que, debido a las altas temperaturas, ha sufrido una fusión parcial de sus minerales, aunque conserva algunos minerales metamórficos bien orientados. Tiene un aspecto parecido al granito, al que se encuentra siempre asociada.
Texturas Metamórficas
Las texturas de las rocas metamórficas son características estructurales que reflejan las condiciones de presión y temperatura durante su formación. Se clasifican en orientadas y no orientadas:
Texturas Orientadas (Foliadas)
Resultan de la orientación preferente de los minerales bajo presión diferencial:
Textura Pizarrosa
Caracterizada por un tamaño mineral muy pequeño y microscópico que da lugar a planos de foliación perfectos, denominados planos de pizarrosidad. Típica de las pizarras.
Textura Esquistosa
Los minerales son visibles a simple vista y están muy bien orientados. Al ser más grandes que en la pizarra, dan lugar a planos de foliación más groseros, llamados planos de esquistosidad. Típica de los esquistos.
Textura Gneísica
Se caracteriza por la presencia de un bandeado, no siempre perfecto, con bandas de tonos claros (minerales félsicos) y oscuros (minerales máficos). Típica de los gneises.
Textura Migmatítica
Principalmente granuda, en la que se pueden observar restos de texturas metamórficas. Se caracteriza por una textura mixta: magmática (granuda) y metamórfica (orientada).
Texturas No Orientadas (No Foliadas)
Se desarrollan en ausencia de presión diferencial significativa o en rocas sin minerales laminares:
Textura Granoblástica
Se produce por la ausencia de minerales laminares o porque la roca ha sufrido un metamorfismo térmico en el que la presión no tiene importancia. Los minerales presentan un tamaño equigranular y no muestran orientación preferente.
Textura Cataclástica
Se observan fragmentos irregulares de rocas y minerales que han sido rotos por efecto de las presiones tectónicas. Es característica de zonas de falla.