La Revolución de 1854 y el Bienio Progresista (1854-1856): Hitos, Reformas y Fin del Experimento Liberal
El Bienio Progresista (1854-1856): Origen y Desarrollo
El Bienio Progresista se inicia con un conflicto político entre el gobierno, liderado por el conde de San Luis, y el Senado, imponiéndose este último. La Revolución de 1854, que desencadenó este periodo, tuvo dos fases bien diferenciadas:
Fase 1: El Pronunciamiento Moderado
Esta fase fue de tipo moderado. Se inició con el pronunciamiento de Alcalá (16 de junio) liderado por los generales Dulce y O’Donnell. En Vicálvaro tuvo lugar una batalla entre los sublevados y las tropas del gobierno, conocida como La Vicalvarada, la cual fracasó inicialmente.
Fase 2: La Acción Progresista y el Manifiesto de Manzanares
Tras el fracaso inicial, los progresistas entraron en acción. Publicaron el Manifiesto de Manzanares (7 de julio), redactado por Antonio Cánovas del Castillo. Este manifiesto recibió un respaldo masivo, especialmente de los progresistas, y concretaba la necesidad de una reforma constitucional. Proclamaba valores progresistas esenciales:
- Nueva ley electoral.
- Rebaja de impuestos.
- Restauración de la Milicia Nacional.
- Convocatoria de Cortes Constituyentes.
Apoyado por otros jefes militares (Serrano, Dulce, San Miguel) y con la población movilizada en las calles, el golpe triunfó, extendiéndose rápidamente a Barcelona, Valladolid, Valencia y Madrid.
La Reacción de Isabel II y la Formación del Gobierno
La reacción de la reina Isabel II se enfrentó a un tipo de movilización popular de carácter revolucionario. Se intentó frenar la acción creando un gobierno provisional con Evaristo San Miguel, que resultó incapaz de contener la situación. Debido al aumento de los brotes revolucionarios y la incapacidad gubernamental, la reina Isabel II llamó a Espartero el 26 de junio, quien pactó con O’Donnell, iniciándose así el periodo progresista. La alianza entre ambos líderes duró dos años, razón por la cual se habla de una coalición progresista-unionista. María Cristina, madre de la reina, abandonó de nuevo el país.
Hitos y Reformas Clave del Bienio Progresista (1854-1856)
Los principales logros e iniciativas legislativas del Bienio progresista fueron:
La Constitución Non Nata de 1856
Se convocaron Cortes para dotar al país de una nueva Constitución, aunque esta no llegó a entrar en vigor. Es conocida históricamente como la CONSTITUCIÓN NON NATA de 1856. De haber sido promulgada, habría recuperado la Soberanía Nacional, establecido una amplia declaración de derechos y un Senado electivo con iguales poderes y responsabilidades que el Congreso de Diputados. No obstante, aceptaba el catolicismo como religión oficial (aunque no imponía la persecución de doctrinas distintas).
La Desamortización General de Madoz (1855)
La Ley de Desamortización General de 1 de mayo de 1855 (mal llamada desamortización civil) fue una "desamortización total", cuyo objetivo era poner fin a cualquier residuo de "manos muertas".
- Bienes Eclesiásticos: Reanudó la venta de los bienes del Clero, tanto regular como secular, que todavía no habían sido desamortizados (incluyendo bienes de las órdenes militares de Santiago, Alcántara y Calatrava, cofradías y obras pías). La Iglesia protestó esgrimiendo la vigencia del Concordato con la Santa Sede. El Gobierno rompió las relaciones con el Vaticano y se prohibieron los periódicos católicos.
- Bienes Municipales: Sobre todo, obligó a los ayuntamientos a poner en venta los bienes «de propios» y «comunales», cuya venta se prolongó hasta 1924 con el Estatuto Municipal de Calvo Sotelo.
Otras Iniciativas Económicas y Sociales
Desarrollo de los Ferrocarriles
Se impulsó el desarrollo ferroviario a través de la Ley General de Ferrocarriles de junio de 1855. Los resultados fueron espectaculares: entre 1859 y 1875, España pasó de 28 a 6.124 kilómetros de vía. Sin embargo, la construcción y explotación fueron monopolizadas por empresas alemanas e inglesas.
La Ley de Banca de 1856
Esta ley permitió la creación de sociedades de crédito y nuevos bancos, contribuyendo a facilitar la inversión ferroviaria y el surgimiento de un mercado financiero moderno. El gobierno se reservaba el derecho de inspección sobre el balance de cada sociedad.
Crisis Social y Fin del Bienio Progresista
La especulación en los ferrocarriles y la banca provocó un aumento de la inflación. En el verano de 1855, se produjo la primera huelga general de la Historia de España en Barcelona, en petición de mejoras salariales, que se extendió a Zaragoza y partes de Castilla. Esta conflictividad social se debió a una profunda crisis económica, cuyas causas fueron:
- Epidemias de cólera.
- El alza de los precios del trigo y las malas cosechas.
- Fuertes tensiones entre obreros y patronos.
- Graves enfrentamientos callejeros.
El gobierno perdió el apoyo de las Cortes y muchos diputados progresistas se pasaron a la Unión Liberal, el partido de O’Donnell. Otras causas del fin del Bienio fueron que O’Donnell disolvió la Milicia Nacional y reprimió con dureza los movimientos luditas en los telares catalanes.
Espartero dimitió al oponerse a la política represiva de O’Donnell. Por ello, la reina nombró a O’Donnell jefe de gobierno. Este cambio no agradó a los sectores radicales, lo que provocó fuertes represiones para oponerse al nuevo gobierno. Finalmente, la rendición de los sublevados puso fin a la experiencia progresista en 1856.
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