La Restauración Borbónica y la Crisis de 1898

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La Restauración Borbónica (1874-1902)

7.1. La Restauración Borbónica (1874-1902): Cánovas del Castillo y el turno de partidos La Constitución de 1876. El golpe de Estado del general Pavia (enero de 1874) puso fin a la 1º República e inició una dictadura militar dirigida por el general Serrano, una etapa de transición donde se buscaba una solución a la crisis económica y a la inestabilidad política acentuada por la Tercera Guerra Carlista y la Guerra en Cuba. Así, Antonio Cánovas del Castillo, líder del partido que apoyaba el derecho al trono del hijo de Isabel II, el príncipe Alfonso, ofreció como solución una restauración de la monarquía borbónica contando con el apoyo de sectores del ejército y de la oligarquía, y es por ello que el 1 de diciembre de 1874, Alfonso firmó el manifiesto de Sandhurst redactado por Cánovas en el que el príncipe se presentaba a los españoles y declaraba sus intenciones defendiendo la monarquía liberal y parlamentaria, la unidad de España con un poder fuerte y centralizado, y mantener la tradición católica. Se deseaba llevar a cabo la restauración de manera pacífica y sin intervención militar, pero el 29 de diciembre de 1874 el general Martínez Campos en Sagunto (Valencia), protagonizó el pronunciamiento de Sagunto proclamando al príncipe Alfonso como rey de España, por lo que el 14 de enero de 1875, Alfonso XII entraba en Madrid como monarca mientras Cánovas del Castillo establecía sus objetivos políticos: una monarquía bajo los principios del liberalismo moderado y de carácter conservador, integración de liberales moderados y demócratas a través del partido Liberal-Fusionista de Praxedes Mateo Sagasta, quién aceptó la restauración borbónica, decadencia del papel político y civil del ejército y el fin a los conflictos que surgieron durante el Sexenio. Para alcanzar estos objetivos, Cánovas diseñó un modelo político, el régimen de la Restauración o sistema canovista el cual se inspiraba en el modelo inglés con una monarquía parlamentaria en presencia de una soberanía compartida entre el rey y las cortes, el liberalismo doctrinario que mantenía el equilibrio de poderes, el turno de partidos basado en la alternancia del poder cada ciertos años para estabilizar el sistema y evitar el pronunciamiento militar, y el bipartidismo que funda sin diferenciación ideológica al partido conservador liderado por Cánovas que representaba los intereses de la oligarquía y el clero, y el Liberal por Praxedes Mateo Sagasta, cuya base social eran las clases medias. Sin embargo, la muerte de Alfonso XII a finales de 1885 supuso la regencia de su segunda esposa Mª Cristina de Habsburgo (1885-1902), embaraza del futuro rey Alfonso XIII, y el impulso carlista y republicano para exponer sus reclamaciones; pero Cánovas y Sagasta defendieron el poder firmando el Pacto de El Pardo (noviembre, 1885), en el que ambos se comprometían a respetar la gestión de gobierno y las leyes aprobadas del otro mediante el turno de partidos llevando a cabo una oposición leal entre el liberal (1885-1890) que aprobó un nuevo Código Civil, una ley de Jurado y se consolidó el Sufragio Universal masculino, y el conservador (1890-1892). Seguidamente,


Sagasta y los liberales volvieron a gobernar de 1892 a 1895 y los conservadores de 1895 a 1897, año en el que fue asesinado Cánovas, asumiendo el poder los liberales y dando paso a la crisis de 1898 que provocó adelantar la mayoría de edad de Alfonso XIIl poniendo fin a la regencia de Mª Cristina de Habsburgo. El sistema canovista y el turno de partidos comenzó a decaer puesto que los resultados electorales no obedecían a la voluntad popular al ser las elecciones amañadas de antemano mediante un proceso de encasillamiento, basado en el reparto previo de los votos en cada circunscripción (estudio previo de escaños), el pucherazo que anulaba la verdad (contar mal los votos, incluir votos de fallecidos...), pero era el ministerio del interior el que dominaba en el proceso electoral junto con los caciques encargados del cumplimiento del soborno con un papel estafador y persuasivo en zonas urbanas y rurales. El régimen de la Restauración tuvo varios éxitos iniciales pues consolidó una monarquía con estabilidad política, implantó el poder civil sobre el Intervencionismo militar y puso fin a conflictos como las Guerras Carlistas y la sublevación cubana con la firma de la Par de Zanjón en 1878 por Martinez Campos, pero con algunos fracasos como la marginación de sectores políticos y sociales. Aunque las fuerzas de oposición al régimen eran numerosas, sus posiciones políticas eran muy dispares y se encontraban divididas y enfrentadas, siendo las más importantes: El carlismo, fuerza minoritaria tras ser derrotados en la Tercera Guerra Carlista cuando Carlos VII se exilió en Francia y el carlismo se convirtió en una fuerza regional del País Vasco y Navarra, republicanos que mantuvieron su Influencia social entre las clases medias y cuya política se basó en la educación y la ciencia, y el movimiento obrero que con la creación de la Primera Internacional (1864) este quedó dividido en dos tendencias: El marxismo representado por el socialismo (obreros) y el anarquismo en contra del régimen burgués y parlamentario (campesinado). Finalmente, los principios fundamentales del sistema político de la restauración hacían necesaria una nueva Constitución en 1876 de carácter conservador, con una soberanía compartida entre el rey y unas Cortes bicamerales con poderes limitados (senado con cargos vitalicios y congreso con diputados electivos) y se refuerza el papel del monarca (poder ejecutivo, convocar y disolver las Cortes, nombrar ministros y promulgar leyes), pero intentando contentar también a progresistas reconociendo los derechos individuales, confesionalidad católica del Estado y centralización administrativa.


El problema de Cuba y la guerra entre España y Estados Unidos

7.3. El problema de Cuba y la guerra entre España y Estados Unidos. La crisis de 1898 y sus consecuencias económicas, políticas e ideológicas A finales del S.XIX, España tan solo conservaba: Las islas de Cuba y Puerto Rico en América y los archipiélagos de Filipinas, Marianas, Carolinas y Palaos en el Pacífico. Cuba y Puerto Rico tenían una economía basada en la plantación de tabaco y de caña de azúcar. El gobierno español era beneficiado del comercio entre las islas y la península. M.ª Cristina de Habsburgo, durante su regencia, tuvo que hacer frente al conflicto colonial, la independencia de Cuba y Filipinas, la guerra hispano-norteamericana. Como resultado la pérdida del imperio colonial español, el inicio de una crisis `político-social; la crisis del barco. A mediados del S.XIX, en Cuba surge un movimiento que reclamaba mayor autogobierno para la isla, lo que dio lugar a la Guerra Larga 1868-1878. Se puso fin al problema mediante con la Paz de Zanjón de 1878; en la que el gobierno español se compromete con Cuba, aunque no eran partidarios a cualquier tipo de independencia. La ausencia de reformas provocó un aumento del movimiento cubano con tendencias independentistas. En 1893 el gobierno de Sagasta trata de reaccionar con un plan de reformas que fue rechazado. El 24 de febrero de 1895 los cubanos iniciaron una sublevación; el Grito de Baire, dirigidos por José Martí. Movimiento apoyado por la burguesía, pequeños propietarios y nativos. España mandó a un gran numero de soldados al mando de Martínez Campos, pero sus iniciativas fracasaron y fue sustituido por Weyler en 1896. Weyler adoptó medidas estrictas, agrupando a la población en pequeños territorios controlados por el gobierno, la falta de alimentos y problemas sanitarios aumento la mortalidad entre ellos provocando el aumento de independentistas. Debido a los intereses económicos de los americanos en Cuba, por lo que fue clave su intervención. Aspiraban a ser una gran potencia y los grupos financieros americanos les presionaban para intervenir a favor de la independencia cubana. En 1896 se produjo la insurrección de Filipinas, España respondió ejecutando al líder independentista José Rizal. La intervención de Estados Unidos fue decisiva, debido a que les abría las puertas al comercio con Asia. En 1896, Cleveland envió la Nota Olney al gobierno español, ofreciéndose como mediados con Cuba y exigiendo su autonomía. En 1897, Kinley amenaza a España con el inicio de una guerra si no deja libre a Cuba. En 1898, tras el hundimiento de un crucero americano que fondeaba en Cuba, los americanos culparon a España del suceso y les declara la guerra. La guerra fue de corto plazo debido a la desigualdad de fuerzas ya que España era un imperio en plena decadencia. Estados Unidos amparó también a los independentistas filipinos y España fue derrotada en las Batallas de Cavite y Santiago de Cuba. España tuvo que firmar la rendición mediante la Paz de París 1898, con las condiciones americanas de: El reconocimiento de la independencia de Cuba bajo el protectorado americano. La cesión de Puerto Rico, Guam y Filipinas. En 1899; España vende a Alemania las islas Carolinas, Marianas y Palaos. La crisis de 1898 trajo multitud de repercusiones en España: Ideológicas: La perdida de las colonias y la derrota ante Estados Unidos generó una actitud pesimista dentro del mundo intelectual, la cual fue expresada de distintas maneras: Regeneracionismo; pedía cambios políticos, liderado por Joaquín Costa. Existencialismo pesimista y exaltación del sentimiento nacional liderado por la Generación del 98. Económicas: La perdida de mercados. Perdida de materias primas (azúcar y tabaco). Repatriación de capital con la que se fundó el banco Hispanoamericano. Políticas: La pérdida de estatus internacional de España. El régimen de la restauración sobrevivió asumiendo propuestas regeneracionistas. Sociales: Pérdidas humanas de soldados españoles.


Evolución demográfica y movimientos migratorios en el siglo XIX. El desarrollo urbano

Aunque las transformaciones económicas llevadas a cabo en España durante la implantación del liberalismo político y el Estado Liberal no llevaron a nuestro país al nivel de desarrollo del resto de Europa, tuvieron grandes repercusiones en la población. A lo largo del siglo XIX, la población española presentaba las siguientes características: - Crecimiento moderado de la población: En primer lugar, nuestra demografía estaba caracterizada por su lento crecimiento ya que mantenía un modelo demográfico antiguo, España aumento su población un 77% mientras que Gran Bretaña la cuadruplicó debido al cambio de modelo europeo de transición demográfica. Entre sus movimientos naturales se destaca una tasa de natalidad del 34% y una la alta mortalidad, en torno al 29‰. Esto se debía al escaso desarrollo económico y las malas condiciones de vida. Es evidente que la esperanza de vida era baja y no se superaban de media los 35 años. Todo ello fue producido por numerosas causas: Epidemias como la fiebre amarilla, que afectaron a Andalucía a principios del S. XIX debido a las personas provenientes de América, y la epidemia de cólera que afectó al área levantina en 1885; hubo numerosos muertos causados por las guerras (carlistas, colonias en África y Cuba) y crisis de subsistencia, la deficiencia de alimentos venia dada por factores coyunturales (sequías) y factores estructurales (agricultura de bajo rendimiento, deficiente red de transportes para distribuir los excedentes). En el reinado de Isabel II y la Primera Republica (1833-1875) creció la población gracias a la mejora de las condiciones del país con la aparición de la industria y el ferrocarril. El empleo aumenta y con esto, la higiene de las personas, su nutrición… En el ultimo periodo, el reinado de Alfonso XII, hay un descenso de la mortalidad y se mantiene la natalidad. También desaparecen las enfermedades infecciosas y hay mejoras higiénicas lo que aumenta la esperanza de vida. Las zonas mas pobladas eran las grandes ciudades y las zonas costeras por el comercio exterior. Cataluña estaba más desarrollada que el resto del pais (aumenta la poblacion un 145%) por la industria y el comercio marítimo, su economía y sanidad era mejor. Se producen movimientos migratorios, hay dos formas de entenderlo: 1.Del campo a la ciudad o zonas costeras, es el llamado éxodo rural (con la desamortización de Madoz). Las ventajas económicas y un mejor acceso a las comunicaciones y al comercio provocaron un desplazamiento continuo de las poblaciones del interior peninsular hacia las áreas costeras. Los campesinos emigraban convirtiéndose en obreros, pasando a formar parte del proletariado, esto fue la consecuencia de: un salario mínimo, sequias que no permitían trabajar bien el campo, poseían herramientas muy rudimentarias para trabajar el suelo lo que requería grandes esfuerzos y las desamortizaciones, ya que con estas, muchos campesinos se quedaron sin trabajo y de esta manera, algunos se veían obligados a convertirse en --- y otros a emigrar a las grandes ciudades o zonas costeras. 2.De España a las colonias americanas, se incrementan los flujos migratorios, son los llamados viajes de ultramar ((Argentina, Cuba, Venezuela) con el fin de conseguir trabajos y una vida mejor calidad de vida. En cuanto al desarrollo urbano: El urbanismo es la mejora de las ciudades. El crecimiento urbano fue desigual, siendo más profundo en la periferia, donde había mayor desarrollo industrial, y Madrid, por ser la capital. Las ciudades que más crecieron fueron Madrid y Barcelona. Los cascos históricos, dados de las murallas, tenían calles irregulares. Así, para ampliarlos, arquitectos llevaron a cabo los ensanches, como el Ensanche de Barcelona iniciado en 1860 ideado por Ildefonso Cerdá con rasgos comunes, por un lado, ensanches cuadriculares y con rasgos artísticos por el otro. Los ensanches se debían al incremento de la burguesía, con la aparición de la burguesía de negocios y la terrateniente (por las desamortizaciones), que querían mejorar su forma de vida y buscan espacios ajardinados. Así, aparecen mercados como el de San Miguel. También con el desarrollo del transporte, crecen las ciudades porque facilitan su ida. En cambio, por el éxodo rural, los obreros vivían cerca de las fábricas, en la periferia, donde había unas condiciones pésimas de vida, los suburbios periféricos se llenaban de infraviviendas, viviendas comunales y corralas convertidas en barrios obreros.


LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN EL SIGLO XIX. EL SISTEMA DE COMUNICACIONES: EL FERROCARRIL. PROTECCIONISMO Y LIBRECAMBISMO. LA APARICIÓN DE LA BANCA MODERNA

Durante el reinado de Isabel II propusieron transformar la estructura económica de España

, va a ser la agricultura latifundista de bajo rendimiento, de fomentar el desarrollo de la industria y del comercio. Y la modernización de las comunicaciones creando nuevas infraestructuras como el ferrocarril. La revolución industrial en España fue lenta, tardía y desequilibrada respecto a otros países debido a la excesiva dependencia del sector agrario, la falta de capital, y la escasez de transferencia de población del campo a las ciudades y la escasa iniciativa de las clases dominantes. (AP) España carecía de una tradición industrial a excepción de Cataluña, que hacia el 1830 el sector textil de Barcelona había iniciado su industrialización. Mantenida por la iniciativa empresarial de su burguesía y por los altos aranceles que la protegían de la competencia inglesa. El sector más dinámico era el algodonero pero sus presas tenían poca capacidad para competir. El sector lanero pasó a un segundo plano y sus centros tradicionales situados en Castilla se desplazaron a los alrededores de Barcelona donde se importaba la Lana por el puerto de Barcelona. (AP) España era rica en materias primas minerales sin embargo en España no había ni capitales, ni conocimientos técnicos, ni demanda para explotarlos pero la ley de minas de 1868 liberalizó el sector y permitió su crecimiento posterior. Los principales yacimientos españoles quedaron en manos de compañías extranjeras que exportaban los minerales a otros países por lo que España se convirtió en proveedora de materias primas. La minería se convirtió en uno de los principales activos de la balanza comercial. (AP) La siderurgia se mantuvo muy débil ya que el carbón de España era costoso y de baja calidad y el hierro resultaba caro en relación con el de otros países. Los altos hornos andaluces liberaron hasta los años 80 cuando la industria se trasladó al norte primero Asturias y después a Vizcaya este, convirtiéndose en el núcleo de la industrialización española. (AP) El carbón español era escaso y de mala calidad y además durante gran parte del siglo XIX se sigue utilizando fuentes de energía tradicionales. El consumo de carbón únicamente creció en la última mitad del siglo por la aparición del ferrocarril, la navegación a vapor y la industrialización. (AP) Como consecuencia la industria nutrió el capital extranjero y se vio reducida a zonas periféricas como Cataluña y País Vasco, además provocó una debilidad del mercado interno y una baja capacidad productiva. (AP) La dificultad en el transporte interior de mercancía fue uno de los factores del subdesarrollo económico español. Unos condicionantes del transporte terrestre fueron los sistemas montañosos de la meseta y la carencia de ríos navegables. Todo esto también condicionó los mercados locales y regionales ya que no existía una red nacional de transporte. A partir de 1840 comenzó la construcción y mejora de caminos y carreteras así como la mejora de los medios de transporte. (AP) Para el transporte de personas se crearon servicios de diligencias y pósters que transportaban también el correo. Éstos medios eran limitados y lentos por lo que surgió un nuevo medio de

transporte, el ferrocarril. (AP) El ferrocarril fue creado debido a la escasez de medios de transporte con los que contarme España, y así facilitar los intercambios y animar la creación de la industria, influidos por Inglaterra Francia y Bélgica que habían comenzado a desarrollarlo desde 1840. Las primeras líneas de ferrocarril en España fueron Barcelona-Mataró (1848), Madrid-Aranjuez (1851) y Gijón-Langreo (1852). En el bienio progresista se publicó la ley general de ferrocarriles (1855) que impulsó la creación de compañías privadas de construcción y exploración, entre 1855 y 1866 se construyeron 5100 km de vías. Esto también fue gracias a la desamortización de Madoz que permitió el aumento de inversión. La ley de ferrocarriles consiguió un rápido impulso en la construcción de líneas, se creó una red radial en torno a Madrid con un ancho de vía de 1,67 m mayor que el europeo. Sin embargo fracasó en los objetivos de activar la industria española ya que la mayoría de las compañías fueron de capital extranjero, y que estos importaban de sus países de origen el material ferroviario. El ancho de la vía española limitó las conexiones con Europa además de que su distribución radial tampoco ayudaba en las conexiones regionales. Esto generó una escasa rentabilidad que acabó con algunas empresas en quiebra. También mejoró el transporte marítimo con la incorporación de nuevos barcos y la reforma de nuevos puertos como el de Cádiz, Barcelona y Santander. (AP) El comercio interior se desarrolló lentamente por la insuficiencia de la demanda, las deficiencias de la red viaria, así por una gran disparidad de pesos y distintas unidades monetarias que no se regirán por el sistema decimal. En cuanto al comercio exterior, tras la pérdida de los territorios americanos en 1824, el volumen del comercio exterior se centró en Europa. Se importaban manufacturas y se exportaban materias primas lo quedaba una balanza comercial deficitaria. Gran Bretaña y Francia fueron los principales clientes y proveedores de mercancías. Se recurrió a políticas proteccionistas imponiendo fuertes aranceles a productos procedentes del exterior. De esta manera se protegió la industria textil catalana de la competencia inglesa. (AP) En 1782 durante el reinado de Carlos III se creó el primer banco español, el banco nacional de San Carlos. Tras su quiebra, se creó el banco español de San Fernando en 1829 y la Bolsa de Madrid en 1831 durante el reinado de Fernando VII. Durante el reinado de Isabel II se creó el banco de Isabel II y de Barcelona. En 1856 se inició la modernización del sistema bancario, y por la rivalidad entre el banco de San Fernando y el de Isabel II estos se fusionaron creando el Banco de España. En 1868 se estableció la peseta como unidad monetaria oficial. Esta tenía origen catalán y estuvo vigente hasta el año 2002 cuando fue sustituida por el euro. Con la nueva moneda se modernizó el sistema colonial y se repatriaron capitales de Cuba y Puerto Rico, dando un nuevo impulso al sector bancario al fundarse el Banco Hispanoamericano.

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