El Renacimiento: La Poesía y la Prosa en España
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La Poesía
Temas:
- El amor
- La mujer
- La naturaleza
- Recuperación de temas clásicos
- Temática religiosa: poesía ascética y poesía mística
Autores Principales:
Primera Mitad del Siglo XVI:
- Boscán
- Garcilaso de la Vega (Égloga I, Égloga II, Égloga III)
Segunda Mitad del Siglo XVI:
- Fray Luis de León (Oda a la vida retirada, Oda a Salinas, Noche estrellada)
- Juan de la Cruz (Noche oscura del alma, Cántico espiritual y Llama de amor viva)
- Teresa de Jesús
La Prosa
Prosa de No Ficción
- Crónicas de Indias
- Prosa religiosa
- Textos humanistas (Juan Valdés: Diálogo de la lengua)
Prosa de Ficción
Idealista:
- Novelas de caballería
- Novelas bizantinas (Cervantes: Los trabajos de Persiles y Segismunda)
- Novelas pastoriles (Jorge Montemayor: Diana, Cervantes: La Galatea)
Realista:
- Novela picaresca: El Lazarillo
El Renacimiento: Contexto
El Renacimiento es un movimiento artístico y cultural que tiene su origen en Italia en torno al siglo XV (aunque en España no llegará hasta el XVI). Dante, Petrarca y Boccaccio serán los grandes modelos a seguir junto con los autores del mundo clásico.
En España el periodo coincide con los reinados de Carlos I y Felipe II. El primero está vinculado a la expansión de España como imperio, es un momento de esplendor y apertura a Europa que coincide con la irrupción del pensamiento humanista. El segundo está marcado por el movimiento de la Contrarreforma. La expansión y apertura anterior dejan paso al aislamiento y la cerrazón, la revalorización de lo religioso, la importancia de la limpieza de sangre, el concepto de la honra y la aparición de la poesía mística y ascética o el surgimiento de la literatura picaresca.
El Antropocentrismo
La filosofía del Renacimiento está marcada por una nueva visión del hombre y del mundo, el denominado antropocentrismo que había comenzado a dibujarse a finales de la Edad Media y que deja atrás la visión teocéntrica que caracteriza al periodo anterior. Este nuevo concepto sitúa al ser humano en el centro del universo, se considera que ha sido situado allí para comprender el mundo y asombrarse de él. Está también presente la idea de que el ser humano refleja en sí mismo todo el universo, contiene la potencialidad de serlo todo pudiendo llegar a lo más excelente o a lo más bajo ya que hay dos cosas que definen al hombre: su capacidad racional y su libre elección.
Hay una repercusión importante de esta visión antropocéntrica del hombre: la vida deja de ser considerada como un mero tránsito hacia la eternidad revitalizándose así el concepto clásico del carpe diem.
El Humanismo
La palabra “renacimiento” proviene del hecho de que en esta época se pretende rescatar y hacer renacer el saber y la cultura del mundo clásico. En el ámbito del arte esto tiene una clara repercusión: la cultura clásica se convierte en un modelo a imitar (se toman sus temas, géneros literarios, formas estróficas, se revitaliza la mitología…).
El modelo de humanista será el de una persona que se interesa por la cultura y el saber.
La Poesía en el Renacimiento
La renovación en la lírica se produce tanto en las formas como en el contenido: aparecen nuevas formas estróficas procedentes de Italia (siendo lo más característico la incorporación del endecasílabo) o de la cultura grecolatina, surgen también temas nuevos o se dan nuevos tratamientos a los ya existentes. Paralelamente a esta renovación, conviven elementos propios de la poesía tradicional y de cancionero medievales.
Autores Principales:
Primera mitad del siglo XVI:
Boscán: Muy amigo de Garcilaso es, junto con este, el primero en introducir en España las formas procedentes de Italia.
Garcilaso de la Vega: Autor principal de la lírica renacentista. Su obra es breve y lo más destacable de ella son sus sonetos y églogas de las que escribió tres.
Segunda mitad del siglo XVI:
Destaca la irrupción de la temática religiosa. Los autores principales dentro de esta tendencia serían:
Fray Luis de León: Claro ejemplo del espíritu humanista, escribió obras en prosa, tradujo distintas obras del latín al castellano y compuso textos líricos representativos de la poesía ascética entre los que destacan la Oda a la vida retirada, Oda a Salinas y el poema Noche estrellada.
Juan de la Cruz: Su poesía mística expresa la unión del alma con Dios valiéndose de la simbología de la lírica amorosa. Destacan la Noche oscura del alma, Cántico espiritual y Llama de amor viva.
Teresa de Jesús: Cultivó la prosa y escribió poesía mística que recibe la influencia de la lírica popular.
La Prosa en el Renacimiento
La narrativa en el Renacimiento experimenta un gran desarrollo debido, en gran medida, a la invención de la imprenta. Podemos dividir sus tendencias en:
A. Prosa de No Ficción:
Textos que no son historias de ficción y que se relacionan con el interés que los hombres del renacimiento prestan al saber y la cultura:
- Crónicas de Indias: Son los relatos que realizan los hombres que acudieron a la conquista de América.
- Prosa religiosa: Son los textos teóricos de Juan de la Cruz y Teresa de Jesús, relacionados con su labor como reformadores de la iglesia.
- Textos humanistas: Se trata de recopilaciones de saber o estudios sobre temas diversos. Hubo textos importantes vinculados a la defensa del castellano como El diálogo de la lengua de Juan Valdés.
B. Prosa de Ficción:
Prosa idealista:
Sigue la tendencia habitual del idealismo que caracteriza al Renacimiento. No pretenden representar la realidad y en ocasiones hace aparición la fantasía. Los protagonistas son personajes planos, con características ideales que no varían a lo largo de la historia. Podemos encontrar distintas tendencias:
- Novelas de caballerías: Surgen en la EM y se siguen cultivando en el Renacimiento. El protagonista es un héroe, un caballero que se enfrenta a diversos peligros. Hay siempre una historia de amor.
- Novelas bizantinas: Nacidas también en la EM, cuentan la historia de dos amantes que tienen que separarse. Tras diversos viajes y aventuras, al final de la historia se produce el reencuentro de los protagonistas. Cervantes: Los trabajos de Persiles y Segismunda.
- Novelas pastoriles: Su ambiente recuerda al de las églogas. Los protagonistas de estas historias amorosas, son pastores ideales que viven en un entorno también idílico. Jorge Montemayor: Diana, Cervantes: La Galatea.
Prosa realista:
Su aparición supone el inicio de la novela moderna. Los protagonistas son antihéroes, personajes que dejan de ser ideales y que ganan profundidad. Ya no permanecen inmutables a lo largo de la historia, las aventuras que viven los transforman y cambian, hay en ellos una evolución. En esta tendencia se enmarca la:
- Novela picaresca: Nace ahora con El Lazarillo y se desarrollará durante el Barroco.
- El protagonista es un pícaro, un antihéroe que tiene que ganarse la vida con ingenio. Nacido en la marginalidad, de orígenes humildes, busca hacerse sitio en la sociedad, una sociedad cruel y hostil. La vida se entiende como una lucha individual en la que es difícil encontrar amigos o aliados.
- Escritos de forma autobiográfica.
- Hay un retrato y análisis crítico de la sociedad del momento. Analizan la pobreza, el hambre, la desigualdad y el inmovilismo social.
Temas del Renacimiento
1) El amor:
Tiene un tratamiento que enlaza con el amor cortés y asume el modelo del dolce stil nuovo italiano (Dante y Petrarca son los referentes fundamentales). La mujer se considera un ser superior capaz de purificar y elevar al enamorado (donna angelicata) que se siente ligado a ella en un amor constante más allá de la muerte.
2) La mujer:
Encontramos con frecuencia el tema de la descripción de la belleza femenina. Es una belleza idealizada que asume casi siempre los mismos rasgos: blancura de piel, cuello esbelto, atención a los ojos y la mirada, pelo rubio… Muchas veces se emplean elementos de la naturaleza o figuras mitológicas como elementos de comparación en las descripciones. La descripción de la belleza se vincula también en ocasiones al tema del carpe diem.
3) La naturaleza:
Idealizada del mismo modo que lo está la belleza de la mujer, suele ser un locus amoenus que se reproduce con rasgos similares (un espacio fresco y umbroso donde corren el agua y la suave brisa). El tema tiene distintos tratamientos:
- Puede aparecer como decorado (habitual en las églogas).
- Reflejar los sentimientos de los personajes.
- Utilizarse como elemento de comparación para resaltar la belleza femenina.
- Con frecuencia aparece asociado al carpe diem (la primavera se relaciona con la juventud).
- Dentro de la poesía religiosa de la segunda mitad, puede aparecer como un reflejo de la grandeza de Dios o vinculada al beatus ille.
4) Recuperación de temas clásicos:
Ya hemos comentado que la cultura grecolatina es un modelo literario constante. Se retoman algunos temas clásicos como el carpe diem, el collige virgo rosas, el beatus ille, el tempus fugit, el ubi sunt…
Se retoman géneros como el de las églogas.
Aparece con frecuencia el tema de la mitología (poemas de temática mitológica, o aparición de la mitología como elemento de comparación).
5) Temática religiosa:
Aparece en la segunda mitad del XVI y engloba dos tendencias:
- La poesía ascética: Su temática se vincula a la necesidad de purificar el alma alejándose, mediante la renuncia, de los bienes materiales (la ambición, los placeres corporales, la competitividad y ajetreo de la corte…).
- La poesía mística: Los textos son expresión de una experiencia de conexión del alma con Dios en vida. La experiencia es muy difícil de traducir en palabras y el poeta debe valerse del simbolismo para transmitirla y comunicarla. Los poetas místicos se sirven del lenguaje amoroso. La amada se equipara con el alma y el amado con Dios, la fusión de los amantes representa la unión del alma con Dios.
Esta compleja experiencia cuenta con tres etapas, las llamadas tres vías: vía purgativa (el hombre se aleja y renuncia a los bienes materiales en un proceso de purificación del alma), vía iluminativa (se da cuando, tras la renuncia anterior, el alma vislumbra la divinidad), vía unitiva (se produce la fusión del alma con Dios en el llamado “éxtasis místico”).