El Reinado de Fernando VII: Absolutismo, Represión y Conflictos Dinásticos en España
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Fernando VII es tradicionalmente considerado uno de los monarcas más nefastos de la historia española. Hombre zafio, hipócrita y cruel, hizo cuanto estuvo en sus manos para mantenerse a toda costa en el poder y para dar continuidad a una monarquía absoluta que ya no respondía a las necesidades históricas de cambio. A su muerte, dejó un país dividido y un conflicto dinástico que ensangrentaría España entre 1833 y 1876.
El Sexenio Absolutista (1814-1820)
En 1813, por el Tratado de Valençay, Fernando VII recupera el trono. Todo parece conducir a la restauración del absolutismo:
- El contexto internacional era favorable: coincidiendo con el final del Imperio Napoleónico, las potencias europeas, reunidas en el Congreso de Viena, restablecen el absolutismo y crean la Santa Alianza, organización militar encargada de salvaguardar el nuevo orden internacional.
- Cuando retorna a España, Fernando VII es acogido con entusiasmo por el pueblo al grito de «¡Vivan las cadenas!».
- En abril de 1814, en Valencia, un grupo de diputados absolutistas se dirigen al rey con el Manifiesto de los Persas (texto 8), en el que reclaman la abolición de la legislación liberal y el retorno al absolutismo.
- Tan solo un día después, Javier Elío, capitán general de Valencia, incita al rey a proclamar la monarquía absoluta.
Consecuencias del Retorno al Absolutismo
La consecuencia de todo lo anterior es que, mediante el Decreto de 4 de Mayo, Fernando VII suprime la obra legislativa de las Cortes de Cádiz. El retorno del absolutismo supone:
- El retorno al modelo del Antiguo Régimen (Inquisición, régimen señorial, gremios, fin de la desamortización). Los tímidos intentos de introducir alguna reforma para, por ejemplo, mejorar la situación de la Hacienda, fracasan por la oposición de los sectores privilegiados. Así ocurrió con el proyecto de contribución única de Martín de Garay, que fracasó por la oposición de los privilegiados.
- Una época de feroz represión antiliberal que da lugar al exilio de miles y miles de liberales, que marchan a Francia o Inglaterra.
- La formación de la camarilla, una especie de gobierno paralelo integrado por amigos y allegados personales del rey, gente por lo general de poca formación intelectual y escasa calidad moral que ejercía una influencia determinante en las decisiones del rey.
Como consecuencia de la represión y de la imposibilidad de que los liberales pudieran acceder al poder por la vía legal, se suceden los pronunciamientos (Porlier en La Coruña, Lacy en Barcelona, Vidal en Valencia...) y conspiraciones, como la del Triángulo, con participación masónica, que fracasan, hasta el triunfo del pronunciamiento de Riego en 1820.