La Restauración Borbónica en España: Sistema Político y Sociedad (1875-1931)
Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Historia
Escrito el en español con un tamaño de 4,79 KB
La Restauración de la Monarquía Borbónica
El Régimen de la Restauración
En 1875 se produjo la Restauración de la monarquía borbónica en la persona de Alfonso XII, hijo de Isabel II, tras abdicar esta en el exilio.
Su instauración se debió a:
- Deseo de pacificación del país.
- Reconocimiento internacional del príncipe Alfonso.
- Aceptación de la monarquía por la opinión pública.
Fue decisiva la labor de Cánovas del Castillo al hacerle firmar al príncipe un Manifiesto por el que se comprometía a respetar el constitucionalismo, el liberalismo y la religión católica.
Cánovas del Castillo inició una época presidida por la Constitución de 1876 y la implantación de un régimen monárquico estable, caracterizado por el turno de los partidos en el poder.
La época de la Restauración se extiende hasta 1931. No obstante, este término se refiere específicamente al reinado de Alfonso XII y a la regencia de María Cristina, es decir, hasta 1902, para describir la fase inicial y consolidación del sistema.
Los Fundamentos Políticos del Sistema Canovista
Cánovas formó un gabinete de regencia y proclamó a Alfonso XII como rey de España.
Defendía el orden social, la propiedad, la monarquía como garantía de estabilidad, la unidad de la patria y el mantenimiento de las colonias.
Los objetivos del partido alfonsino fueron:
- Asentamiento de la monarquía.
- Afianzamiento de la doctrina liberal.
- Equilibrio entre orden y libertad.
Fue apoyado por hombres de negocios y la burguesía. La soberanía residía conjuntamente en las Cortes y el rey (una ley no escrita). La monarquía constitucional debía acoger todas las tendencias liberales, excepto los carlistas y los republicanos. Se buscaba un gobierno con partidos que se turnasen (uno conservador y otro liberal), un ejército profesional, un marco constitucional sólido y una vida política estable.
La Pacificación Interna y Externa
El primer objetivo del gobierno fue la pacificación del país y de las Antillas. En la Tercera Guerra Carlista se rindió primero el núcleo de Barcelona y más tarde el núcleo vasco-navarro. A pesar de la derrota, el País Vasco conservó su autonomía fiscal, pero la supresión de sus fueros hizo que aumentara el nacionalismo reivindicativo. Tampoco desapareció el movimiento católico ultraconservador. El fin de la guerra carlista permitió llevar más refuerzos a la guerra de Cuba.
La Constitución de 1876
La Constitución de 1876 fue el documento jurídico fundamental del periodo y de mayor longevidad en la historia constitucional española hasta ese momento. Para su elaboración, se reunió una Asamblea de Notables, y Cánovas actuó como mediador. Las Cortes fueron convocadas por sufragio universal. Mantuvo la tradición constitucional española iniciada en Cádiz.
La Creación de los Partidos Políticos
Los pilares fundamentales de la Restauración, además de Alfonso XII y la Constitución, fueron la puesta en marcha de dos partidos políticos: el Conservador y el Liberal. Se turnaban en el poder cada dos o tres años, consagrando así el bipartidismo. Cada uno de ellos se componía por la agrupación de distintos grupos con un líder, y no eran partidos de masas.
Partido Liberal Conservador
El líder fue Cánovas del Castillo. Sus principios incluían:
- Sufragio universal (Nota del profesor: En la práctica, inicialmente censitario, evolucionando con el tiempo).
- Exclusividad de la religión católica.
- Restricciones a la libertad de cátedra.
- Censura de prensa.
- Proteccionismo económico.
Partido Liberal Fusionista
El líder fue Sagasta. Sus principios incluían:
- Sufragio universal masculino.
- Libertad de cultos.
- Libertad de cátedra y prensa.
- Librecambismo.
La Práctica del Sistema: El Turno Pacífico y el Caciquismo
La Constitución de 1876 garantizaba la alternancia de los dos grandes partidos, Conservador y Liberal, mediante el sufragio. Este sistema se denominaba "turnismo". Cada partido debía respetar la gestión gubernamental del otro. Cuando la oposición consideraba que el partido gobernante había incumplido las reglas, el rey podía llamar al otro y convocar elecciones. Existía fraude electoral, que ningún partido denunciaba porque cada uno esperaba su turno. Cada partido tenía una red de clientes que movilizaban durante las elecciones para conseguir votos. Esto se conocía como pucherazo o caciquismo.