El Renacimiento Temprano en Italia: Boccaccio, Humanismo y la Transformación del Siglo XIV
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Boccaccio y el Amanecer del Renacimiento Italiano
Giovanni Boccaccio se inscribe en el siglo XIV italiano, época que marca el inicio del Renacimiento en Italia. Aunque el Renacimiento suele abarcar el siglo XVI en la mayoría de países, en Italia se dieron circunstancias particulares que favorecieron su aparición temprana, como el notable crecimiento de la burguesía. Boccaccio también vivió en la época de máximo esplendor florentino, situándose así en el momento de transición entre la Edad Media y el Renacimiento (la Europa moderna). Si bien en el plano artístico y literario el Renacimiento comenzó en Italia en el siglo XIV, muchos aspectos de la sociedad italiana mantuvieron un estado medieval, y el Renacimiento no se desarrolló plenamente hasta finales de siglo. Podemos afirmar que Boccaccio es un precursor del Renacimiento, con una obra a medio camino entre la Edad Media y el Renacimiento, pero que ya apuntaba rasgos distintivos de este último.
El Siglo XIV: Contexto de Crisis y Transformación
Durante este siglo (XIV) se produjeron, además, una serie de circunstancias que generaron un retroceso económico europeo: un cambio climático que provocó heladas y hambrunas, un rápido crecimiento demográfico y, especialmente, la devastadora epidemia de Peste Negra que asoló el norte del país entre 1347 y 1351. Paradójicamente, fue en esta época de grandes desafíos cuando emergieron las primeras figuras del Renacimiento, como Dante Alighieri y Francesco Petrarca.
Características Fundamentales del Renacimiento
Entre las características más importantes del Renacimiento, podemos señalar:
Cambio de Mentalidad y el Humanismo
Se produjo un profundo cambio de mentalidad hacia un espíritu más crítico y racional, impulsado por el movimiento intelectual conocido como **Humanismo**. Este propugnaba una formación íntegra del ser humano en todos los aspectos, fundamentada en el redescubrimiento y estudio de las fuentes clásicas grecolatinas, descubriendo así su intrínseca importancia como individuo.
El Hombre como Centro (Antropocentrismo)
El ser humano se convirtió en el centro de la creación y del pensamiento. La visión del mundo dejó de ser teocéntrica, como en la Edad Media, donde Dios era el eje central de todo. Ahora, el hombre ocupaba esa posición central, valorando su capacidad de razonamiento y su potencial.
Nueva Percepción de la Vida y el Mundo
La vida dejó de ser el “valle de lágrimas” que representaba en la Edad Media, un mero sitio de tránsito en espera del paraíso. Ahora, la vida terrenal y el mundo se percibían como un regalo divino, un lugar que ofrecía un abanico de posibilidades para el deleite, el conocimiento y el desarrollo personal. Por tanto, ese mundo debía ser vivido y gozado plenamente.
El Dolce Stil Novo: Una Corriente Literaria Clave
Otra corriente destacable en estos albores del Renacimiento es el movimiento poético del **Dolce Stil Novo**, que surgió en Italia en la segunda mitad del siglo XIII. Este movimiento respondió al declive del sistema feudal imperante en la Edad Media (basado en el vasallaje y los beneficios entre nobles y campesinos). En el Dolce Stil Novo, se proclamó la importancia de la **nobleza del corazón**, una cualidad intrínseca propia del individuo que alcanza valor por su propio mérito y esfuerzo, y que se manifestaba especialmente en su forma pura y elevada de sentir el amor. Esta influyente corriente fue cultivada por autores de la talla de Dante Alighieri o Guido Cavalcanti.