Revolución Industrial: Energía, Organización y Movimiento Obrero en el Siglo XIX
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Fuentes de Energía e Innovaciones Industriales en el Siglo XIX
La electricidad y el petróleo desplazaron al carbón como principales fuentes de energía durante la segunda mitad del siglo XIX. La electricidad encontró múltiples aplicaciones en los transportes, los sistemas de comunicación, el ocio y la iluminación. La extracción de petróleo comenzó en Estados Unidos a mediados del siglo XIX. La invención del motor de explosión posibilitó su utilización como combustible para los automóviles, un medio de transporte fundamental a partir del siglo XX. La aplicación del motor diésel a la navegación marítima permitió aumentar la rapidez y capacidad de los barcos. Asimismo, el petróleo fue un factor determinante en el desarrollo de la aviación.
En el ámbito industrial, la metalurgia adquirió un gran impulso debido a la producción de nuevos metales como el acero inoxidable y el aluminio. De este modo, la industria automotriz, con la invención del coche utilitario por Henry Ford, consiguió una gran expansión en Estados Unidos. La industria química logró la fabricación de nuevos abonos, productos farmacéuticos y dinamita, entre otros.
Transformación en la Organización Industrial: Taylorismo y Fordismo
A finales del siglo XIX, la organización de la producción se orientó hacia la fabricación en serie. Este nuevo método de trabajo se conoce como taylorismo, que consiste en la fabricación en cadena; es decir, la división del proceso de producción en tareas muy específicas utilizando máquinas de gran precisión. De este modo, cada obrero realiza una parte muy concreta del proceso. Este sistema de producción nació en Estados Unidos, y la fábrica de automóviles Ford fue una de las primeras en implantarlo.
La mejora de los salarios, con el objetivo de convertir a los obreros en consumidores, fue un elemento imprescindible para la expansión del mercado. Posteriormente, nacieron nuevas formas de concentración empresarial como:
- Cártel: acuerdos entre empresas.
- Trust: fusión de empresas.
- Holding: grupo financiero formado por empresas y bancos.
- Monopolio: derecho de una empresa para comercializar un producto en exclusiva.
Orígenes del Movimiento Obrero: Ludismo y Asociaciones de Trabajadores
En los inicios de la industrialización, la primera reacción de los trabajadores fue la destrucción de las máquinas y el incendio de las fábricas, movimiento conocido como ludismo. Paralelamente, algunos sectores de trabajadores empezaron a darse cuenta de que compartían problemas y objetivos. Para defender sus intereses, crearon asociaciones de trabajadores, como las sociedades de socorros mutuos, cuyo objetivo consistía en ayudar económicamente a sus miembros en caso de enfermedad o paro.
El Auge del Sindicalismo en el Siglo XIX
En Gran Bretaña se fundaron los primeros sindicatos, que reunían a obreros de un mismo ramo. Un ejemplo destacado es la Great Trade Union, un sindicato que agrupaba a obreros de distintos oficios. Se define sindicato como una organización de trabajadores que busca mejorar las condiciones de trabajo.
Marxismo, Socialismo y la Lucha por una Sociedad sin Clases
A mediados del siglo XIX, Karl Marx estableció las bases del pensamiento marxista. En colaboración con Friedrich Engels, denunció la explotación de la clase trabajadora y defendió la revolución obrera para destruir el capitalismo. Según su teoría, la propiedad privada debía desaparecer para eliminar las clases sociales y el Estado, alcanzando así una sociedad comunista, es decir, una sociedad sin clases. A partir del último tercio del siglo XIX, los marxistas propusieron la creación de partidos obreros socialistas. Su objetivo era la realización de la revolución proletaria, pero también defendían la participación en elecciones para impulsar una legislación más favorable a los trabajadores.