Represión Franquista y Nacionalismos Periféricos en España: Ley de Responsabilidades Políticas y Movimientos Regionales
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La Represión Franquista: La Ley de Responsabilidades Políticas
Contexto y Propósito
Esta ley, promulgada casi al final de la Guerra Civil Española, estuvo en vigor durante todo el régimen franquista.
Mediante esta ley, se persiguió a las personas contrarias al régimen y a quienes no lo apoyaban.
Análisis del Articulado
En las primeras líneas del texto se recoge el objetivo de la ley, justificada por la oposición al régimen y la participación en eventos como la Revolución de 1934. Seguidamente, se cita quiénes serán los encargados de imponer las sanciones. El artículo 1 especifica a quiénes se castigaría, es decir, a la oposición republicana (denominada despectivamente "roja"). El artículo 2 declara ilegales todos los partidos y organizaciones opuestos al régimen franquista. Finalmente, el artículo 3 indica las consecuencias para estos partidos y sus miembros.
Los Nacionalismos Periféricos en la España de la Restauración
Orígenes y Características Generales
Los nacionalismos surgidos durante la Restauración se opusieron al centralismo y uniformismo del Estado, reivindicando divisiones territoriales consideradas naturales frente a la división provincial existente. Inicialmente, el movimiento nacionalista tuvo un carácter predominantemente burgués, manifestándose en las medianas y pequeñas burguesías. A medida que amplió sus bases sociales, las burguesías dirigentes se sumaron, buscando obtener ventajas económicas y políticas.
El Catalanismo
En Cataluña, surgió un movimiento cultural conocido como la Renaixença. Este movimiento aglutinó diversos intereses de la burguesía:
- Defensa de los fueros
- Ideales románticos descentralizadores
- Proteccionismo industrial
Valentí Almirall abanderó un catalanismo moderno centrado en el federalismo. Su planteamiento era regenerador y autonomista, no independentista. Proponía una Cataluña capitalista y europea, dirigida por una burguesía urbana e industrial capaz de superar el centralismo burocrático y transformar el Estado español.
En 1882, Almirall fundó el Centre Català. En 1887, sectores más conservadores fundaron la Lliga de Catalunya.
El Galleguismo
El nacionalismo gallego, o galleguismo, tuvo dificultades para consolidarse como una fuerza política unificada durante este periodo. Su objetivo principal no era la independencia, sino un modelo político-jurídico de descentralización: la autonomía.
El Andalucismo
Blas Infante fue el principal promotor del andalucismo. Ya en la Asamblea de Antequera de 1883 se había planteado una "Andalucía soberana y autónoma". Sin embargo, no llegó a consolidarse un partido andalucista burgués fuerte, en parte debido a los vínculos de la burguesía andaluza con el poder central.
El Nacionalismo Vasco
El nacionalismo vasco surgió principalmente en defensa de los fueros abolidos tras las guerras carlistas. Presentó diferencias respecto al catalanismo, como un menor protagonismo inicial de una burguesía industrial moderna. Sus impulsores, a menudo vinculados al carlismo derrotado, defendían la recuperación íntegra de los fueros y se aferraban a una visión tradicional y agraria del País Vasco. La rápida industrialización y la llegada de inmigrantes ("maketos") eran vistas como amenazas para la identidad y sociedad vascas tradicionales, al igual que el Estado liberal español, responsable de la abolición foral.