La Revolución Industrial en Vizcaya: Impacto y Desarrollo Siderúrgico
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Del carcón mineral. La hegemonía de Vizcaya: Vizcaya poseía extensas minas de hierro y una tradición de ferrerías que se remonta a la Edad Media. Fue a partir de 1876, con la llegada de carbón de coque galés a Bilbao, cuando se consolidó la industria siderúrgica en el País Vasco. La consolidación del eje comercial entre Bilbao y Cardiff desempeñó un papel de primer orden en la industrialización del País Vasco. En este sentido, el aumento de los intercambios en ambas direcciones también permitió reducir el coste por unidad transportada. En las dos últimas décadas del siglo se constituyeron las grandes empresas siderúrgicas vascas: la empresa Vizcaya construyó varios altos hornos y se creó la Sociedad Anónima Altos Hornos y Fábrica de Hierro y Acero de Bilbao. Altos Hornos de Vizcaya instaló el primer convertidor Bessemer de España, que fabricaba acero en serie.
La lenta expansión industrial
En el último tercio del siglo XIX, Cataluña y el País Vasco habían desarrollado ya una estructura industrial moderna asentada sobre la producción textil y siderúrgica. El predominio agrícola propició que la industria agroalimentaria tuviese un papel relevante, representando más de la mitad del total industrial, y alcanzando en Andalucía, Asturias, Canarias y Extremadura el 75%. En Valencia, los beneficios originados por el desarrollo de una agricultura de exportación estimularon la creación de industrias. En Aragón, el declive del textil tradicional abrió paso a la creación de una industria harinera. Madrid también inició un cierto dinamismo industrial con la influencia tipográfica y editorial como sector puntero. Los nuevos sectores, como el metalúrgico y el químico, fueron ganando terreno con el avance del siglo. Destacaron la industria del gas y la industria química que creció.
La producción minera
Entre 1874 y 1914 tuvo lugar la explotación masiva de los yacimientos mineros del subsuelo español. Hierro y carbón: el aumento de la demanda del carbón vino propiciado por la máquina de vapor y el desarrollo de la siderurgia. Fue en Asturias donde la minería del carbón alcanzó mayor desarrollo debido a la abundancia de recursos y a la facilidad para acceder al transporte marítimo. La minería del hierro fue un sector que tuvo una importante expansión, sobre todo a partir de la difusión del convertidor Bessemer. El mineral vizcaíno contaba con la ventaja de la proximidad de las minas al mar, lo que abarataba su transporte. El auge de las exportaciones convirtió a España en el principal abastecedor de mineral de hierro de Europa.
La desamortización del subsuelo
La Ley de Minas de 1868 supuso el final de una rígida reglamentación de las concesiones minerales y la liberalización del sector, que inició la explotación masiva de los yacimientos españoles. Se explica por tres factores: el aumento de la demanda internacional, los avances en las técnicas de explotación, que abarataron los costes de extracción, y el crónico endeudamiento de la Hacienda española. Entre 1870 y 1913, la explotación de los yacimientos mineros españoles creció enormemente. Fueron importantes los de plomo en el sur peninsular, los de cobre de Riotinto, los de mercurio de Almadén y los de cinc de Reocín. La mayor parte de la cantidad extraída se exportó entre 1899 y 1908.