La Revolución Rusa de 1917: Orígenes, Desarrollo y Consecuencias del Levantamiento Bolchevique

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La Revolución Bolchevique de 1917: Un Hito en la Historia Mundial

En 1917, Rusia fue el epicentro de una revolución trascendental que culminó con el derrocamiento del zar Nicolás II y el establecimiento del primer régimen comunista de la historia. Sus repercusiones transformaron el siglo XX y el panorama geopolítico global.

La Rusia Zarista: Un Imperio en Crisis

A comienzos del siglo XX, el Imperio Ruso se extendía vastamente hasta el océano Pacífico. Su sistema político era autocrático, con el zar concentrando todo el poder y ejerciéndolo de forma autoritaria, apoyado por la Iglesia ortodoxa, la burocracia y el Ejército. La economía era predominantemente agraria, y la industrialización era muy escasa, localizada en focos específicos como Moscú, los Urales, la cuenca del río Don y San Petersburgo.

La sociedad presentaba profundos desequilibrios. La propiedad de la tierra estaba en manos de la aristocracia, y solo existía un número reducido de pequeños propietarios, conocidos como kulaks. La mayor parte de la población estaba compuesta por campesinos sometidos a un régimen casi feudal, viviendo en condiciones de vida miserables. El naciente proletariado industrial también carecía de los derechos elementales.

El descontento generalizado por esta situación había originado el nacimiento de diversas corrientes de oposición al zarismo. Entre ellas destacaban los liberales, organizados en el Partido Constitucional Democrático (conocidos como cadetes), y los marxistas, agrupados en el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso. Este último se escindió en 1912 en dos facciones principales: los mencheviques y los bolcheviques, liderados por Lenin, quienes eran partidarios de la revolución.

En 1905, se había producido una primera tentativa revolucionaria, ante la cual el zar Nicolás II se vio obligado a plantear un programa de reformas. La negativa bolchevique a aceptar estas medidas significó su revocación, pero la revuelta sirvió como un antecedente crucial para la revolución de 1917.

La Revolución de Febrero y el Gobierno Provisional: El Camino hacia el Cambio

La evolución desfavorable para Rusia en la Primera Guerra Mundial incrementó drásticamente el descontento contra el régimen del zar. Los revolucionarios impulsaron la organización de soviets (comités de obreros, soldados y campesinos) que demandaban el fin de la guerra y profundas reformas sociales. La revolución estalló en San Petersburgo en febrero de 1917. Nicolás II abdicó, y se formó un Gobierno Provisional presidido por el príncipe Lvov, que convocó elecciones para constituir una Duma o Parlamento. En los meses siguientes, un nuevo Gobierno, dirigido por el reformista Aleksandr Kérenski, trató de consolidar una república liberal y democrática.

Sin embargo, la lentitud del Gobierno Provisional provocó el descontento de los grupos populares. Por el contrario, los bolcheviques ganaron un creciente apoyo en los soviets, sobre todo desde que Lenin publicó sus Tesis de Abril. En este documento, prometía una paz inmediata, la distribución de tierras entre el campesinado, la colectivización de las fábricas y el respeto a las nacionalidades.

Los bolcheviques intentaron acceder al poder en julio, lo que provocó un giro conservador que obligó a Lenin a exiliarse y entregó el poder a Lavr Kornílov. Este último intentó dar un golpe de Estado que fue frenado gracias a la intervención de los bolcheviques, quienes contaban con un creciente apoyo popular. Así, Lenin regresó clandestinamente del exilio para ponerse al frente de la revolución.

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