La Revuelta de los Países Bajos: Conflicto, Independencia y Legado Histórico
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La Revuelta de los Países Bajos: Orígenes y Causas
La revuelta de los Países Bajos contra la administración española y Felipe II se inició en 1566, y desde esa fecha fue experimentando un deterioro continuo. Las causas de la rebelión eran diversas y complejas:
- Económicas: Aumento de los impuestos debido a las guerras europeas de los Austrias Mayores, el mantenimiento de tropas en la zona y una grave crisis de subsistencias.
- Políticas: Margarita de Parma gobernaba con solo tres consejeros, lo que redujo el poder de los grandes señores locales, como Egmont, Hornes o Guillermo de Nassau.
- Religiosas: La mayoría de la población era reformada; a pesar de ello, se crearon nuevos obispados católicos y se reprimió la herejía, llegando incluso a introducir la Inquisición.
Primeras Fases y Represión (1566-1571)
La primera fase (1566-1571) tuvo un doble carácter: una revuelta nobiliaria y disturbios religiosos de furia iconoclasta que azotaron buena parte del territorio. La gobernadora suavizó la represión religiosa, pero pronto llegó el Duque de Alba con nuevas órdenes desde Madrid, iniciando una dura represión a través del Tribunal de los Tumultos o de la Sangre, que ejecutó a Hornes y Egmont, entre otros, convirtiendo la revuelta en un conflicto abierto.
Esta fase culminó con el Gran Perdón de Bruselas concedido por Felipe II en 1570, del que, sin embargo, fueron excluidos muchos rebeldes como Guillermo de Orange, quien se había refugiado en Alemania.
Reanudación del Conflicto y Búsqueda de Conciliación (1572-1576)
En 1572, la rebelión se reanudó con sublevaciones en todo el norte, lideradas por Guillermo de Orange con apoyo extranjero inglés y hugonote. Los rebeldes se apoderaron de numerosas plazas fuertes y bloquearon el río Escalda, controlando las provincias más al norte.
El Duque de Alba, que fracasó con sus métodos duros, fue sustituido por Luis de Requesens (1573), quien intentó la conciliación. Concedió una amnistía, suprimió el Tribunal de los Tumultos y dejó de cobrar algunos impuestos; sin embargo, su temprana muerte, en 1576, impidió la pacificación.
El saqueo de Amberes por las tropas españolas llevó a los católicos del sur a firmar con Guillermo de Orange la Pacificación de Gante (1576). Mediante este acuerdo, todas las provincias unidas se comprometían a luchar por reconquistar las libertades tradicionales, la salida de las tropas españolas y la tolerancia religiosa.
División y Consolidación de la Independencia (1577-1579)
El nuevo gobernador, el hermanastro de Felipe II, Don Juan de Austria, se vio obligado a aceptar la Pacificación de Gante para entrar en Bruselas y, por el Edicto Perpetuo (1577), ordenó la salida de los Tercios de Flandes.
Cuando Don Juan pudo pasar a la ofensiva, Guillermo de Orange ya había conseguido el reconocimiento del duque de Anjou, hermano menor de Enrique III de Francia, como “defensor de la libertad de los Países Bajos”, internacionalizando el conflicto.
La muerte de Don Juan trajo consigo el nombramiento de Alejandro Farnesio (1578), y la división interna entre los rebeldes se precipitó. Las provincias católicas del sur acordaron en Arrás negociar con el rey en los términos de la Pacificación de Gante, creando así la Unión de Arrás (1579).
Por el contrario, las calvinistas del norte se agruparon en la Unión de Utrecht, proclamando de hecho su independencia, reafirmada dos años después con la deposición de Felipe II como rey de aquellas regiones.