Restauración Borbónica y el Turnismo en España: 1875-1902
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La Restauración Borbónica y el Turnismo en España (1875-1902)
Tras el Sexenio Revolucionario, Cánovas del Castillo estudió el parlamentarismo inglés, un sistema de alternancia entre dos partidos: liberales y conservadores. Cánovas propuso implementar un modelo similar en España, una suerte de turnismo, pero bajo una monarquía parlamentaria. Con el apoyo del General Serrano y el General Martínez Campos, Alfonso XII fue proclamado rey de España en 1875. Este sistema buscaba terminar con los pronunciamientos militares. El General Serrano, como jefe de Estado temporal, nombró a Cánovas del Castillo presidente del Gobierno, quien se encargó de redactar una nueva constitución, la de 1876.
La Constitución de 1876
La Constitución de 1876 establecía a Alfonso XII como rey de España, definía a España como un Estado confesional de religión católica, e instauraba el sufragio censitario, que luego sería reemplazado por el sufragio universal.
Funcionamiento del Sistema Canovista
El sistema se basaba en la alternancia en el poder de dos partidos políticos: el Partido Conservador, liderado por Cánovas del Castillo, y el Partido Liberal, liderado por Práxedes Sagasta. Para asegurar esta alternancia, se recurría al fraude electoral. La figura clave en este proceso era el cacique, un individuo con poder en una zona determinada que recibía órdenes del Gobierno para controlar el voto popular. A cambio, el cacique obtenía favores. Este sistema, conocido como "pucherazo" (donde incluso votaban los muertos), se sustentaba en el apoyo de la burguesía, la nobleza, el clero, las fuerzas armadas, los terratenientes y el propio rey Alfonso XII. Durante este periodo, Cataluña y el País Vasco se consolidaron como las principales regiones industriales de España.
Conflictos del Periodo
Los principales problemas del sistema fueron la Guerra Carlista y la Guerra de Cuba. Tras el golpe de Estado, Cánovas del Castillo envió al General Martínez Campos a sofocar la rebelión carlista. Este ofreció a los carlistas la posibilidad de integrarse en el ejército español y una compensación económica a cambio de la rendición. Así se logró el fin del carlismo. Con la firma de la Paz de Zanjón, el General Martínez Campos también puso fin a la Guerra de Cuba.
Centralismo y Oposición al Sistema
El sistema político de la Restauración era centralista, con Madrid como centro de poder, sin autonomías, aunque se respetaban los fueros vascos y navarros. Se eliminó el carlismo integrando a sus partidarios en las fuerzas armadas. Las principales fuerzas de oposición al sistema eran los republicanos, los carlistas (hasta su rendición), los anarquistas y los marxistas. Los anarquistas tenían sus focos principales en Andalucía, Zaragoza y Cataluña. Los marxistas estaban liderados por Pablo Iglesias, fundador del PSOE, un partido de extrema izquierda con ideología marxista que buscaba la eliminación de la propiedad privada y la explotación. Pablo Iglesias también fundó la UGT (Unión General de Trabajadores), un sindicato marxista ligado al PSOE.
Los Nacionalismos en la España de la Restauración
Durante este periodo surgieron cuatro nacionalismos principales:
Nacionalismo Catalán
Surgió a finales del siglo XIX como un movimiento de defensa del catalán, la historia y la cultura de Cataluña, conocido como la "Renaixença". Era un movimiento de derechas impulsado por la burguesía catalana, con figuras destacadas como Valentí Almirall, Prat de la Riba y Torras i Bagés. Proponían un movimiento autonomista (no independentista) para Cataluña, con mayor independencia del poder central, menos impuestos y más ayudas a las empresas. Lograron mejoras para la industria catalana y crearon un partido de derechas, la "Lliga de Catalunya".
Nacionalismo Vasco
A diferencia del catalán, el nacionalismo vasco buscaba la independencia. Era un movimiento de derechas y católico, liderado por Sabino Arana, fundador del PNV (Partido Nacionalista Vasco) a finales del siglo XIX. Su principal objetivo era la independencia del País Vasco.
Nacionalismo Andaluz
De izquierdas, impulsado por Blas Infante, quien abogaba por un Estado federal y de izquierdas. Acusaba a la burguesía andaluza de estar vinculada al poder central y buscaba, a través del nacionalismo, acabar con la explotación laboral e imponer un sistema socialista.
Nacionalismo Gallego
Impulsado por Alfredo Brañas, este movimiento buscaba el reconocimiento de Galicia como nación, con su propia cultura, tradición y lengua.