Restauración Borbónica Española: Cánovas, Bipartidismo y Fraude Electoral (1874-1902)
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La Restauración Borbónica (1874-1902): Cánovas, Bipartidismo y Fraude Electoral
Este documento profundiza en aspectos clave de la Restauración Borbónica en España, un periodo fundamental que abarcó desde 1874 hasta 1902, centrándose en la figura de Cánovas del Castillo, el sistema de turno de partidos y la Constitución de 1876.
El Bipartidismo Canovista: Pilares de la Restauración
La mayoría de los partidos políticos preexistentes se integraron en uno de los dos grandes partidos que dominaron la escena política durante la Restauración:
- Partido Conservador: Liderado por Cánovas del Castillo hasta su fallecimiento en 1897 y, posteriormente, por Silvela. Se posicionaba en la derecha moderada del espectro político.
- Partido Liberal: Dirigido por Práxedes Mateo Sagasta, se situaba en la izquierda moderada burguesa.
Turno de Partidos y Fraude Electoral: La Farsa del Sistema
Todo el engranaje político ideado por Cánovas del Castillo constituía, en esencia, una auténtica farsa. En primer lugar, la alternancia en el poder y los cambios de gobierno eran pactados de antemano. Los dos partidos se turnaban de forma pacífica, concediéndose plazos de gobierno y aceptando las reformas y decisiones tomadas por el partido en el poder. Cuando un partido consideraba que le había llegado el momento de gobernar, lo pactaba con el otro partido y con el Rey. Este último mandaba formar un nuevo gobierno, disolvía las Cortes y convocaba elecciones.
En segundo lugar, el cambio de gobierno debía ser legitimado por la supuesta voluntad nacional, lo cual se lograba mediante un sistemático fraude electoral. Para asegurar los resultados electorales deseados, ambos partidos disponían de su propia red de relaciones personales y un sistema de clientelismo organizado.
Estructura de la Red de Clientelismo y Caciquismo
La red de clientelismo que orquestaba el fraude electoral tenía la siguiente estructura jerárquica:
- En Madrid se encontraba la oligarquía, el centro del poder.
- En las capitales de provincia, el gobernador civil ejercía un papel crucial.
- En el medio rural, los caciques eran los encargados de asegurar los votos.
Esta estructura organizaba el fraude electoral de arriba abajo. El sistema resultaba más eficaz en las áreas rurales, que eran más apolíticas y desmovilizadas que las ciudades, y donde la red de clientelismo y caciquismo se establecía con mayor fuerza.
La Regencia de María Cristina (1885-1902): Consolidación y Reformas
La inesperada muerte del Rey Alfonso XII dio lugar a la regencia de su viuda, María Cristina de Habsburgo-Lorena, que se extendió desde 1885 hasta 1902. Poco después del fallecimiento del monarca, y con el objetivo de evitar los errores que habían provocado la crisis del reinado de Isabel II, se alcanzó el Pacto del Pardo. Este acuerdo, suscrito por Cánovas y Sagasta, institucionalizó el sistema de turnos pacíficos en el ejercicio del poder entre liberales y conservadores, consolidando la Restauración hasta finales del siglo XIX. El papel de María Cristina en el sistema de gobierno fue principalmente representativo.
El "Parlamento Largo" (1885-1890) y las Reformas Liberales
Durante el periodo conocido como el "Parlamento Largo" (1885-1890), controlado por Sagasta, se acometió un ambicioso programa liberal, aprovechando la flexibilidad de la Constitución de 1876. Se promulgaron importantes leyes y reformas, entre las que destacan:
- La Ley de Asociaciones, que permitió la legalización de las asociaciones obreras, hasta entonces en la clandestinidad desde la Dictadura de Serrano.
- La instauración del Juicio por Jurados.
- La Ley del Sufragio Universal, aunque la persistencia del caciquismo y el fraude electoral anularon, en gran medida, su verdadero sentido.
- La aprobación de la libertad de prensa y la libertad de cátedra, entre otras.
En 1890, Sagasta se vio obligado a abandonar el gobierno debido a la división interna de su partido. Hasta 1898 no se produjeron novedades significativas en el funcionamiento del sistema. En 1897, el régimen sufrió un duro golpe con la muerte de Cánovas del Castillo en un atentado anarquista.