Revolución Industrial: Etapas, Impacto Social y Transformaciones Económicas
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La Revolución Industrial
A comienzos del siglo XVIII, Gran Bretaña vivía en condiciones difíciles. Esta situación cambió notablemente a finales del siglo XIX, gracias al impacto de la industrialización. Tanto en Gran Bretaña como en Francia, la población aumentó debido al incremento de las actividades industriales y a la tecnificación en la productividad de la agricultura. El volumen del comercio creció y se agilizó gracias al desarrollo del ferrocarril y la navegación a vapor. La Revolución Industrial produjo transformaciones en la manufactura, la agricultura y los transportes, así como en la concepción del mundo y las estructuras sociales. Se consolidaron nuevas clases sociales: la burguesía, propietaria de los medios de producción, y el proletariado, poseedor de la fuerza de trabajo. La productividad del trabajo aumentó, lo que impulsó el crecimiento tanto de la producción como del consumo por habitante, generando un incremento de la riqueza por encima del crecimiento de la población.
Etapas de la Revolución Industrial
Primera Revolución Industrial (1760-1830)
Se utilizaron nuevas materias primas como el carbón y el petróleo, además de la madera y el algodón, del cual se extraía el hilo para los telares. El carbón se convirtió en el combustible principal de la máquina de vapor, mientras que también se aprovechó la energía del agua y la mecánica. Se buscó la mecanización para reducir la mano de obra. La invención más importante fue la máquina de vapor, que tuvo un gran impacto en los transportes. Otras máquinas relevantes fueron la lanzadera volante y el telar mecánico. El objetivo de esta etapa era producir en grandes cantidades y a bajo costo para obtener mayores beneficios. Los dueños de las empresas se unieron para formar compañías más grandes y repartir equitativamente las ganancias. La industrialización comenzó en Inglaterra y se extendió por Europa occidental, Estados Unidos y Japón. En esta época, la cultura era un privilegio, y solo las personas con recursos económicos tenían acceso a ella.
Segunda Revolución Industrial (1870-1914)
Se mantuvieron las materias primas de la primera fase, pero se incorporaron otras derivadas del petróleo y materias primas químicas, como el plástico y algunos tipos de tejidos para la industria textil. Se empezó a utilizar la electricidad, el petróleo y la energía hidráulica, aunque el carbón seguía siendo el combustible de la máquina de vapor. Se buscó la automatización. Surgieron grandes inventos como el dinamo, el motor de explosión, el cinematógrafo y el teléfono. Las industrias más importantes continuaron liderando en esta segunda fase. La novedad fue la aparición de la industria química, que trajo avances en la agricultura, como mejores abonos para los cultivos. Las empresas pasaron a ser propiedad de grandes grupos de empresarios. Surgieron nuevas potencias industriales como Alemania, Estados Unidos y Japón, que desplazaron a Inglaterra. En cuanto a la cultura, solo unos pocos seguían siendo los privilegiados.
Tercera Revolución Industrial (1945-actualidad)
Se siguen utilizando las mismas materias primas, pero hay una gran investigación para conseguir insumos más ligeros y resistentes, como la fibra óptica, la fibra de vidrio, nuevas cerámicas, aluminio, acero, cobre y mercurio. Se mantienen las energías anteriores y se suma la energía atómica. Surgen las energías eólicas, solares e hidráulicas, que son naturales, inagotables y limpias. Se busca la automatización y la robotización. Para una buena mecanización, las industrias requieren un gran capital, ya que se invierte más en maquinaria que en mano de obra. Se modernizan las industrias tradicionales, tanto las ligeras (de uso y consumo) como las pesadas. El dominio lo tienen las grandes multinacionales, que poseen e invierten un mayor capital. Actualmente, la industrialización se da en todos los continentes, a excepción de los países subdesarrollados. Los medios de comunicación son los que forman la cultura de masas, ya que la televisión pretende unificar los comportamientos globales.
La Sociedad Industrial y el Problema Obrero
Con la Revolución Industrial, apareció una nueva clase social que sustituyó a los artesanos: los obreros. Las principales diferencias entre ambos son:
- El artesano trabajaba dentro del gremio y tenía garantizadas una serie de medidas protectoras en caso de enfermedad, accidente o muerte (viudez). El obrero, en cambio, estaba solo y desprotegido, sin ningún tipo de ayuda. Su única opción era trabajar o enfrentarse a la miseria.
- Para el artesano, las relaciones laborales eran de tipo doméstico-familiar. En la fábrica, el dueño podía no llegar a conocer directamente a sus empleados.
- El artesano sentía aprecio por su obra, porque la consideraba propia. Para el obrero, el trabajo dejaba de ser algo creativo para convertirse en una carga.
El Nacimiento del Proletariado, los Problemas Sociales y el Origen de los Sindicatos
Los obreros comenzaron a unirse en asociaciones para obtener mejoras en sus condiciones laborales. Así surgieron los primeros sindicatos o asociaciones obreras. Robert Owen, un empresario profundamente preocupado por el bienestar de los obreros, logró agrupar varios sindicatos nacionales en uno general. El gobierno, alarmado, prohibió esta federación. A partir de ese momento, los obreros empezaron a reivindicar peticiones de tipo político, como el sufragio universal y la modificación de la ley electoral. A esta derivación política del movimiento obrero en Inglaterra se le denominó cartismo.
El Socialismo Científico
Karl Marx analizó el sistema capitalista para criticarlo y proponer su reemplazo por otro sistema, el comunista. Su concepción del mundo y del hombre (y, por tanto, de la sociedad) es radicalmente materialista y, en consecuencia, reduccionista. Interpreta toda la historia desde un enfoque meramente economicista, donde todo depende de la economía.
El Anarquismo
El anarquismo propuso la formación de pequeñas comunidades, a modo de aldeas. Su objetivo también es la revolución a través de métodos violentos, ya que no buscan conquistar el poder, sino destruir el Estado.