Respuestas Filosóficas y Políticas a la Crisis del Estado Liberal: Marxismo y Autoritarismo

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Respuestas ante la Crisis del Estado Liberal

1. Planteamiento General

La antigua separación entre Estado y sociedad, que garantizaba la consecución de los intereses económicos de la burguesía frente al poder decreciente del absolutismo, se convirtió en un agudo problema político. Esto se debió a que la masa proletaria, en continuo crecimiento, carecía de influencia política alguna y permanecía en una situación de total dependencia económica.

Las soluciones propuestas ante esta situación de crisis fueron, en esencia, las siguientes:

  • La sociedad burguesa podía intentar mantener la separación fundamental entre el ámbito del poder político y el económico, conservando los principios de la democracia política y de la economía privada.
  • Los principios de la democracia burguesa podían, por métodos y razones diversas, extenderse a todas las clases sociales. En este supuesto, se consideraban dos modelos:
    • Un modelo reformista: Se proponía un Estado intervencionista en el proceso económico, que actuaría como agente reductor de las diferencias de clase.
    • Un modelo revolucionario: Presuponía la apropiación colectiva de los principales medios de producción, sustrayendo al poder decisorio privado de todos los elementos que otorgaban el predominio a una clase sobre las demás.
  • Cuando surgía el peligro de suprimir la democracia misma, la alternativa consistía en centrar el principio rector del orden social en las relaciones jerárquicas de mando y obediencia. Esta solución es conocida como el modelo autoritario fascista.

2. La Reacción Marxista al Estado Liberal

  • Para el marxismo, el ser humano imprime al mundo su significación no por ser un ser trascendente, sino por hallarse inmerso en la misma naturaleza, sujeto a los determinismos. El fin supremo del individuo es su liberación; aunque se encuentra esclavizado por los determinismos físicos y sociales, su destino es ser libre, liberándose de ellos a través de un procedimiento científico.
  • Para Marx, la filosofía, al entender que ningún fenómeno puede ser considerado aislado, no solo proporciona una explicación del mundo, sino que también determina su evolución. Mientras que para Hegel la dialéctica está impulsada por fuerzas espirituales, para Marx lo será por fuerzas materiales, lo cual le ayuda a justificar su propia concepción revolucionaria.
  • El marxismo entiende la Historia como una serie de fuerzas que luchan entre sí. Es decir, aplica las premisas dialécticas al mundo social, señalando que la Historia no es una lucha por las ideas ni una lucha entre individuos, sino que son los hechos de orden económico los que pueden dar una explicación coherente a todas las relaciones sociales.

3. La Reacción Autoritaria al Sistema Liberal

El surgimiento de los regímenes autoritarios en el periodo de entreguerras debe ser considerado también como una respuesta histórica al Estado liberal, esta vez impulsada por ciertos sectores de la propia burguesía. Sin embargo, su importancia es mucho menor que la del marxismo, y ello por razones tanto históricas como doctrinales.

  • La existencia de regímenes autoritarios en el mundo occidental terminó con el triunfo de los aliados en la Segunda Guerra Mundial. Los textos constitucionales posteriores a 1945 reflejan claramente esta idea, debiendo considerarse excepcional su prolongación en países como Portugal y España. Al mismo tiempo, la extensión de los regímenes autoritarios a los países del Tercer Mundo, hoy en franco declive, responde a otras coordenadas muy diferentes a las del mundo occidental, pues en estos países, al menos en la mayoría de ellos, no existió una auténtica revolución burguesa.
  • Por otro lado, el planteamiento teórico que subyace a estos modelos autoritarios presenta una mayor pobreza intelectual que el aportado por el marxismo. En efecto, los regímenes autoritarios, que casi nunca se dan en una forma pura (pudiendo hablarse de tantos modelos autoritarios como realizaciones históricas han existido), no suponen, en puridad, un planteamiento antisistema frente al Estado liberal, sino que tratan de adaptar los contenidos y postulados de este a los intereses de la clase social que representan.

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