El Reinado de Isabel II: Etapas y Transformaciones Políticas en España (1833-1868)
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La Minoría de Edad de Isabel II (1833-1844)
María Cristina, madre de Isabel II, asumió la regencia tras la muerte de Fernando VII. Su gobierno inicial, de corte moderado, derogó la Constitución de 1812 y se rigió por el Estatuto Real de 1834. Durante este periodo, se implementaron importantes reformas y eventos clave:
- La promulgación de la Constitución de 1837, de carácter más progresista.
- La Desamortización de Mendizábal (1836-1837), que liberó propiedades vinculadas y, más importante aún, expropió el patrimonio de las comunidades religiosas.
Posteriormente, el general Espartero, líder progresista y vencedor de los carlistas, subió al poder. Su regencia se caracterizó por una política autoritaria: suspendió la Ley de Ayuntamientos de 1840 y disolvió las Cortes. Esta deriva autoritaria suscitó sublevaciones obreras y el pronunciamiento del moderado Narváez, quien finalmente declaró la mayoría de edad de la reina para evitar una nueva regencia.
La Década Moderada (1844-1854)
Durante este periodo, se produjo la Segunda Guerra Carlista. A pesar de este conflicto, la ausencia de otras grandes confrontaciones permitió un cierto progreso económico y administrativo. Entre las medidas más destacadas se encuentran:
- La implementación de un nuevo sistema tributario.
- La firma del Concordato de 1851 con la Santa Sede, que reguló las relaciones entre la Iglesia y el Estado.
El Bienio Progresista (1854-1856)
La corrupción, el ultraconservadurismo y las disensiones internas del partido moderado, sumados al deseo de los progresistas por acceder al poder, desgastaron al gobierno y provocaron la Vicalvarada. Ante el temor de que la monarquía se viera perjudicada, la reina encargó a Espartero la formación de un gobierno de signo progresista. Durante este bienio, se restauraron diversos derechos políticos y civiles, y se acometieron importantes innovaciones económicas y financieras, como la promulgación de la Ley General de Ferrocarriles y la Desamortización de Madoz.
A diferencia de la etapa anterior, con escasos conflictos, estos se fueron agudizando bajo el gobierno de Espartero, con tensiones con la Santa Sede y levantamientos campesinos y obreros, originados por la desamortización de bienes municipales o por la carestía de la vida. El gobierno se vio desbordado, y O'Donnell subió al poder.
El Fin de la Etapa Isabelina (1856-1868)
O'Donnell interrumpió algunas de las reformas progresistas, pero formó un partido conciliador y de base amplia, la Unión Liberal, que lo mantuvo en el gobierno hasta 1863. Durante estos años, se fomentó el desarrollo del ferrocarril y se impulsó una política exterior que buscaba acrecentar el maltrecho prestigio de España.
Sin embargo, los levantamientos campesinos y, sobre todo, el auge de los nuevos partidos Republicano y Demócrata, frente a la poca cohesión de la Unión Liberal, hicieron fracasar el programa de conciliación y provocaron la caída del líder. A partir de 1863, se sucedieron varios gobiernos sumidos en una profunda crisis política. En esta coyuntura, los progresistas y los ya constituidos demócratas y republicanos firmaron el Pacto de Ostende (Bélgica) en 1866 para destronar a Isabel II. Finalmente, la Revolución de 1868 (La Gloriosa) se puso en marcha, marcando el fin del reinado de Isabel II.