La Restauración Borbónica en España: Cánovas, Turnismo y Movimientos Sociales del Siglo XIX
El Sistema Político de la Restauración: Cánovas y el Turnismo
El sistema político de la Restauración fue ideado por el conservador Antonio Cánovas del Castillo. Los dos elementos fundamentales ideados por él fueron: el sistema bipartidista y el turnismo, también conocido como turno pacífico.
Los Pilares del Sistema Canovista
Sistema Bipartidista: Los partidos políticos deberían ser un instrumento al servicio de la monarquía. Para ello, era necesario formar nuevos partidos que sirvieran de muro de contención frente a los radicalismos republicanos y los carlistas. Acabó imponiéndose un sistema bipartidista, dominado por el Partido Conservador, liderado por Cánovas, y el Partido Liberal, liderado por Práxedes Mateo Sagasta.
Turnismo o Turno Pacífico: Plasmaba el sistema bipartidista y constituyó uno de los rasgos esenciales del periodo de la Restauración. Se aliaron entre ellos para que ganara el partido con la misma ideología que Cánovas.
La Práctica del Turnismo: Fraude Electoral y Caciquismo
La práctica del turnismo se lograba mediante la manipulación electoral, es decir, falseando los resultados electorales. Este continuo fraude permitía una democracia formal o un sistema liberal sin democracia. En este falseamiento electoral desempeñaban una labor decisiva los caciques locales, los gobernadores provinciales, el apoyo de la Corona y de las élites de los partidos dinásticos.
Nacionalismos Periféricos y Regionalismos en la Restauración
El nacionalismo catalán tiene como referencia una reivindicación del catalanismo cultural que reclama la lengua y la cultura propias de Cataluña. Con esta reivindicación se constituye un movimiento político, con la labor eficaz del ideario catalanista. En 1892 se exponen las competencias centrales que debe asumir el Estado y las que deben ser propias de Cataluña, como el establecimiento del catalán como lengua oficial o la acuñación de moneda propia.
El nacionalismo vasco adquirió carta de naturaleza política en 1892, con la fundación del Partido Nacionalista Vasco (PNV), que extrajo del fuerismo el independentismo. Este partido se basaba en la defensa de la integridad cultural del pueblo vasco, que estuvo en peligro con la industrialización de fines de siglo que provocó la inmigración de gente no vasca. El nacionalismo pedía la independencia política.
El regionalismo gallego se desarrolló en el último decenio del siglo. Su origen se encuentra en un programa centrado en las defensas forales y en la descentralización, que se basaba en estrechar los lazos de los pueblos gallegos, combatir el caciquismo y propagar las doctrinas para la protección y el fomento de las artes e industrias gallegas, como la agricultura. No pretendía alcanzar un estado independiente, sino un modelo jurídico de política con el término de autonomía.
El Movimiento Obrero en la Restauración
La actividad política y social de los obreros y campesinos para mejorar su situación y defender sus derechos se opuso al sistema. El movimiento obrero en España adquirió madurez y extensión organizativa a partir del Sexenio Democrático.
Corrientes del Movimiento Obrero
Las dos corrientes principales encontraron eco en España. A los pocos días del golpe de Estado de 1874, un decreto disolvió este movimiento, convirtiéndolo en clandestino.
Anarquismo: Los anarquistas contribuyeron a empujar al obrerismo a un odio contra el Estado y a cualquier tipo de acción política reformista. El jornalerismo era mayoritario y los años de malas cosechas provocaban situaciones de miseria a los campesinos. La represión gubernamental y las luchas internas debilitaron a la organización, de forma que a finales del siglo XIX el movimiento obrero anarquista español se encontraba sin salida.
Socialismo: La otra tendencia del movimiento obrero era la socialista. Las sociedades de resistencia, al entrar en la clandestinidad, servían de refugio. Eran completamente de ideología marxista y querían la participación política de la clase trabajadora.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE)
El PSOE propuso tres condiciones: la posesión del poder político, la abolición de todas las clases sociales y la pugna por los derechos de asociación y de reunión, la libertad de prensa, el sufragio universal y la jornada de 8 horas de trabajo. Era un partido únicamente obrero que pretendía enfrentarse a los partidos burgueses en la lucha por el poder.