Las Relaciones Iglesia-Estado y la Agricultura en la España del Siglo XVIII
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Las Relaciones Iglesia-Estado en el Siglo XVIII
El Regalismo y el Concordato de 1753
El regalismo defendía la superioridad del rey sobre la Iglesia.
Uno de los objetivos de los monarcas regalistas era someter a su autoridad a la Iglesia, para lo cual necesitaban obtener el denominado patronato regio, o derecho de la Corona a intervenir en asuntos eclesiásticos.
En España, los Reyes Católicos habían obtenido del Papado el derecho de patronato sobre el reino de Granada. Pero en el siglo XVIII, las relaciones con la Santa Sede entraron en una fase de fricciones.
Tras largas y complejas negociaciones, la situación se normalizó con la firma del Concordato de 1753, por el que el Papa concedió a la monarquía un patronato prácticamente universal sobre la Iglesia española.
El Motín de Esquilache y la Expulsión de los Jesuitas
El mayor conflicto interno que experimentaron los primeros Borbones fueron los motines de la primavera de 1766. La expulsión de los jesuitas, sumada a la subida del precio del trigo, fue aumentando el descontento popular, y se culpó de ello al gobierno. En este contexto, se prohibió el uso de la capa larga y el sombrero de ala ancha.
Esta prohibición fue el detonante en Madrid, con un sustrato común de descontento social ante la carestía de los alimentos. Finalmente, Carlos III accedió a la expulsión de Esquilache.
Campomanes y otros miembros del gobierno enemigos de los jesuitas acusaron a estos de haber instigado los alborotos populares. La Compañía de Jesús representaba un peligroso enemigo dentro del Estado al servicio de los intereses de Roma. España no fue el primer país que expulsó a los jesuitas.
La Agricultura en el Siglo XVIII
Problemas de la Agricultura
El principal obstáculo para la agricultura era el régimen de propiedad de la tierra. La mayor parte de las tierras cultivables no podían venderse o entregarse, ya que eran tierras amortizadas (o en manos muertas).
Existían tres tipos de tierras amortizadas:
- Las eclesiásticas. La Iglesia era uno de los grandes terratenientes, ya que había acumulado enormes riquezas y donaciones de reyes.
- Las municipales. Era frecuente que los municipios tuvieran la propiedad de ciertas tierras, que podían ser de aprovechamiento común y gratuito o tierras de labor a cambio del pago de una renta.
- Las vinculadas a mayorazgos. El mayorazgo era un sistema de herencia en el que se transmitía un conjunto de bienes indivisible al primogénito varón.
La Iglesia y la nobleza explotaban una pequeña parte de sus tierras, y el resto las arrendaban a campesinos a cambio del pago de una renta a plazo limitado. Los rendimientos agrícolas eran muy bajos y se originaron con frecuencia crisis de subsistencias.
La Política Agraria de Carlos III
La Corona adoptó medidas parciales para intentar solucionar los problemas del campo, pero no se atrevió a atacar frontalmente el problema de la propiedad de la tierra.