Restauración Borbónica en España: Política, Constitución y Oposición (1874-1898)
La Restauración de la Monarquía Borbónica
El 29 de diciembre de 1874, el general Arsenio Martínez Campos encabezó un alzamiento en Sagunto y proclamó rey de España a Alfonso XII. Al día siguiente del golpe, se formó en Madrid un gobierno provisional presidido por Cánovas del Castillo, quien había ayudado a redactar el Manifiesto de Sandhurst, en el que se exponían los principios del futuro régimen de la Restauración. El 9 de enero de 1875, el joven rey entró en España, donde fue recibido con gran cordialidad oficial y popular.
Fin de la Tercera Guerra Carlista
Los ejes políticos esenciales que marcan la primera fase de la Restauración son, entre otros, el fin de la guerra carlista. La primera acción política importante del nuevo rey fue desplazarse al norte de la Península para dirigir la guerra contra los carlistas. La llamada Tercera Guerra Carlista se desarrolló en Cataluña, el País Vasco y Navarra. Don Carlos llegó a establecer un gobierno estable en Estella, emitió moneda y dispuso de poderosos contingentes de artillería y caballería. Mientras Alfonso XII se dirigía hasta la zona del conflicto, ofreció una amplia amnistía. El general Ramón Cabrera aceptó la amnistía y también dirigió un manifiesto a las tropas carlistas. En Cataluña evolucionaron hacia posturas autonomistas defendidas de una manera militante por el periódico El Correo Catalán (1876), año en que finalizó la contienda. Alfonso XII correspondió al gesto de Cabrera reconociéndole todos los títulos. Pero el conflicto no se resolvió hasta marzo de 1876. Los carlistas ya no volvieron a levantarse en armas. A partir de su derrota militar, los carlistas comenzaron a participar en la vida política y se situaron en la extrema derecha.
Cánovas aprovechó el fin de la guerra para derogar aspectos esenciales de los fueros vasconavarros. Se estableció el servicio militar obligatorio y la contribución a los gastos de la Hacienda estatal. Ese nuevo marco de relaciones fiscales fue el llamado Concierto Económico.
Cánovas y la Constitución de 1876
Cánovas fue un hombre práctico en la política. Este político creyó que principios como la patria, la monarquía, la dinastía histórica, la libertad, la propiedad y el gobierno conjunto del Rey con las Cortes eran incuestionables y claves en la organización política, por lo que tenían que formar parte de la Constitución de manera indiscutible. Cánovas sostenía que los sectores que no los aceptaran no podían tener cabida en el sistema de la Restauración ni en la elaboración de la Constitución. Pero las demás cuestiones del Estado sí podían ser objeto de debate político. El nuevo régimen consiguió aglutinar a la mayor parte de la clase política dentro del juego institucional.
La Constitución empezó a debatirse en febrero de 1876. El resultado fue que, aparte de los principios que Cánovas consideraba básicos, los principales temas ideológicos en los que se oponían los dos partidos dinásticos fueron objeto de negociación mediante una redacción flexible. Las divergencias más importantes se centraron en el concepto de soberanía, el sistema electoral y la confesionalidad del Estado. En cuanto a la religión, se llegó a una solución de tolerancia mutua. El Estado se declaraba confesional y se obligaba a mantener el culto católico. Pero los liberales conseguían la libertad de conciencia.
Turno Pacífico y Manipulación Electoral
La Restauración supuso el retorno a la sociedad liberal moderada anterior a 1868. Se trataba de evitar los enfrentamientos que habían conducido a la Revolución de Septiembre y que habían hecho peligrar a la monarquía. Pero esa confianza solo se ganaría si los gobiernos de la Restauración garantizaban la estabilidad. Todos los esfuerzos del sistema canovista habían ido en esa dirección, y eso se reflejó especialmente en las medidas legislativas. Con la Constitución de 1876, cada Gobierno pudo legislar de acuerdo con sus ideas.
- Los gobiernos conservadores aprobaron la Ley Electoral de 1878.
- Los gobiernos liberales legislaron desde una óptica más progresista.
Durante el período de la Restauración, las elecciones nunca fueron transparentes. Si un presidente del Gobierno se veía obligado a dimitir, el rey encargaba la formación de un nuevo Gobierno al líder de la oposición. El sistema parlamentario se desprestigió por la práctica del falseamiento electoral y del caciquismo. Este fue el instrumento que permitió a la clase política dominar el sistema político. La organización de los partidos turnantes se ponía en marcha en los períodos electorales.
Cánovas del Castillo impulsó un régimen bipartidista inspirado en el modelo inglés. Su intención era crear dos grandes partidos políticos que pudieran aglutinar diferentes criterios. Los partidos que dominaron la escena política durante la Restauración fueron el Conservador y el Liberal.
- Cánovas lideró el Partido Liberal Conservador, que estaba formado por personas del antiguo Partido Moderado, de la Unión Liberal y del Partido Progresista.
- Sagasta lideró el Partido Liberal Fusionista, en el que se integraron sectores demócratas, radicales y del republicanismo moderado.
El bipartidismo se consolidó tras la muerte del rey Alfonso XII. Los dos grandes partidos acordaron el turno político para garantizar la estabilidad del régimen. Cánovas presentó su dimisión y sugirió a la reina regente.
Gobiernos de Turno
A la muerte de Alfonso XII, fue designada regente María Cristina de Habsburgo-Lorena durante la minoría de edad del futuro Alfonso XIII. El primer turno político fue de signo liberal. Los liberales desarrollaron una intensa actividad legislativa que establecía la independencia del poder judicial.
A partir de 1890, el turno de los dos grandes partidos se realizó por períodos más cortos. Sagasta y Cánovas, en casi todas las ocasiones, fueron los presidentes del Gobierno. Sagasta presentó su dimisión en 1890. En 1892 fue Cánovas. En 1897, Cánovas fue asesinado. Tras el asesinato de Cánovas, Sagasta volvió al poder. Fue el jefe de Gobierno encargado de asumir la derrota española en Cuba en 1898.
La Paz de Zanjón
Un éxito del nuevo régimen fue la pacificación de Cuba. Poco después de que en España estallara la Revolución de 1868, había comenzado una guerra de liberación que empezó con el llamado Grito de Yara. El general Martínez Campos fue enviado a la colonia caribeña. El 12 de febrero de 1878 se firmó la Paz de Zanjón.
Las Fuerzas de Oposición
El Carlismo
Los intransigentes estaban liderados por Cándido Nocedal, que representaba los intereses dinásticos del pretendiente don Carlos. Nocedal combatió contra el régimen liberal de la Restauración. El otro ala del tradicionalismo, los colaboracionistas, se manifestó dispuesta a colaborar con el régimen. Esta división del carlismo se acentuó cuando Ramón Nocedal se deslizó hacia la extrema derecha. Nació así el llamado integrismo, que influyó de manera importante en algunos sectores del catolicismo español.
El Republicanismo
La oposición republicana fue la que canalizó políticamente este descontento.
- Emilio Castelar formó un partido republicano conservador. Cuando el Partido Liberal de Sagasta legisló a favor del sufragio universal y del jurado, Castelar disolvió su partido.
- Pi i Margall continuó bajo el liderazgo de su partido, se opuso al sistema con tenacidad impulsando el Partido Republicano Federal.
- Manuel Ruiz Zorrilla fue el fundador del Partido Republicano Progresista.
- El núcleo más eficiente se agrupó bajo el liderazgo de Nicolás Salmerón. Fue elegido diputado en 1883.