Reintegración Económica de España (1960-1973): Liberalización y Crecimiento
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La Edad de Oro: Reintegración en la Economía Internacional (1960-1973)
Liberalización e Integración Económica: El Círculo Virtuoso del Sector Exterior
La Apertura Comercial
El Plan de 1959 dio inicio a una política de liberalización del comercio exterior, en la que el control directo sobre los productos importados se fue sustituyendo por el establecimiento de aranceles y otros impuestos. El rígido y severo esquema de restricción de las importaciones vía cantidades se iría sustituyendo por otro que operaría vía precios. La instrumentación de esta política llevó a tomar dos medidas:
- Establecimiento de diversos regímenes de comercio para la importación. El proceso de liberalización consistió en trasvasar “productos intervenidos” a “productos liberalizados”. Los resultados fueron bien visibles:
- Antes de 1959, sólo el 7% de las importaciones no necesitaban licencia.
- El Plan de 1959 elevó dicho porcentaje al 33%, que fue aumentando en años sucesivos, de manera que, en 1973, superó el 80%.
- Nuevo Arancel que entró en vigor en 1960, muy protector, que contrarrestó el impulso al comercio liberalizado. El Arancel de 1960 permitió que la industria española pudiese producir en el mercado interior a precios muy superiores a los precios internacionales, especialmente los bienes de consumo duraderos y los productos intermedios más elaborados, pero no así la fabricación de maquinaria, equipos de transporte y productos intermedios poco elaborados.
La Apertura Financiera
El periodo anterior a 1959 (1939-1959) se había caracterizado por una política sumamente restrictiva. Antes de 1959 la inversión extranjera en España era bastante reducida.
El Plan de Estabilización desarrolló una legislación muy liberal sobre las inversiones de capital extranjero en nuestro país. Un decreto-ley de julio de 1959 declaró la libertad absoluta de inversiones hasta el 50% del capital social de las empresas y hasta el 100%, previa autorización del Gobierno. Se admitían inversiones directas, inversiones de cartera e inversiones inmobiliarias, al tiempo que no se ponía traba alguna para la repatriación de capitales y de las rentas generadas. El Gobierno español reconocía que:
- El ahorro interno era insuficiente para una rápida industrialización.
- Las entradas de divisas eran necesarias para el equilibrio exterior.
- El capital extranjero resolvería el atraso tecnológico y el bajo nivel de productividad.
Ambas aperturas incrementaron los intercambios de mercancías y capitales y generaron un “círculo virtuoso” del crecimiento. En los años de 1960 a 1974, el PIB per cápita creció, sólo superada por Japón entre las economías de la OCDE. Tal crecimiento se debió a la apertura exterior que suministró ingresos para el equilibrio, también superávit, de la balanza de pagos.
El déficit comercial fue cubierto por:
- Remesas de emigrantes. Entre 1960 y 1973 emigraron algo más de un millón de trabajadores españoles, cuyas remesas cubrieron cerca de un 25% del saldo desfavorable de la balanza de mercancías.