El reinado de Isabel II: desamortizaciones y cambio social
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La eliminación de las trabas legales era la condición necesaria para liberalizar el mercado. Esto se empieza a conseguir en 1836 debido a: La supresión de los mayorazgos, La abolición del régimen señorial y Las desamortizaciones, de Mendizabal y de Madoz.
La desamortización eclesiástica de Mendizabal, se inicia en la etapa del gobierno progresista, consistió en la venta de las tierras expropiadas a la iglesia. Sus objeticos eran: sanear la hacienda, financiar la guerra carlista y convertir a los nuevos propietarios en adeptos para la causa liberal.
La desamortización de Madoz, se inicia durante el bienio progresista, e incluía tierras amortizadas: de la iglesia aún no vendidas y de la propiedad municipal. Se pretendía destinar parte de los ingresos obtenidos a financiar la construcción de infraestructuras como el ferrocarril.
Consecuencias de las desamortizaciones
- Desmanteló la propiedad de la Iglesia y de sus fuentes de riqueza; el diezmo también fue suprimido.
- No resolvió el problema de la deuda, pero sí contribuyó a atenuarlo.
- Tampoco supuso un aumento de la producción agraria. Ya que los nuevos propietarios no emprendieron mejoras. También se acentuó el latifundismo en Andalucía y Extremadura y el minifundismo en el Norte.
- Mejoró el rendimiento, lo que permitió destinar más productos al mercado. Pero las técnicas siguieron siendo muy atrasadas.
Cambios en la estructura social, de la sociedad estamental a la sociedad de clases.
La revolución liberal burguesa supuso la transformación de la sociedad estamental en la de clases capitalistas. Todos los individuos son ciudadanos iguales ante la ley. El único criterio importante de división social es el económico. El ascenso a las clases sociales viene determinado por los cambios en la situación económica.
La media y baja nobleza del Antiguo Régimen desaparece y se funde en las nuevas clases sociales. La alta nobleza conservó sus títulos, sin privilegios feudales y se integró en los grupos dirigentes de la nueva sociedad. Los nobles se apropiaron de las tierras de sus viejos señoríos. La alta burguesía fue la nueva clase, que se benefició con la compra de las tierras desamortizadas con las inversiones en industrias y ferrocarriles. Se construyó así una oligarquía terrateniente industrial y financiera.
Las clases medias eran un grupo heterogéneo formado por la pequeña burguesía, funcionarios y profesionales liberales. El campesinado seguía siendo mayoritario y en el sur abundan los jornaleros agrícolas. El proletariado urbano fue la nueva clase en aumento, aunque minoritaria y nutrida por el éxodo rural y los antiguos artesanos arruinados.