La Revolución de los Materiales en la Arquitectura Moderna: Impacto y Nuevas Tipologías
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La Revolución de los Materiales en la Arquitectura Moderna
La arquitectura experimentó una transformación radical con la aparición de nuevos materiales que permitieron abordar las ingentes necesidades constructivas del emergente mundo capitalista. Estos materiales clave fueron el hierro en sus diversas formas, el vidrio y, hacia finales del siglo XIX, el hormigón.
1. Nuevos Materiales Constructivos y su Impacto
El Hierro: De lo Oculto a lo Protagonista
El hierro no era un material desconocido, pero hasta el siglo XX había estado restringido por su elevado precio y por lo escaso de su producción. Se utilizaba en puntos concretos y se ocultaba por considerarlo un material útil pero poco noble. Ahora, en cambio, la oferta y la demanda se alimentaban mutuamente: arquitectos e ingenieros pedían mucho más hierro y de menor calidad para realizar grandes construcciones. Este material, utilizado en grandes cantidades, dejó de ser ocultado como algo vergonzoso.
Hubo varias etapas en su evolución: el hierro tradicional dio paso al hierro de fundición (dúctil y moldeable), que permitió que se le dieran formas artísticas que decoraban la arquitectura tradicional; sin embargo, era demasiado frágil.
El Vidrio: Transparencia y Liberación de la Fachada
El éxito del vidrio vino dado por la disponibilidad reciente de planchas de dimensiones normalizadas para la construcción. La combinación entre estructuras metálicas y cerramientos de vidrio supuso un gran avance en la historia de la arquitectura. Apareció una nueva estructura en la que una trama de planos interiores soportaba todo el peso. Esto liberó a la fachada de su función estructural y la convirtió en un muro cortina que, al no soportar ya el peso de la construcción, podía perder su consistencia maciza y pesada, y ser sustituida por ligero y transparente vidrio.
El Hormigón Armado: Resistencia y Moldeabilidad
El otro material que dominó todo el siglo XX es el hormigón armado, una combinación de moldeabilidad y resistencia. Al combinar el cemento o el hormigón con varillas de hierro o acero incrustadas en su seno, nació el hormigón armado. Su uso dependía de fórmulas científicas exactas que dictaban poco margen a la incertidumbre y permitían un ahorro considerable.
2. Nuevas Tipologías Arquitectónicas Impulsadas por la Industrialización
A los tipos de edificios habituales (iglesias, palacios, etc.) vinieron a añadirse otros nuevos, directamente relacionados con las necesidades de la era industrial:
- Fábricas
- Estaciones de ferrocarril
- Mercados centrales
- Grandes almacenes
Fábricas: Adaptación a la Producción Industrial
Las fábricas fueron adaptándose cada vez más a las exigencias de la industrialización. Podemos citar un ejemplo emblemático: la fábrica de chocolate Menier, con una estructura totalmente metálica.
Estaciones de Ferrocarril: Puertas Monumentales de la Ciudad
Las estaciones de ferrocarril se convirtieron en auténticas puertas monumentales de las ciudades. Su estructura expresaba a la perfección la modernidad y los cambios acelerados de la época: la gran nave interna, el espacio de los andenes dominado por el protagonismo del vagón, el ruido, las locomotoras y el vaivén de los viajeros, se cubrían con audaces estructuras de metal y vidrio. Sin embargo, la fachada exterior de las estaciones mostraba una imagen diferente a la ciudad, utilizando materiales como piedra o ladrillo (considerados nobles) y con formas tomadas de la historia, mucho menos innovadoras.
Puentes de Hierro: La Era de los Viaductos Metálicos
La combinación entre el ferrocarril y el puente dio lugar a un nuevo tipo de construcción: el viaducto metálico para la vía férrea, una obra de ingeniería que transformó el paisaje y la conectividad.
Mercados Centrales y Grandes Almacenes: Templos del Comercio
Los mercados centrales eran inmensos pabellones de hierro y cristal, como el de Les Halles de París (demolido en 1970). Por su parte, los grandes almacenes concentraban todo tipo de productos en una especie de “palacio de la mercancía”, en los que el hierro se combinaba con ornamentaciones tradicionales, escaleras monumentales y vidrios, creando espacios comerciales innovadores y atractivos.