Revolución Francesa de 1848 y Auge del Nacionalismo: Causas y Consecuencias

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Revolución Francesa de 1848

Se inició con las revueltas de París de los días 22 al 24 de febrero, que, bajo la bandera del sufragio universal, derribaron la monarquía de Luis Felipe I de Francia. Se formó un gobierno provisional que proclamó la república, abrió talleres nacionales (reclamados por los trabajadores, muy afectados por el desempleo forzoso) y convocó elecciones —por sufragio universal— para una asamblea constituyente. Esta, dominada por los representantes de la pequeña y mediana burguesía, clausuró los talleres nacionales, lo que forzó a las clases populares, dirigidas por los socialistas, a sublevarse de nuevo (23 al 26 de junio). La subsiguiente represión destruyó temporalmente a la izquierda y facilitó el acceso de Luis Napoleón a la presidencia (diciembre de 1848), desde la que acabaría proclamándose emperador (1851-1852).

El Nacionalismo: Definición y Orígenes

El nacionalismo es una actitud política que surge directamente de atribuir, en un terreno ético-político, un valor muy alto al hecho nacional o a la nación. Es la toma de conciencia, ampliamente compartida por una parte de la población de un territorio, de pertenecer a la misma identidad colectiva. Esta identidad se basa en la presencia de elementos comunes como la cultura, la lengua, el territorio, la historia, las costumbres, los símbolos y determinadas pautas de conducta y de visión del mundo.

El nacionalismo introdujo el binomio Estado-nación y presentó dos modalidades políticas:

  • La de los pueblos que se sentían miembros de una misma nación, pero que no formaban un Estado y lucharon para alcanzar la unión (casos de Alemania e Italia).
  • La de los pueblos que estaban dominados por otras naciones y que organizaron movimientos de separación (casos de Bélgica y de las nacionalidades del Imperio austriaco).

Nacionalismo Conservador

Nace del rechazo a la dominación napoleónica y se inspira en las ideas conservadoras del Romanticismo (el retorno a la tradición). Según esta concepción, la nación es una realidad viva, manifestada por unos caracteres externos y hereditarios (lengua, historia, religión, costumbres, tradiciones...), y no es tanto el resultado de un consentimiento y de una voluntad, sino de la búsqueda de una identidad común. La nación existe con independencia del sentimiento nacional que pueda tener o no un pueblo. Es la tesis de nacionalidad heredada, formulada en Alemania por Herder y Fichte, y seguida por los nacionalistas alemanes.

Nacionalismo Progresista

Se inspira en la idea de nación surgida de la Revolución Francesa (derecho de los pueblos a disponer de sí mismos). Según esta concepción, la nación se basa en la voluntad de un pueblo de vivir en común y estar regido por unas mismas instituciones. Es la tesis de nacionalidad consciente, formulada en Italia por Mazzini, y que siguieron los nacionalistas liberales italianos.

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