La Restauración Borbónica en España: Fundamentos, Crisis de 1898 y Movimientos de Oposición
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Las Bases del Sistema de la Restauración Española
Las bases del sistema de la Restauración fueron establecidas por Cánovas del Castillo y se fundamentaron en el pragmatismo político, alejado de posturas dogmáticas. Se defendía la Constitución histórica o interna de España y una soberanía compartida entre el Rey y las Cortes, en contraposición a la soberanía nacional. Este sistema se caracterizó por un pesimismo basado en el estudio de la historia de la decadencia española. El rey ostentaba el mando supremo del ejército y debía permanecer al margen de la política, mientras que el sistema electoral se basaba en un fraude.
La Crisis de 1898 y sus Repercusiones
La Crisis de 1898 se desencadenó cuando Sagasta abandonó el gobierno debido a la división interna de su partido, la precaria situación de las colonias, la cuestión social y el auge de los regionalismos, que evolucionaban hacia nacionalismos. En este contexto, José Martí, héroe de la independencia cubana, creó el Partido Revolucionario Cubano, y José Rizal fundó la Liga Filipina; ambos se oponían firmemente a la presencia española. La nueva sublevación cubana dio lugar a otra guerra que culminó con la independencia de Cuba en 1898, tras el asesinato de Cánovas y la intervención de EE. UU.
Durante esta década, se afirmó la estabilidad del sistema dentro del Partido Conservador. La figura de Silvela representó un intento de introducir una regeneración en la vida política española, buscando alejarse de las prácticas corruptas habituales, pero esta iniciativa fracasó. Como trasfondo de la política colonial e interna, el debate entre proteccionismo y librecambismo enfrentó a industriales catalanes y vascos con los sectores partidarios de la libertad de comercio. La Ley de 1883 y el Arancel de 1891 habían protegido el mercado antillano de las importaciones foráneas, lo que favoreció significativamente a la industria catalana.
La Oposición al Régimen de la Restauración
El Carlismo
La derrota militar del Carlismo en 1875 puso fin a su movimiento de confrontación armada con el poder establecido y abrió la vía a la participación política. Se nombró presidente a Nocedal, quien acercó al Carlismo al catolicismo intransigente. Esto provocó una escisión, integrada por los seguidores de Nocedal, mientras que los carlistas se reestructuraron, dando lugar a las Juntas Tradicionalistas.
Los Nacionalismos Periféricos
Los nacionalismos, surgidos en el contexto de la Revolución Liberal, destacaron en Cataluña y el País Vasco, y no reconocían la nación española:
El Nacionalismo Catalán
Se originó con la Renaixença, producto del choque entre la cultura y el lenguaje catalán con la política liberal centralista. Esto llevó a la creación de la Lliga Regionalista, el primer partido nacionalista catalán.
El Nacionalismo Vasco
Se basó en el fuerismo, las Guerras Carlistas que acabaron con los fueros, y el proceso industrializador que provocó la llegada masiva de inmigrantes. En este contexto, se creó el PNV (Partido Nacionalista Vasco) con sus característicos Batzokis.
El Movimiento Obrero
El Movimiento Obrero se articuló en torno a diversas corrientes:
El Socialismo
Pablo Iglesias fundó el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) como un partido de clase que defendía los derechos del proletariado. En Barcelona, se fundó la UGT (Unión General de Trabajadores), un sindicato de orientación socialista. A pesar de estas iniciativas, no se formó un verdadero sindicalismo de masas en sus inicios, y las organizaciones obreras se estructuraban principalmente en sociedades de socorro mutuo, de oficios y de resistencia.
El Anarquismo
Los anarquistas se caracterizaban por su negativa a participar en la política y su rechazo al reformismo social. Este movimiento arraigó fuertemente en zonas industriales y urbanas de Cataluña, Andalucía y Extremadura. Dentro del anarquismo, existían los partidarios de la estrategia terrorista y los sectores más sindicalistas, que promovían la huelga general (como la CNT, Confederación Nacional del Trabajo).
En este contexto de efervescencia social, se produjo la Semana Trágica, un evento clave que coincidió con la formación de la Conjunción Republicano-Socialista, a la que poco después se incorporaron figuras como Araquistáin y Besteiro.