El Renacimiento Español: Arte, Cultura y Sociedad en los Siglos XV y XVI

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El Renacimiento en España: Arte, Cultura y Sociedad

Cultura y Humanismo

En el ámbito cultural, destacaron humanistas como Antonio de Nebrija, autor de la primera Gramática castellana, y Juan Luis Vives, considerado la principal figura del humanismo español y profesor en prestigiosas universidades europeas.

Literatura

Sobresalieron poetas como Garcilaso de la Vega y Fray Luis de León. En la prosa, la novela más relevante fue El Lazarillo de Tormes, una obra anónima fundamental.

Arquitectura

Se distinguen tres variedades principales:

  • Plateresca: Con influencia gótica y abundante decoración renacentista (ej. fachada de la Universidad de Salamanca).
  • Clasicista: Más sobria y similar al estilo italiano (ej. fachada de la Universidad de Alcalá de Henares).
  • Herreriana: Caracterizada por la austeridad geométrica y las grandes dimensiones de los edificios (ej. Monasterio de El Escorial).

Escultura

Destacó Alonso Berruguete, autor de numerosas obras religiosas de gran expresividad.

Pintura

A finales del Renacimiento, sobresalió El Greco (Domenikos Theotokopoulos), quien trabajó principalmente en Toledo. Realizó retratos y escenas religiosas de gran expresividad y espiritualidad, siendo autor de obras maestras como El entierro del Conde de Orgaz, El Expolio y La Trinidad.

Avances Científicos y Culturales

Se desarrollaron ciencias como la geografía, impulsada por los viajes y expediciones transoceánicas. Se demostró empíricamente la esfericidad de la Tierra y se alcanzó un conocimiento más real del mundo, exceptuando las regiones polares y el interior de África y Australia. La cartografía, la historia, la biología, la zoología y la ingeniería también experimentaron importantes avances.

La difusión de la imprenta propició el aumento de profesiones relacionadas con el libro; por ejemplo, creció el número de bibliotecas y bibliotecarios. Además, los reyes nombraron cronistas de la corte a diversos escritores para registrar los hechos de sus reinados.

La Ciudad Renacentista: Florencia y Roma como Centros Urbanos

El Auge de las Ciudades Italianas

Aunque gran parte de la población europea vivía en núcleos rurales, durante la Baja Edad Media y especialmente en el Renacimiento (siglos XV y XVI), tuvo lugar un notable desarrollo urbano. Este crecimiento se produjo sobre todo en Italia, una de las regiones más prósperas de la época y cuna del Renacimiento.

Florencia: Prosperidad Económica y Cultural

Entre las ciudades italianas destacó Florencia, situada en el norte de la península itálica. Logró un gran crecimiento económico y demográfico desde el siglo XIV, atrayendo población de otros lugares. Su prosperidad se basaba en:

  • Intercambio comercial: Especialmente el comercio de textiles de lujo (lana y seda), que proporcionaban grandes ingresos a mercaderes y banqueros como los Médici.
  • Pequeño comercio y artesanía: Aumentaron su actividad gracias al incremento del número de habitantes. Los productos más demandados incluían cereales, vino, azúcar, especias y aguardiente.
  • Industria armamentística: Florencia disponía de su propio ejército, que incluía caballería. La fabricación de cañones de bronce, picas, armas blancas, arcabuces y municiones promovió una importante industria local.

La prosperidad económica se manifestó en los magníficos edificios y obras de arte realizados en la ciudad, financiados por ricos mecenas (familias nobles, burgueses acaudalados y el propio gobierno de la ciudad). Se construyeron numerosas obras arquitectónicas de carácter religioso (como la cúpula de la catedral gótica de Santa Maria dei Fiori –obra de Brunelleschi– y las iglesias de San Lorenzo y Santa Maria Novella) y civil (como los palacios Pitti, Rucellai y Médici-Riccardi).

Roma: Centro Religioso y Artístico

En el siglo XVI, adquirió gran relevancia Roma. Era el centro religioso de la Europa cristiana y la capital de los Estados Pontificios, gobernados por los sucesivos papas. Estos también ejercieron un intenso mecenazgo, atrayendo a los mejores artistas del momento y contribuyendo decisivamente al desarrollo del arte renacentista en la ciudad (ej. la Basílica de San Pedro, la Capilla Sixtina).

Economía Renacentista

Agricultura

La agricultura creció durante este periodo debido a la creciente demanda de alimentos y materias primas de las ciudades. Los cultivos tendieron a especializarse regionalmente. Aunque muchos agricultores seguían produciendo principalmente para subsistir, aumentó la producción destinada a la venta en el mercado. El sistema feudal no desapareció del todo, pero fue más frecuente encontrar campesinos libres que trabajaban la tierra a cambio de un salario o una renta.

Industria Artesanal

Junto a los tradicionales talleres artesanales urbanos, se extendió la industria domiciliaria (conocida como putting-out system). En este sistema, un empresario (mercader-fabricante) proporcionaba las materias primas a los trabajadores (generalmente campesinos) para que realizaran una parte del proceso de elaboración en sus casas. El empresario recogía luego el producto semielaborado o terminado, lo comercializaba y obtenía grandes beneficios, escapando al control de los gremios urbanos.

Comercio

En el siglo XVI, el comercio aumentó significativamente su volumen, especialmente gracias a la apertura de nuevas rutas y al intercambio con Asia y América. Se generalizó el uso de instrumentos financieros como la letra de cambio para facilitar las transacciones y el movimiento de capitales.

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