Revolución Rusa de 1917: Causas, Febrero y Caída del Zarismo

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El Proceso Revolucionario de 1917 en Rusia: Del Estallido a la Caída del Zarismo

El estallido de la Gran Guerra fue visto desde el gobierno como una coyuntura para reforzar el poder del zar, cerrando filas en una “unión sagrada” frente al enemigo exterior. La propia izquierda se dividió en “Defensistas” (partidarios de participar en la guerra para defender a Rusia de la agresión alemana) y los “Internacionalistas”, quienes consideraban la guerra ajena a los intereses de los obreros de acuerdo con el internacionalismo proletario. La realidad daría la razón a los segundos al poner de manifiesto otra vez la debilidad de la Rusia zarista y sus injusticias sociales: en el frente había soldados sin fusiles y en la retaguardia cayó la producción de alimentos y la creciente inflación llevó el hambre a las casas de los obreros. Entre febrero y octubre desertaron del ejército ruso un millón de soldados. La Guerra sirvió para desacreditar definitivamente al zar e institucionalizar la violencia: el pueblo pedía paz, pan y tierra, y el zar solo ofrecía hambre, guerra y muerte.

En agosto de 1915, Nicolás II se puso al frente de las operaciones, dejando la política interior en manos de la zarina Alejandra de Hesse (quien mantenía relaciones con Grigori Rasputín): él no sabía nada de guerra y ella lo desconocía todo de Rusia y carecía de experiencia política. Toda la producción industrial se puso al servicio de la guerra, pero los campesinos se negaron a entregar sus cosechas, de manera que falló el abastecimiento de alimentos en las ciudades. El paro se disparó mientras el gobierno estaba en bancarrota a causa de los gastos militares. El zar respondía acentuando la represión, sobre todo tras el asesinato de Rasputín.

La Revolución de Febrero: Caída del Zarismo

En ese ambiente de caos total, los rusos comenzaron a autoorganizarse y las protestas se incrementaron. El 9 de enero de 1917, aniversario del Domingo Sangriento, casi 200.000 trabajadores fueron a la huelga para celebrarlo. El 23 de febrero, Día Internacional de la Mujer, se pusieron en huelga las mujeres de las fábricas de tejidos. Dos días después se convirtió en huelga general que fue reprimida a tiros. El lunes siguiente, una nueva manifestación recorrió las calles al grito de “Pan y paz” y “¡Abajo la autocracia!”. En esta ocasión, los soldados se sumaron a la manifestación. Unas 20.000 personas entraron en los jardines del Palacio de Invierno y se arrió el pabellón imperial, se izó una bandera roja y, a continuación, se nombró un Gobierno Provisional presidido por el príncipe Lvov, lo que implicaba la destitución del zar. El 2 de marzo, Nicolás II intentó abdicar en su hermano Miguel, pero este no aceptó la corona ante la evidencia del triunfo revolucionario.

Medidas del Gobierno Provisional

El Gobierno Provisional de Lvov publicó el periódico “Izvestia” y comenzó a avanzar medidas reformistas y modernizadoras como:

  • Amnistía de delitos políticos (lo que permitió la vuelta de Lenin).
  • Jornadas laborales de 8 horas.
  • La supresión del ejército y policía zarista, sustituidos por soviets.
  • Reconocimiento de libertades personales y políticas, además del derecho a huelga y sindicalización.
  • Por exigencia de los revolucionarios, el Gobierno Provisional se comprometió a convocar en noviembre una Asamblea Constituyente para institucionalizar todo aquello con una constitución democrática.

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