Ritmo, Verso y Métrica: Elementos Clave en la Poesía
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El Ritmo en la Poesía según Wolfgang Kayser
Wolfgang Kayser dedica un capítulo al ritmo en su teoría de la literatura, en el que trata la discusión sobre si el ritmo existe sólo en el arte o también en la naturaleza (como el ruido de las olas). Todo depende de la intencionalidad. Según Kayser, el ritmo se relaciona con la fisionomía, pues en nuestro organismo hay ritmos (cardiaco, respiración, pasos). Toda repetición crea un ritmo, por eso metafóricamente se habla del ritmo de las estaciones, es un ciclo que se repite, una percepción cultural basada en el conocimiento. Muchos poetas afirman que lo primero que aparece en la creación de un poema es el ritmo, es decir, antes que la idea o concepto, aparece una especie de melodía a la que las palabras se acoplan. Es a partir de entonces cuando el poeta realiza un trabajo consciente y meditado sobre la dirección del poema. El ritmo en el verso viene dado por la uniformidad en los intervalos de los acentos, repetidos a una distancia similar (la ideal serían dos tercios de segundo). No obstante, existen diversos tipos de ritmos y no en todas las tradiciones poéticas existe una repetición equidistante entre los acentos (la italiana o española, por ejemplo, repite el número de sílabas; al contrario que la románica o anglosajona). El ritmo puede relacionarse con el contenido del poema, potenciándolo si coincide con la idea a transmitir. Así, el ritmo lento se asocia con lo solemne-serio (elegía) y el rápido con la alegría-terror.
Distinción entre metro y ritmo según Jakobson:
- Modo de verso (metro): es una abstracción, idea o esquema mental al que se le asocia de manera abstracta una serie de características. Existe antes de la composición del poema y es etiquetado (ej.: serventesio, endecasílabo...).
- Ejemplo de verso (ritmo): es la realización concreta del poema en un verso real, apreciable en el texto real y concreto, existiendo sólo cuando el poema se compone.
Jakobson también hace referencia a dos conceptos relacionados con la lectura:
- Modo de ejecución: es la idea abstracta de cómo un lector debe leer los poemas.
- Ejemplo de ejecución: es lo concreto, cómo realmente se lee un poema.
Características del Verso
El verso es una unidad rítmica no sintáctica ni semántica, aunque puede coincidir con que tenga independencia sintáctica o un significado completo. Es un segmento de la cadena fónica delimitado por dos pausas. Características del verso:
- Artificio fónico: repetición de sonidos que en el lenguaje habitual no se dan, como la rima (habitual en la tradición hispánica) o aliteración (estructural en la poesía antigua germánica). No todos los poemas requieren de rima.
- Modo rítmico: repetición de acentos rítmicos (ictus), es decir, un esquema acentual. Generalmente la disposición regular de los acentos conforma un verso (tradición germánica), pero en la literatura hispana o italiana no tiene por qué.
- Modo métrico: repetición de la cantidad del discurso, es decir, el número de pies o sílabas. En la tradición hispánica esto es fundamental, ya que es lo que conforma el verso y son denominados en base al número de sílabas.
- Estructura paralelística: sintaxis o semántica paralelística. Es propia del verso libre (sin rima, acentos regulares ni sílabas contadas).
- Disposición gráfica: indica visualmente que se trata de verso, siendo una transcripción gráfica de los sonidos y pausas versales/finales de cada verso.
Encabalgamiento, Pausas y Estrofa
Encabalgamiento: Si la unidad sintáctica no acaba al final del verso y sigue en el siguiente. El primer verso es el encabalgante y el segundo encabalgado.
- Encabalgamiento abrupto: Termina en las primeras sílabas del verso encabalgado.
- Encabalgamiento suave: Se prolonga hasta cerca del final del verso encabalgado.
- Encabalgamiento léxico: Ocurre cuando se corta una palabra entre dos versos.
Pausa sintáctica: Pausa interna dentro del verso. No es una pausa métrica. Se representa con algún signo gráfico. "¿Tu verdad? No, la verdad". El hecho de que no sea una pausa métrica quiere decir que no afecta a que haya dialefa o sinalefa.
- Pausa final o versal.
- Pausa medial o cesura: Separa al verso en dos hemistiquios.
La estrofa: un conjunto de versos que se agrupan por algún motivo. Pueden tener o no rima. La estrofa mínima en el caso de la métrica española es el pareado (dos versos).
Teoría de la anacrusis: Tomás Navarro Tomás defendía que el verso tiene dos partes, siendo la importante la que empieza en el primer acento, terminando antes del último acento, puesto que dice que el final siempre es el mismo. El principio tampoco se distingue mucho, por lo que se puede prescindir de este también. Nos queda el periodo central, siendo la primera y última fuera, los periodos de enlace.
Tipos de Ritmos
Ritmo endecasilábico: Combinación de versos impares: trisílabos, pentasílabos, heptasílabos, eneasílabos, endecasílabos o alejandrinos (7+7). Se denomina endecasilábico porque el endecasílabo es la referencia impar principal en la tradición hispánica, pero no todos los versos tienen que serlo. El endecasílabo siempre tiene un acento en la décima sílaba, pero si también lo tiene en otras sílabas se llamará de otra forma. Siendo el más importante el primero para definirlo de una u otra forma. Común enfático, heroico, melódico, con acento en cuarta, sáfico, pentámetro yámbico y dactílico.
Ritmo octosilábico: combinación de versos pares (2, 4, 6, 8, 10, 12). El verso trisílabo sólo tiene un acento por lo que combina bien, pues los acentos del resto de versos se encuentran en sílabas impares (y sólo es necesario que esté en el último verso).
Ritmo de cláusula: no es una estrofa clásica y tampoco tiene todos los versos impares o pares, sino que repiten el mismo ritmo, ya sea trocaico, dactílico, yámbico, anfibráquico o anapéstico. Se mantiene una regularidad constante acentual, incluso si se combina el ritmo ternario o binario con pies trocaicos y yámbicos.
Ritmo hexamétrico: consiste en la construcción de hexámetros, es decir, debe contar con seis pies o cláusulas (grupo de sílabas) y cada uno de ellos debe tener un acento (en total seis). Todos ellos deben terminar siempre con un pentasílabo adónico (dáctilo + troqueo). Los cuatro pies restantes pueden ser o dáctilos o troqueos con cualquier combinación. Este ritmo puede tener un máximo de 17 sílabas por verso y un mínimo de 13. Su identificación es compleja, ya que se puede confundir con el verso libre o con el de cláusulas, por lo que hay que contar los acentos y dividirlos en hexámetros; si el ritmo de pies es siempre el mismo es el segundo.
Verso libre: a veces hay versos que no siguen ninguna regla, ningún número pautado de sílabas o regularidad acentual. No tiene ningún esquema identificable ni rima alguna (a veces recurre a los paralelismos sintácticos). Por ello no se recurren a convenciones métricas (puede haber sinalefas accidentales). A veces parecen versos libres aquellos que no lo son (A partir de las 20 sílabas un verso se puede denominar versículo por su longitud). El verso libre surge en Francia a finales del siglo XIX (al principio con rima porque no se tenía conciencia de que fuera poesía sin ella). Es lo contrario al verso métrico, que sí tiene medida.
Convenciones Métricas
La unidad mínima del verso es la sílaba, por lo que el análisis del verso se basa en su descomposición en sílabas, es decir, la escansión, cuyo resultado es el cómputo silábico.
- Sinalefa: unión de dos sílabas de palabras consecutivas cuando la primera termina por vocal y la segunda empieza, resultando en una única sílaba.
- Dialefa: contrario a la sinalefa, pues dos sílabas que deberían unirse no lo hacen. En ocasiones es necesario por cuestiones métricas realizar sinalefas y dialefas forzadas.
- Sinéresis: unión de dos sílabas dentro de una misma palabra que normativamente van separadas, es decir, la conversión de un hiato en diptongo.
- Diéresis: contrario a sinéresis, pues es la conversión de un diptongo en hiato. Esto se marca gráficamente con ¨.
Esteban Torres simplifica estos cuatro conceptos en dos: zeuxis y azeuxis. Existe la posibilidad de que haya una unión entre distintas sílabas, estén o no dentro de la palabra (zeuxis: sinéresis y sinalefa), así como la posibilidad de que no (azeuxis: diéresis y dialefa).
Final de verso: si el verso termina en palabra aguda, se cuenta una sílaba más; si termina en palabra esdrújula se cuenta una sílaba menos; si termina en llana, se queda igual. El oído reconoce a los versos como equivalentes, esto viene dado por la posición del último acento, por lo que esto no se considera como una convención, sino una equivalencia.
- La sinafía: hay que leerla uniendo el último verso con el siguiente (no-che-en), es decir, hacer una sinalefa. Esto se distingue puesto que el acento principal tiene que ir en sexta.
- Compensación: la primera sílaba del primer verso y la última del anterior, terminan uniéndose, aunque en dos sílabas diferentes, contándose como si fuera la octava del verso anterior, cuando este termina en final agudo.