Resumen por capítulos del Quijote

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La obra maestra de nuestro autor aparece en 1605, impresa por Juan de la Cuesta y dedicada al duque de Béjar.
La dedicatoria pudo escribirla el editor, F.De Robles, ya que sigue la de los Comentarios de Fernando de Herrera a Garcilaso. Continúan los preliminares:
Un prólogo burlesco, que ridiculiza las auctoritates que otros autores exhibían en situaciones semejantes, y unos poemas laudatorios, firmados por Amadís, Orlando furioso o el caballero del Febo.
Comienza la obra en cuatro partes, división frecuente en los libros de la época. La sensación de parodia está presente desde un principio: no hay intento de verosimilitud ni la inseguridad del autor novel. Su desengaño produce desenvoltura y un humor casi cínico. Se ha dicho que Cervantes pudo imaginar su obra en prisión, acaso en Sevilla.
En su inicio -

"En un lugar de la Mancha"

Sigue el romance de El amante apaleado, anterior a 1600, y, en sus primeros capítulos, el Entremés de los Romances, de hacia 1590, en que el labrador Bartolo enloquece
La obra maestra de nuestro autor aparece en 1605, impresa por Juan de la Cuesta y dedicada al duque de Béjar. La dedicatoria pudo escribirla el editor, F.De Robles, ya que sigue la de los Comentarios de Fernando de Herrera a Garcilaso. Continúan los preliminares: un prólogo burlesco, que ridiculiza las auctoritates que otros autores exhibían en situaciones semejantes, y unos poemas laudatorios, firmados por Amadís, Orlando furioso o el caballero del Febo. Comienza la obra en cuatro partes, división frecuente en los libros de la época. La sensación de parodia está presente desde un principio: no hay intento de verosimilitud ni la inseguridad del autor novel. Su desengaño produce desenvoltura y un humor casi cínico. Se ha dicho que Cervantes pudo imaginar su obra en prisión, acaso en Sevilla. En su inicio -"En un lugar de la Mancha"- sigue el romance de El amante apaleado, anterior a 1600, y, en sus primeros capítulos, el Entremés de los Romances, de hacia 1590, en que el labrador Bartolo enloquece por leerlos.
2.A.- Don Quijote es la transformación de Alonso Quijano, un hidalgo de vida austera, dado a la lectura de romances y libros de caballería. Su retrato pudo seguir el Examen de Ingenios (1575) de Huarte de San Juan.
Marcha en busca de aventuras, imaginando el estilo grandilocuente con que su futuro cronista las narraría. En una venta, que toma por castillo, pide al ventero le nombre caballero, a lo que éste accede en una farsa mal avenida con la caballería. Recuerda a don
Quijote la necesidad de llevar equipaje y, sobre todo, dinero (caps.II-III). En su primera aventura, el caballero socorre al mozo Andrés, que, atado a un árbol, recibe una paliza de su amo. Ante la espantosa presencia de Don Quijote, queda libre; pero, al irse el caballero, el niño recibe el castigo doblado.
Don Quijote no verá su fracaso:
Quien intenta arreglar las cosas suele dejarlas peor de lo que estaban. Más tarde, exige de unos mercaderes la confesión de que Dulcinea del Toboso es la más bella dama de la tierra, a lo que responden apedreando al caballero y dejándolo en el suelo, casi muerto (cap.IV). Un labrador vecino lo recoge y escucha sus romances (cap.V). Esta primera salida de Don Quijote supone un relato completo. Pudo escribirse como una novela ejemplar:
Una sátira sobre un loco, lector de romances
Marcha en busca de aventuras, imaginando el estilo grandilocuente con que su futuro cronista las narraría. En una venta, que toma por castillo, pide al ventero le nombre caballero, a lo que éste accede en una farsa mal avenida con la caballería. Recuerda a Don Quijote la necesidad de llevar equipaje y, sobre todo, dinero (caps.II-III). En su primera aventura, el caballero socorre al mozo Andrés, que, atado a un árbol, recibe una paliza de su amo. Ante la espantosa presencia de Don Quijote, queda libre; pero, al irse el caballero, el niño recibe el castigo doblado. Don Quijote no verá su fracaso: quien intenta arreglar las cosas suele dejarlas peor de lo que estaban. Más tarde, exige de unos mercaderes la confesión de que Dulcinea del Toboso es la más bella dama de la tierra, a lo que responden apedreando al caballero y dejándolo en el suelo, casi muerto (cap.IV). Un labrador vecino lo recoge y escucha sus romances (cap.V). Esta primera salida de Don Quijote supone un relato completo. Pudo escribirse como una novela ejemplar: una sátira sobre un loco, lector de romances.
Cervantes aprovechará la quema de libros de Don Quijote por parte del cura y el barbero de su aldea (cap.VI) para mostrar sus lecturas juveniles y sus libros de caballerías. Esto obliga a matizar la afirmación de que nuestro autor ridiculiza estos libros, que debíó recordar con nostalgia. Entre ellos, elogia Amadís de Gaula, Esplandián o Tirante el Blanco. Peor fortuna corren Olivante de Laura (1564), de Antonio de Torquemada -cuyo Jardín de flores curiosas influyó en el Persiles- o Florismarte de Hircania (1556).
Repasa el género pastoril con las Dianas clásicas, El pastor de Fílida de Gálvez de Montalvo o La Galatea del propio Cervantes. También nombra poemas épicos:

La Austriada o La Araucana.

Son, como El Quijote, lo que Cervantes consideraría libros de entretenimiento e indican sus gustos literarios.
Su autor parece poco preocupado por libros de devoción o filosofía.
Repuesto Don Quijote de sus heridas, prueba otra vez fortuna. Propone a un labrador, vecino suyo, que le sirva de escudero.
Ahora Don Quijote y Sancho Panza cabalgan juntos y dialogan con talento e inteligencia.
El carácter razonable y apocado de Sancho no impedirá que su amo se enfrente a unos molinos de viento, para él soberbios gigantes
El carácter razonable y apocado de Sancho no impedirá que su amo se enfrente a unos molinos de viento, para él soberbios gigantes, y quede malparado y abatido.
2.B.- En la segunda parte nuestro autor, que consideraba perdida la continuación de su historia, la encuentra en un manuscrito de caracteres arábigos, compuesto por el cronista Cide Hamete Benengeli: lo descifra con ayuda de un morisco. Ahora vence Don Quijote al vizcaíno y se refugia con Sancho en compañía de unos pastores, a quienes recita un discurso sobre la edad de oro y las obligaciones de su orden de caballería. Presencia el desenlace de la historia pastoril de Grisóstomo y Marcela, en que esta pastora se desentiende de la muerte del desesperado Grisóstomo y defiende la libertad de la mujer en materia de amores (caps. IX-XIV).
2.C.- Un mal encuentro con arrieros gallegos o yangüeses abre la tercera parte (cap.XV). Don Quijote, maltrecho, se hospeda en una venta, donde recibe una paliza de otro arriero, celoso de la moza Maritornes. Para reponerse, elabora con aceite, vino, sal y romero el bálsamo de Fierabrás. Por no pagar en el mesón, el dueño consiente el manteo de Sancho, y roba sus alforjas (caps.XVI-XVII).
Dos rebaños de ovejas serán para Don Quijote los ejércitos de Alifanfarón de Trapobana y Pentapolín del Arremangado Brazo, presentados al modo de la épica clásica. Pese a los reparos de Sancho, arremete lanza en ristre contra los carneros, recibiendo una lluvia de piedras de sus pastores (cap. XVIII). Aliviado, encuentra, de noche, un cuerpo muerto que llevan a enterrar unos encamisados. Don Quijote, ahora Caballero de la Triste Figura, ignora la excomunión recibida por vencer en este grupo al bachiller Alonso López (cap. XIX). Esa noche, unos golpes pavorosos animan al hidalgo a aventurarse y al criado a retenerlo, sin que éste salga dignamente del apuro. De mañana, ven que unos batanes, causaron el estruendo y el miedo (cap. XX). Al día siguiente atacan a un barbero, cuya bacía parece a Don Quijote el yelmo de Mambrino. Amo y criado se ven protagonistas de un libro de caballerías (cap. XXI). Ilustración de Gustavo Doré
Muchas prisiones sufríó Cervantes para decidir que Don Quijote daría libertad a unos galeotes, encadenados para remar en galeras reales. Averigua el caballero sus delitos y desprecia a un rey que toma venganza de sus vasallos más humildes. Un galeote, Ginés de Pasamonte, se revuelve contra su libertador y logra que el resto lo apedree (cap.XXII). Don Quijote se recoge en Sierra Morena para hacer penitencia, como Amadís de Gaula cuando se llamó Beltenebros. (Una interpolación que afecta a muchos ejemplares de la primera edición narraba ahora cómo Ginés robó su rucio a Sancho.) Don Quijote conoce a Cardenio, loco, porque su amigo Fernando ha conquistado a su antiguo amor, Luscinda. Don Quijote entrega a Sancho una carta para Dulcinea del Toboso, que Sancho pierde. Al poco encuentra al cura y al barbero de su pueblo, que organizan el regreso del Caballero de la Triste Figura (caps.XXIII-XXVII). 2.D.- En esta cuarta parte, aparece Dorotea, a quien Fernando abandonó, tras prometerle matrimonio. Se hará pasar por la princesa Micomicona y pedirá a Don Quijote que la acompañe a liberar su reino, y, así, devolverlo a su aldea. De camino a la venta, Sancho cuenta a Don Quijote su fingida visita a Dulcinea (caps.XXVIII-XXXI). El ventero da a leer al cura la novela cortesana de El curioso impertinente (caps.XXXIII-XXXV). Don Quijote acuchilla, mientras leen, (cap.XXXV) una hueste de gigantes, que resulta ser cueros de vino, episodio que recuerda El asno de oro de Apuleyo. Pronuncia después un discurso sobre las armas y las letras (caps.XXXVII-XXXVIII), y favorece a aquéllas.
Un cautivo, que había entrado en la venta, narra su historia (caps.XXXIX-XLI), que constituye una novela morisca, trasunto de la experiencia cervantina: la mora Zoraida, enamorada de él, lo ayudó a escapar. Este capitán cautivo -Ruy Pérez de Viedma- encontrará a su hermano y sobrina en la venta, donde se reunirán los amantes separados en diferentes aventuras (cap.XLII). Por un ardid de Maritornes, Don Quijote pasa la noche colgado de una ventana (caps.XLIII-XLIV). Entonces aparece el barbero robado, que exige su bacía a Don Quijote. Se les unen cuatro cuadrilleros de la Santa Hermandad, que reconocen en el caballero al libertador de los galeotes (cap.XLV). El cura se las ingenia para que lo perdonen por loco. Un nuevo encantamiento será pretexto para que Don Quijote acepte entrar en un carro o jaula que lo llevará a su aldea (cap.XLVI). De camino, encuentran a un canónigo con quien el cura charla sobre literatura: libros de caballerías y comedias, aludiendo a Lope de Vega quien, pese a su talento, escribe las obras que mejor se venden. Don Quijote responde al canónigo con una apasionada defensa de los libros de caballerías (caps.XLVII-L).
El cabrero Eugenio desata la cólera de Don Quijote, interrumpida por una procesión de disciplinantes, portadores de una imagen de la Virgen, a quien el hidalgo considera una doncella robada. Sancho Panza llora sobre su amo, creyéndolo muerto por los disciplinantes, pero éste se recupera y llega a su aldea malherido (caps.LI-LII). Así concluye la obra, prometiendo segunda parte en Zaragoza, con sonetos y epitafios.
Este es el contenido de lo que, quizá precipitadamente, entregó, a finales de 1604, a la imprenta Cervantes. Pequeños desajustes entre títulos y contenidos de capítulos o despistes sobre el asno robado a Sancho Panza hacen pensar que su autor realizó correcciones sobre la marcha al libro: lo comentará en una segunda parte. Cervantes quedaría satisfecho por su éxito inmediato:
El suyo sería un libro de entretenimiento que provocaría a risa, como testimonian sus primeros lectores.
4.-
Cervantes no aclaró el género de su obra, que nunca llamó novela. El más aceptable sería el de historia o crónica, pese a su carácter de parodia, que pudo alcanzar también a las obras de historiadores contemporáneos.
Explota la ironía, pero su verdadero mérito está en el lenguaje de sus personajes y en los diálogos y razonamientos entre Don Quijote y Sancho. El decoro se mantiene en todo momento: las palabras de un loco se juntan con las de un simple, un tonto, un religioso, un moralista o un delincuente.
Considerar el punto de vista de cada uno se llama perspectivismo.
Así, Cervantes disiente de los valores de su época y del espíritu de la Contrarreforma, y desahoga las amarguras de una vida de frustraciones, cárceles e ingratitudes, sublimadas con un cinismo burlón.
Crea el humorismo en su sentido más actual, consecuencia del desengaño de un escritor que, acaso, no tenía ya mucho que perder.
6.- Pero Cervantes debíó ver más allá: volcó su persona en su libro y trazó un panorama de los géneros en prosa de su época: una novela pastoril, una novela morisca, una novela cortesana y un malogrado proyecto de novela picaresca en el personaje de Ginés de Pasamonte.

Acaso la lucidez de Cervantes consista en su visión de España:
Cada crimen o cada falta será consecuencia del abuso de los poderosos desde el rey hasta el amo más zafio. Así se presenta una España incapaz de llevar a cabo sus sueños y sus proyectos, condenada al fracaso y a la derrota.
Después aparecerán otras interpretaciones más idealizadas de Don Quijote como héroe espiritual-
Acaso desde el Romanticismo-
. Culminan en la Vida de Don Quijote y Sancho de Miguel de Unamuno (1905).

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