La República Romana: Instituciones, Sociedad y Legado en Hispania
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La República Romana: Orígenes y Evolución
Tras la expulsión del rey etrusco, la República Romana inició su andadura con Colatino y Lucio Junio Bruto como sus primeros gobernantes. Con el final de la monarquía, se instauró un sistema republicano basado en la elección, por parte de los ciudadanos, de una serie de magistrados que se encargaban de la organización y funcionamiento de la ciudad.
El Sistema de Gobierno: Asambleas y Magistrados
Los comicios eran grupos de ciudadanos organizados en diferentes tipos de asambleas:
- Comicios curiados (comitia curiata): Procedían de la época monárquica. Concedían el imperium a los magistrados superiores y resolvían asuntos privados.
- Comicios centuriados (comitia centuriata): Dividían la ciudad en 193 centurias. Elegían a los magistrados superiores e intervenían en las cuestiones relativas a la guerra y la paz.
- Comicios tributos (comitia tributa): Agrupaciones en 4 tribus urbanas y 31 rústicas. Se encargaban de elegir a los magistrados inferiores y a los tribunos militares.
- Asamblea de la plebe: Integrada por los plebeyos, que elegían a los magistrados que defendían sus intereses. Sus decisiones se conocían como plebiscitos.
Los Magistrados
Tenían tres características básicas:
- Anualidad: A excepción del censor, los demás cargos duraban un año, si bien podían prorrogarse excepcionalmente.
- Colegialidad: Evitaba que una sola persona controlara exclusivamente el poder, preservando al cargo que ostentaba.
- Responsabilidad: Debían responder de sus actos ante el Senado.
Magistrados Superiores
- Dos cónsules: Eran los más importantes, ya que poseían el imperium y la potestas. Mediante la coercitio se les reconocía la autoridad para imponer castigos.
- Dos pretores: Poseían parte del imperium y se especializaron en cuestiones jurídicas.
- Dos censores: Su función principal era la de elaborar el censo de los ciudadanos reunidos en el Campo de Marte. Los ciudadanos debían declarar ante los censores sus datos personales y su fortuna. Quien no se presentaba podía acarrear terribles consecuencias, incluyendo la propia pérdida de la condición de ciudadano romano. Además, vigilaban las costumbres y confeccionaban la lista del Senado, teniendo capacidad de expulsar a alguien si se consideraba indigno por algún comportamiento.
Magistrados Menores
- Cuatro ediles (patricios y plebeyos): Se ocupaban de la vigilancia de las calles, mercados, acueductos, espectáculos y aprovisionamientos.
- Dos cuestores: Se encargaban de las finanzas y la recaudación de impuestos. Era la única magistratura que permitía iniciar la carrera política.
- Diez tribunos de la plebe: Protegían los derechos de los plebeyos, por lo que contaban con la intercessio (derecho al veto).
El Senado de Roma
El Senado de Roma alcanzó su máximo desarrollo durante la República. Estaba compuesto por 300 miembros nombrados por el censor con carácter vitalicio de entre aquellos ciudadanos que habían ocupado magistraturas superiores. Los miembros, de origen patricio y plebeyo, tenían muchas funciones.
Para imponer su criterio, el Senado contaba con dos instrumentos:
- Las auctoritas patrum: Rectificaban las leyes aprobadas por los comicios, requisito sin el cual estas no podían entrar en vigor.
- El consilium o consejo: Orden dirigida a los magistrados.
- Senatus consultum: Resoluciones del Senado de obligado cumplimiento.
¿Cómo eran las sesiones del Senado?
Se daba comienzo al debate sobre el asunto incluido en el orden del día. Seguidamente, los senadores intervenían por orden de importancia, atendiendo a la magistratura que habían ocupado antes de ser inscritos en la lista senatorial, de pie y sin límite de tiempo. Finalmente, tras ser escuchados por la cámara, los senadores que habían dado a conocer su opinión procedían a una votación de manera peculiar: los que estaban de acuerdo con la opinión expresada por alguno de los participantes se colocaban a su lado para mostrar su apoyo.
Las Luchas Sociales
La República Romana había nacido con un carácter marcadamente aristocrático, al reservar prácticamente la totalidad de los cargos públicos a los ciudadanos de origen patricio. El primer conflicto se produjo en el 494 a.C., cuando la plebe de Roma se retiró al monte Aventino para poner de manifiesto que no trabajarían en beneficio de la ciudad. Este hecho se conoció como secessio plebis.
La Ley de las XII Tablas (451 a.C.) supuso un gran avance en la reclamación de leyes escritas y el establecimiento del derecho penal, pero no se reconoció el derecho de los plebeyos a contraer matrimonio con los patricios hasta el 445 a.C.
Un importante punto de fricción entre ambos colectivos fue el acceso a las principales magistraturas. En el siglo IV a.C. se produjo un acceso imparable de los plebeyos a los cargos políticos. Las mismas leyes establecían que en el reparto de los territorios conquistados por Roma debían participar tanto patricios como plebeyos. Una década más tarde, la dictadura estuvo abierta a todos los ciudadanos, estableciéndose que uno de los censores debía ser plebeyo.
Tarraco: Un Legado Romano en Hispania
La ciudad de Tarraco, en Tarragona, fue el primer asentamiento romano en la península ibérica. Un campamento militar permanente que actuaría como cuartel de invierno en el 218 a.C., al comienzo de la Segunda Guerra Púnica, bajo los dos militares romanos Gneo y Publio Escipión. Julio César le concedió el título de colonia de derecho romano con el nombre de Colonia Iulia Urbs Tarraco, y el emperador Augusto vivió dos años en la ciudad, a la cual elevó a la categoría de capital de la nueva provincia Tarraconense. Como capital de una división administrativa menor, Tarraco controlaría directamente el territorio costero desde los Pirineos hasta el río Júcar. También el emperador Adriano residió en Tarraco en el 122 d.C. Su situación costera, junto a la Vía Augusta, y su activo comercio aseguraron la prosperidad económica de la ciudad hasta el 257, cuando sufrió un saqueo a manos de la tribu germánica de los francos. A finales del siglo V d.C. pasó a formar parte del nuevo reino visigodo.
Los Monumentos Romanos de Tarraco
Tarraco contó con una estructura amurallada, ya que necesitaba defensa, y fue creciendo y reforzándose. La mayoría de los monumentos de la ciudad romana proceden de los siglos I y II d.C. El Foro provincial data de la época de Vespasiano, y allí se encontraban los principales edificios públicos y de culto, distribuidos en terrazas. Se construyó un gran templo octástilo dedicado al culto del emperador Augusto. Junto al foro, fue levantado el circo para carreras de carros a finales del siglo I. Fuera del perímetro de la muralla se encontraban los dos edificios para espectáculos característicos de una ciudad romana importante: el teatro del siglo I, del que apenas quedan restos, y el anfiteatro del siglo II, con capacidad para unos 11.000 espectadores y cuya estructura ha permanecido gracias al hecho de que se construyera en su interior una basílica visigoda. Alejado de la ciudad actual existen también algunos monumentos relacionados con la antigua Tarraco, como el acueducto y la célebre Torre de los Escipiones.
Itálica: Ciudad Imperial en la Bética
Una de las más célebres representaciones del dios Helios se encuentra en un mosaico de la antigua ciudad romana de Itálica. La primera ciudad de Itálica, vetus urbs, se debe a Publio Cornelio Escipión, que en el año 206 a.C., tras la derrota cartaginesa en la batalla de Ilipa durante la Segunda Guerra Púnica, repartió tierras entre sus legionarios con el objetivo de crear un asentamiento para veteranos de guerra. Durante la época imperial, Itálica no dejó de crecer, hasta tal punto que de aquí procederían dos personajes que llegaron a ocupar el trono en Roma: Trajano y Adriano. A este último emperador se debió la ampliación del casco urbano, a raíz de lo cual creó prácticamente una ciudad nueva con grandes construcciones y edificios públicos desde el siglo II d.C., que llevó el nombre de Colonia Aelia Augusta Italica.
Los Monumentos de la Ciudad Imperial
La mayoría de los restos arqueológicos de la ciudad vieja se encuentran debajo del casco urbano de Santiponce. Su edificio más destacado fue el Traianeum, con planta rectangular y ocho columnas en la fachada. Itálica contó ya en la vetus urbs con un conjunto de termas, que duplicó con otras de mayor tamaño para la nueva ciudad de Adriano. Itálica contaba con un teatro de unos 800 metros de diámetro con capacidad para 3.000 personas. El anfiteatro, construido junto a la ciudad nueva fuera del recinto amurallado, tenía capacidad para 20.000 espectadores. Aunque está muy deteriorado, sabemos que el podium interior, que separaba la arena donde se luchaba de las gradas del público, estaba recubierto de mármol. Hoy en día se pueden ver las cámaras subterráneas donde se encerraban las fieras para los espectáculos a los que eran aficionados los romanos. La ciudad nueva ha proporcionado una gran cantidad de restos de casas particulares que han sido clasificadas utilizando los temas decorativos que muestran sus mosaicos.