Relieve de la Cordillera Cantábrica y Macizo Galaico-Leonés: Formaciones y Características
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Los Rebordes Montañosos de la Meseta
Corresponden a las cordilleras que enmarcan a la meseta en su zona periférica, surgidas durante la orogénesis alpina. Pueden originarse como fractura y rejuvenecimiento del zócalo paleozoico (Macizo Galaico-Leonés, Sierra Morena, Cordillera Cantábrica occidental) o bien por plegamiento de los materiales secundarios sedimentarios marinos depositados en los bordes de dicho zócalo (Cordillera Cantábrica oriental y Sistema Ibérico).
Macizo Galaico-Leonés
Se trata del zócalo fracturado y rejuvenecido por la orogenia alpina (macizo antiguo). Presenta un relieve fallado con bloques levantados (horst), como el Teleno, Sierra de Ancares, Cabrera, etc., y bloques hundidos, como la fosa tectónica de El Bierzo. La erosión cuaternaria deriva a un modelado afectado por el glaciarismo (glaciares de circo como en Cabeza de Manzaneda en Orense) y por terrazas fluviales.
Cordillera Cantábrica
A su vez, se distinguen dos sectores:
Sector Occidental o Macizo Asturiano
Es una continuación del Macizo Galaico-Leonés y se trata de un rejuvenecimiento del zócalo por la orogenia alpina (macizo antiguo). Por lo tanto, presenta materiales hercínicos (granito, cuarcitas, calizas primarias y yacimientos carboníferos). Predominan un sistema de bloques elevados (horst) y bloques hundidos (fosas tectónicas) en su zona central, y en la zona occidental, en contacto con Galicia, presenta un relieve de tipo apalachense.
Sector Centro-Oriental o Montaña Cántabra
Corresponde a un plegamiento de materiales sedimentarios marinos durante la orogénesis alpina (cordillera intermedia). Predominan las calizas secundarias, pero también afloran arcillas, margas, areniscas y arenas.
Durante el Cuaternario, los agentes erosivos han ido modelando el relieve hasta darle el aspecto actual. Las glaciaciones afectaron a las zonas más elevadas de los Picos de Europa, Peña Sagra, Peña Labra, Castro Valnera, etc., y algunas zonas más bajas, como el nacimiento del río Asón, dando lugar a valles de circo y valles en artesa, es decir, en forma de U.
La presencia mayoritaria de calizas determina la gran abundancia de formaciones cársticas (dolinas, poljé, hoces, uvalas, simas...). Las cumbres más destacadas son la Sierra de Híjar (2.222 m) y Peña Labra (2.018 m).
Relieve de Cantabria
En la zona de Cantabria, distinguimos tres grandes unidades morfoestructurales:
Las Montañas Bajas y los Valles Intermedios
Al sur del litoral, se alza una barrera montañosa en una sucesión de valles y montañas. Las montañas son bajas, no sobrepasan los 1.000 metros de altitud (Sierra del Escudo de Cabuérniga, Ibio, Dobra), y los valles son estrechos y profundos, muy encajados en algunos tramos (valles de Nansa, Saja, Cabuérniga, Buelna, Toranzo, Cayón, Carriedo, Pas, Pisueña, Miera, Ruesga, Soba y Guriezo). Los ríos se ven obligados a salvar grandes desniveles en muy poca distancia hasta la desembocadura, lo que les da una gran fuerza erosiva y así excavan profundos valles. En las zonas donde abunda la caliza, forman desfiladeros (La Hermida por el río Deva) y en zonas donde abundan las arcillas, forman amplias hoyas (Corrales de Buelna, Torrelavega, Ramales de la Victoria).
La Montaña y los Valles Meridionales
Está formada por las sierras y los macizos montañosos del interior de Cantabria (Picos de Europa -se reparten entre las provincias de Asturias, Cantabria y León. Constituyen un enorme horst tectónico en el que abundan las formaciones cársticas: lapiaz, dolinas, poljé y hoces, ej. la garganta formada por el río Cares-; Peña Sagra, Peña Labra, Sierra del Escudo, Montes de Pas, Sierra del Hornijo...).
Al sur de la Cordillera Cantábrica, encontramos tierras altas, lindantes con la meseta castellana, en las que destacan los valles abiertos por los ríos y los páramos calizos (Páramo de Masa, La Lora).