El Renacimiento Artístico en España: Escultura y Pintura, Características y Evolución
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La expresividad cobra una importancia fundamental en el arte del Renacimiento español, destacando por la originalidad de los materiales empleados. Por ejemplo, se utiliza mucho la madera policromada de pino con la técnica del estofado, en la que se aplica una fina capa de pan dorado y luego se pinta encima y se raspa para que se vea el dorado. Se siguen construyendo sepulcros, retablos, sillerías de coro y retratos.
La Escultura Renacentista Española: Características y Evolución
Características Generales de la Escultura Renacentista Española
- Relaciones Políticas y Artísticas con Italia: Las frecuentes relaciones políticas con Italia y la existencia de dominios españoles en Italia favorecieron la entrada del Renacimiento en la escultura española, así como la presencia de artistas españoles en Italia y de italianos en España.
- Materiales Predominantes: El bronce se trabaja poco. Para los sepulcros se prefiere la piedra o el alabastro, siendo escaso el empleo del mármol porque no existe en la península. El material más utilizado es la madera; la de pino se prefiere para retablos policromados y la de nogal para las sillerías de coro.
- Técnica del Estofado: Esta técnica se emplea para pintar las "estofas" o telas y el encarnado, aplicando una fina capa de pan de oro que luego se pinta y raspa para revelar el dorado subyacente.
- Tipologías Escultóricas: Los escultores trabajan la escultura monumental, sobre todo en el plateresco, y la escultura exenta: retablos, tumbas y sillerías de coro.
- Las Tumbas: Son exentas o de pared. El bulto aparece yacente u orante.
- Realismo y Expresividad: Predomina un realismo de influencia franco-borgoñona. Es un arte apasionado, dinámico y muy expresivo. Se escogen los momentos de dolor y mayor tensión.
Evolución de la Escultura Renacentista Española
La escultura renacentista española se divide en tres etapas, reflejando la evolución general del arte del período:
Primer Tercio: Persistencia del Goticismo
Pervive un intenso goticismo. Los comitentes contratan artistas italianos que introducen el Renacimiento. Destaca la Escuela de Burgos.
Segundo Tercio: Adaptación Ascética y Convulsa
Se aceptan las formas del Renacimiento, pero acoplándolas a un sentimiento ascético, lo que origina un arte agitado y convulso. Representada por la Escuela de Valladolid, con figuras clave como Alonso de Berruguete, Juan de Juni y Gaspar Becerra.
Último Tercio: Vuelta a la Calma y Manierismo
Se observa una vuelta a la calma. Las formas son bellas, las figuras estáticas, bien musculadas, centradas en sí mismas, casi manieristas. En la Corte, destacan los trabajos académicos de Pompeio y León Leoni.
La Pintura del Renacimiento en España
Aunque el clasicismo de la pintura renacentista italiana pugnó por entrar en nuestro país, el fervor religioso del catolicismo español no lo permitió de manera intensa. En este contexto, por ejemplo, el desnudo apenas existe, y si lo hace, está cargado de exaltación mística.
La Introducción del Quattrocento Italiano
El Renacimiento se introduce en la pintura de Castilla por Pedro Berruguete, quien viajó muy joven a Italia. Allí trabajó bajo el mecenazgo del duque de Urbino, Federico de Montefeltro, lo que le permitió conocer a los principales artistas del Quattrocento.
Su obra está marcada por un importante estudio de la luz y de la perspectiva, así como por el naturalismo de sus figuras, aunque aún retiene elementos flamencos.
Algunas de sus mejores obras fueron sus retratos, como el Retrato de Federico de Montefeltro y su hijo o su Autorretrato, de medio cuerpo y gran naturalismo, y el famoso Auto de Fe, cuadro sobre tabla en el que destaca principalmente por su gran profundidad.
Influencia de los Grandes Maestros Italianos del Siglo XVI
Dentro de esta etapa, hay un importante foco de pintores en Valencia, donde las influencias de Leonardo Da Vinci y Rafael están muy latentes.
Tal es el caso de Yáñez de la Almedina y Juan de Juanes.
Pintores del Bajo Renacimiento
Durante la segunda mitad del siglo XVI, a las influencias de los grandes maestros del Cinquecento se suman las de los promotores del Manierismo.
Destaca en este sentido Luis de Morales “El Divino”: de formación rafaelesca y manierista, sus figuras son alargadas, blandas y de colores fríos, siendo precedente de El Greco. Es autor de Vírgenes piadosas y Cristos dolientes, destacando su Virgen con el Niño del Museo del Prado.
En los últimos años del siglo XVI, a estas influencias se suman las de la Escuela Veneciana, sobre todo de Tiziano y Tintoretto.