Resumende la obra quien se ha llevado mi queso
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fuerza erosiva es elevada por su pendiente y la escasez de vegetación de las laderas por las que circulan (aridez), lo que provoca que ante lluvias torrenciales tengan una elevada capacidad destructiva y arrastren sedimentos de todo tipo. España tiene cerca de 2.500 lagos y más de 2.500 humedales, pero muchos son de reducidas dimensiones y de carácter estacional. Según su origen son muy distintos entre sí: tectónicos (en terrenos hundidos por fallas o pliegues), volcánicos (en el cráter de un antiguo volcán), glaciares (en los antiguos circos, lenguas y morrenas glaciares), cársticos (en cubetas creadas por la disolución de la caliza), endorreicos o arreicos (en zonas áridas donde las escasas aguas no tienen fuerza para desplazarse y se acumulan en zonas llanas), eólicos (en depresiones excavadas por el viento), y albuferas (que se forman cuando un cordón litoral separa un lago salado del mar al taponar a una bahía). C) Aprovechamientos hídricos, impactos de la actividad humana y políticas aplicadas. El ser humano necesita el agua para vivir por lo que se ha asentado en lugares próximos a los recursos hídricos. El ser humano usa el agua para: actividades que consumen agua (usos consuntivos) y actividades que usan el agua sin consumirla (usos no consuntivos). Entre los primeros usos destacan su consumo en hogares y municipios (bebida, limpieza, riego), en actividades industriales y sobre todo, en el regadío agrario)
. Entre los usos no consuntivos podríamos mencionar la pesca, la acuicultura, la producción hidroeléctrica, la navegación o los deportes acuáticos. Para regular los recursos hídricos de los ríos se han hecho embalses (grandes extensiones de agua almacenada artificialmente tras una presa), destacando en la vertiente mediterránea los situados en la cuenca del Ebro que se aprovechan para producción eléctrica y abastecimiento. Salvo esta cuenca, el resto de cuencas mediterráneas presentan un balance hídrico deficitario al tener unos recursos hídricos muy escasos e irregulares y una demanda de agua elevada por el consumo agrario, turístico e industrial.
Esto ha llevado a promover obras de captación de agua salobre para obtener agua dulce en plantas desalinizadoras. El Plan Hidrológico Nacional de 2001 prevéía el trasvase del Ebro como una polémica obra de transporte de agua desde el Ebro a los centros turísticos y agrícolas de las cuencas del Júcar y del Segura. La sobreexplotación de las aguas superficiales se produce al aumentar el consumo de agua para usos urbanos, industriales y agrarios provocando el descenso del caudal de los ríos, amenazando el futuro del delta del Ebro ante la falta de aporte de sedimentos, y reduciendo la superficie de lagos y humedales. La extensión del regadío intensivo amenaza humedales como las marismas de Doñana, las Tablas de Daimiel y el mar Menor. Al mismo tiempo, se produce la contaminación de las aguas por la evacuación de desechos agrarios (fertilizantes) y ganaderos (purines), por la actividad industrial (productos tóxicos y metales pesados); y por aguas sin depurar correctamente de las ciudades, contaminación incrementada por la escasez de agua. La Ley de Aguas, establece que todas las aguas son de dominio público estatal. El Plan Hidrológico Nacional busca coordinar los planes de todas las cuencas hidrográficas intentando lograr el autoabastecimiento hídrico de cada cuenca, una buena calidad del agua, prevenir las inundaciones y sequías e impulsar la investigación e innovación tecnológicas. Los Planes Hidrológicos de Cuenca determinan las necesidades y obras de cada cuenca hidrográfica, gestionadas por las Confederaciones Hidrográficas.