La Representación Divina en la Épica Griega: De la Comedia al Guardián Moral
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Los Dioses en la Épica Griega: De la Comedia a la Moralidad
A Zeus le cuesta dominar a toda la tropa divina. Cuando los dioses manifiestan su lado más humano, aunque sean antropomorfos, el poeta tiende a privarlos de su majestuosidad y a convertirlos en figuras de comedia. Un ejemplo es cuando, en la corte de Alcínoo, el aedo narra los amores de Ares y Afrodita, atrapados en la red de Hefesto. Para distraer a Zeus y evitar que ayude a uno de los bandos en la batalla, Hera se viste de manera provocativa e intenta seducir a su marido para desviar su mirada del campo de batalla. Para ello, pide la ayuda de Afrodita, poderosísima en el amor (se comenta que la belleza de su esposa es superior a la de todas sus amantes). Los dioses y diosas participan en la Guerra de Troya y en muchas otras ocasiones, pero a pesar de no estar sujetos a la muerte, son caprichosos y su conducta a menudo se sitúa por debajo de la de los hombres.
Mientras su esposa lo entretiene, los aqueos pueden atacar, y es en ese momento cuando Héctor resulta herido.
La Comicidad Divina y la Libertad Inmortal
Se producen algunos episodios cómicos, pero en esas ocasiones, hemos observado que dicha comicidad no proviene de una falta de respeto del poeta hacia los dioses o de escepticismo. La religión y los dioses son de naturaleza totalmente distinta a la nuestra, por ejemplo. Los griegos conciben a los dioses como criaturas dichosas, capaces de hacer el bien o el mal, y que disfrutan de la vida. Los dioses griegos, debido a su condición de inmortales, se comportan como lo harían los hombres si estuvieran libres de la carga de deberes, enfermedades, etc., que soportamos los hombres. La comicidad que observamos a veces en los dioses procede de la absoluta libertad y seguridad inherente a la vida divina; no hay nada que los amenace, ni siquiera cuando sufren riesgos (como en la Ilíada, cuando Afrodita es herida), pues no pueden morir. Es decir, cuando el poeta se ríe de los dioses, no se ríe de ellos, sino con ellos; se regocija de esos hechos, al igual que ellos mismos lo hacen.
Motivaciones Divinas: Honor y Sacrificio
Los motivos de los dioses no siempre están claros cuando ayudan a los mortales. Otras veces, sus motivos no son obligados ni tienen una clara dimensión moral; esto sucede en la Ilíada y revela una mentalidad más arcaica. Los dioses defienden a quienes han sido generosos con ellos en sus sacrificios, y los hombres a veces se lo recuerdan a los dioses. Los dioses actúan por consideraciones de honor, al igual que sucede a veces en los hombres. Por ejemplo, Aquiles delibera para sus adentros si ha de matar a Agamenón durante su disputa inicial; entonces se le aparece Atenea, lo que le impide matar a Agamenón, su jefe, pues sería impropio de un héroe, un héroe infiel. También, cuando Aquiles pretende mutilar el cadáver de Héctor para echárselo después a los perros, se impide esa acción enviando a Príamo, y así Aquiles no comete una acción con la que hubiera manchado su alto prestigio de héroe. Tras esa fachada del honor, hay en esos poemas algo más en un estado embrionario, que estará más patente en la Odisea y conduce a la idea de que los dioses son los guardianes de la moralidad humana, no actuando por capricho.
La Evolución Moral de los Dioses en la Odisea
Los dioses, con moralidad, castigan y premian a los hombres; por eso un malvado nunca prevalece. En la Odisea es más patente esta mentalidad nueva, y desempeña un papel más decisivo. Ya sabemos que esta obra empieza con una asamblea de dioses donde se habla del asesinato de Agamenón por Egisto, y se dice que este mereció la venganza que luego efectuó Orestes.
Los dioses condenan la conducta de los pretendientes y deciden intervenir. La conducta de Odiseo es siempre moral; podríamos decir que sus relaciones con Calipso o Circe no lo son, pero en la obra parece no dársele importancia, quizá por ser diosas, o a él se le perdona. En ese apoyo de Atenea a Odiseo hay sobre todo amistad, no se ve ninguna otra cosa. Este sentido del honor y la moralidad se completa con la idea de que los pretendientes merecen la muerte. La acción de Odiseo de matar a los pretendientes está basada en la moralidad, por eso los dioses la apoyan; es algo que debe ser así.