La Resurrección de Lázaro de Giotto: Un Fresco Innovador del Trecento

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La Resurrección de Lázaro

Giotto di Bondone (1303-1306)

Análisis de la Obra

Título: Resurrección de Lázaro
Cronología: 1303-1306
Autor: Giotto di Bondone
Técnica: Fresco
Estilo: Italogótico. Trecento
Ubicación: Capilla Scrovegni, Padua
Dimensiones: 200 x 185 cm

Giotto, perteneciente a la escuela florentina del Trecento, introduce novedades pictóricas que se observan en este cuadro:

  1. Volumen y Corporeidad: Los cuerpos con amplias túnicas tienen volumen o corporeidad, a lo que contribuyen las diferencias de tonos.
  2. Espacio Realista: Intento de crear un espacio más real con luz natural. En este cuadro se muestra un paisaje rudimentario y esquematizado en diagonal que sustituye los fondos dorados de tradición bizantina. Además, se pueden ver figuras en escorzo.
  3. Expresión de Emociones: Diversidad de actitudes y gestos para expresar estados de ánimo. Son característicos los ojos achinados y los rictus en la boca. Introduce cuerpos de espalda, de perfil o en escorzo.

En primer lugar, observamos que Cristo y los demás personajes tienen la misma altura, desapareciendo la jerarquía románica. En segundo lugar, se observan diferentes actitudes: sorpresa, incredulidad (personaje que levanta la mano y se toca la barbilla) de los judíos que presencian lo acontecido; agradecimiento en las hermanas de Lázaro; personajes de espalda agachados con la lápida en intento de escorzo. Por lo tanto, ha desaparecido el estatismo y la rigidez del románico, mostrando estados de ánimo individualizados.

  1. Influencia Bizantina: Mantiene ciertos aspectos de influencia bizantina: rostros ovalados, nimbos dorados, ojos almendrados.

Estas aportaciones o novedades de Giotto abren el camino hacia la pintura del Quattrocento, influyendo en artistas como Masaccio e incluso en Miguel Ángel.

Iconografía

Rodean a Jesús yacente, colocado a nuestra izquierda, María que sostiene su cabeza, María Magdalena que sostiene sus manos, otra de las Marías que coge sus pies, San Juan en profundo lamento echando las manos hacia atrás y otros personajes.

En este cuadro, Giotto dota a las figuras de volumen o corporeidad mediante el sombreado y la gradación de tonos. Coloca a dos personajes de espaldas para llamar la atención del espectador sobre el tema principal.

Muestra preocupación por el sentido narrativo mediante la diversidad de gestos. Es notable las diferentes actitudes y gestos ante el dolor por la resurrección de Lázaro, como el de María que mira fijamente a su hijo. La composición es simple: el eje principal, en horizontal, es el cuerpo de Lázaro, alrededor del cual se distribuyen las demás figuras en forma de círculo. Todas están entristecidas. Fuera de este círculo y con esquema vertical, dos apóstoles cuya verticalidad se continúa en el árbol y que se muestran algo más serenos, con una tristeza estoica tal vez por la esperanza de la resurrección.

El tema se sitúa en un primitivo paisaje marcado por la diagonal o sentido oblícuo del montículo y por el cielo azul donde aparecen los ángeles en escorzo que también lamentan la muerte de Cristo. Perspectiva oblícua marcada por la diagonal de la colina. Mantiene ciertos rasgos de bizantinismo como los rostros ovalados y los nimbos dorados.

El Artista y su Obra

En muchas ciudades creció la burguesía que se apoderó del gobierno. Además, hay que tener en cuenta que el gótico tuvo menos desarrollo que en el resto de Europa por la existencia de vestigios del mundo clásico. Giotto, como se observa, fue un artista innovador. Vivió gran parte de su vida en Florencia, pero por su fama fue requerido en otras partes de Italia como Asís y Padua.

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