Los Ríos de España: Clima, Caudal y Regímenes Fluviales

La Red Hidrográfica Española: Elementos y Factores del Régimen Fluvial

El Clima como Factor Determinante

El clima es el factor físico más importante que configura la hidrografía de un territorio. Las aguas de los ríos, lagos, acuíferos y humedales dependen fundamentalmente de las precipitaciones. La cantidad de agua precipitada, su forma (agua, nieve), su distribución estacional, etc., condicionan la existencia de corrientes continuas (ríos), así como su caudal, su regularidad o irregularidad y, en definitiva, su régimen fluvial.

Conceptos Clave del Régimen Fluvial

Caudal de un río

El caudal absoluto es la cantidad de agua (promedio de un largo periodo de años) que lleva un río, medida en m³ por segundo (m³/s) que pasa por un determinado punto del río. El caudal relativo de un río, o coeficiente de escorrentía, se halla dividiendo el caudal absoluto, en litros por segundo, por la superficie de su cuenca hidrográfica. Este último es especialmente útil para comparar entre sí el caudal que llevan distintos ríos. Por ejemplo:

• Nalón: 25,7 l/seg/km²
• Ebro: 7,3 l/seg/km²
• Duero: 4,1 l/seg/km²

Regularidad e Irregularidad

Los ríos se catalogan como regulares o irregulares según un coeficiente que se obtiene dividiendo el caudal medio anual más elevado durante un periodo de años (mínimo 30) por el más bajo de ese mismo periodo. Los ríos más regulares son los que desembocan en la fachada galaico-cantábrica (cociente en torno a 3); los más irregulares son los de la vertiente mediterránea, la submeseta sur (Guadiana) y el Atlántico sur, con cocientes superiores a 7.

Régimen Fluvial

Se refiere a las fluctuaciones habituales del caudal que registra un río a lo largo del año. Las variaciones del caudal dependen de la distribución de las precipitaciones, de la forma en que estas se producen (agua, nieve) y de la temperatura ambiental (hielo).

Clasificación de los Ríos según su Régimen

Según las variaciones estacionales de caudal, los ríos se clasifican en:

• Ríos de régimen nival: Son ríos de alta montaña. Sus caudales máximos se dan con el deshielo (finales de primavera y comienzos del verano). Las aguas bajas se dan en invierno (estiaje invernal) por efecto de la retención que ocasionan la nieve y el hielo en las altas cumbres. Ejemplo: Caldarés (Ibón de los Baños — Pirineos).
• Ríos de régimen nivo-pluvial: Son también ríos con sus fuentes en la alta montaña y sus caudales se alimentan de forma mixta, aunque predomina la nieve. Presentan máximos en primavera y mínimos en verano e invierno. Ejemplo: Segre (a su paso por Seo de Urgel — Pirineos orientales).
• Ríos de régimen pluvio-nival: Sus caudales son de origen mixto, con predominio de la lluvia. Sus fuentes también se encuentran en las altas montañas de la Cordillera Cantábrica (Pisuerga), Pirineos (Aragón), Sistema Central (Tormes) o Sistema Ibérico (río Guadiela, Buendía — Serranía de Cuenca). Sus máximos se alcanzan al comienzo de la primavera y sus mínimos en verano (estiaje).
• Ríos de régimen pluvial atlántico: Dependen de la lluvia, aunque son bastante regulares por la frecuencia de las precipitaciones, con un estiaje marcado en verano. Ejemplo: Miño (Orense).
• Ríos de régimen pluvial del Mediterráneo o del Atlántico sur: El rasgo más sobresaliente es el fuerte estiaje que sufren en verano. Ejemplos: Foix (Tarragona), Guadiaro (Colmenar, Andalucía).

Los Grandes Cursos Fluviales: Sistemas Complejos

Los grandes ríos como el Ebro, Duero y Tajo son casos especiales. Al ser ríos de largo recorrido, están afectados por dominios climáticos muy diversos. Por ejemplo, el Ebro tiene su cabecera junto a la Cordillera Cantábrica, con una climatología dominada por las altas montañas y la influencia oceánica; sin embargo, a partir de su curso medio, el río atraviesa una zona de clima seco, mediterráneo continentalizado e, incluso, árido (Los Monegros). Además, en su recorrido recibe las aguas de afluentes sometidos al clima de alta montaña de los Pirineos, lo que complejiza su régimen.