La Revelación Divina en la Historia: El Misterio de Dios en Jesucristo

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Dios se Revela en lo Cotidiano y lo Histórico

Hay gente que piensa que la fe en el Dios bíblico es una fe intelectual. Ellos interpretan que Dios se revela de una manera intelectual, pero Dios no se revela así. Dios no nos dijo quién era de forma intelectual, sino que nos lo dijo en la Historia, a través de acontecimientos. Dios dice a Moisés cuando lo llama: “Yo soy el que soy”, es decir, nos dice que es el único que existe con propiedad.

Después de la salida de la esclavitud del pueblo por la mano poderosa de Dios, las generaciones siguientes conocen a Dios como aquel Dios que se reveló a sus padres, el Dios que ha estado con ellos en la historia. Conocen a Dios por los acontecimientos en los que él ha intervenido. El pueblo de Israel es quien ha transmitido esa fe. Este pueblo reconoce que es Dios el que, por la mano de Moisés, les ha liberado de la esclavitud. Por lo tanto, Dios se revela en la historia. Dios, a través de Moisés, que hace de mediador, habla a su pueblo y, junto con la palabra, Dios obra; Dios promete la liberación y la cumple.

Historia y Revelación: Pilares de la Fe Cristiana

La revelación se da en la historia a través de palabras, acontecimientos y obras, que están relacionados. Porque en el Credo, que es la columna vertebral de nuestra fe, nosotros decimos datos históricos tan poco religiosos. La conciencia de los escritores evangélicos es que saben que lo que van a contar ha pasado en la historia. Es decir, los detalles históricos encontrados son hechos históricos que acaecieron en la Historia, son hechos que fueron constatados por personas. Por eso es importante subrayar la relación existente entre Historia y Revelación, para que el relato no se reduzca a ser leído como un mito.

Jesucristo: Centro y Plenitud de la Revelación

Jesucristo recibió los tres castigos: azotado, coronado y crucificado. Por eso se dice que Jesucristo es el centro de la revelación; su persona es un misterio. Si queremos escuchar lo que Dios revela al mundo a través de la muerte de Jesucristo, nos tenemos que acercar a la persona y al misterio de Jesucristo. En torno a Jesús, hay un misterio que nosotros tenemos que descubrir, porque así podremos escuchar y entender lo que Dios nos revela.

En Jesús, Dios no manda un profeta. Jesús no es como Moisés, que actúa como mediador; Jesús no es un hombre que hable de parte de Dios. El gran misterio de nuestra fe cristiana es que alguien humano ha estado en nuestra propia historia, siendo reconocido por personas como Dios entre nosotros, y “el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”.

Si esto es así, toda la vida de Cristo es misterio revelador, porque en Jesús podemos afirmar que hay un hombre, pero en él hay algo que no hay en los demás, tanto en la palabra como en los hechos. Algunas personas de su entorno, sin entender, percibían que en la palabra de Jesús había algo que era más que humano; percibían lo divino de la palabra del Señor. Y esto es la fe cristiana, y esto fue transmitido por los testigos que convivieron con él.

La Divinidad de Jesús Confirmada por Sus Obras y Palabras

Provocó tal pasmo lo realizado a Lázaro, que los dirigentes judíos se reunieron y decidieron acabar con él. Los Fariseos le dicen: “No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino porque tú, siendo hombre, te haces igual a Dios”. Se le condenó por blasfemo. Ellos reconocían que Jesucristo hacía obras buenas, pero lo juzgaron, lo condenaron por hacerse igual a Dios.

Jesucristo asume todo lo humano, incluso aquello que podría parecer contrario a la verdadera esencia de Dios, sin alterar el núcleo de la Revelación. Para hacernos cristianos, tenemos que acercarnos a Jesucristo, porque él vivió para la humanidad.

Cuando Jesucristo habla, lo hace consciente de comunicar la Palabra de Dios. Jesucristo se pone a la altura de la palabra divina de Dios, es decir, Jesús tiene conciencia de decir y ser la misma Palabra de Dios. Dios habla al corazón humano. Jesucristo muere con la conciencia de morir por nosotros. Ningún hombre de la historia ha hablado y ha entregado su vida por todos nosotros, solo Jesucristo. Jesús es la Palabra de Dios encarnada. Y a la luz de su persona, podremos entender todo lo que Dios ha ido haciendo con nosotros.

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