El Reinado de Felipe II y la Sociedad Gallega en los Siglos XVI-XVII
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El Reinado de Felipe II (1556-1598)
Su hijo y sucesor, Felipe II (1556-1598), el segundo Austria Mayor, a diferencia de su padre que pasó mucho tiempo por Europa, gobernará desde Castilla, creando una capital permanente en Madrid. Centrado en las posesiones hispánicas (ya que los dominios imperiales pasaron a manos de su tío Fernando de Austria), más en los recién adquiridos dominios portugueses (tras un conflicto sucesorio en el país vecino que se resuelve en su favor en 1580), mantendrá esa obsesión heredada por presentarse como líder de la cristiandad católica. Combatirá a los protestantes calvinistas de las rebeldes Provincias Unidas de Flandes, verdadero quebradero de cabeza de los Tercios españoles; a la monarquía francesa; a los turcos musulmanes (batalla de Lepanto); y a la monarquía anglicana inglesa de Isabel I, adalid de la lucha antihispánica y apoyo de todos aquellos que le hicieran frente a los Austria en el continente.
En 1588, Felipe decide enviar una poderosa flota, la llamada Armada Invencible, compuesta por 127 navíos a la costa inglesa, mas la expedición fracasa estrepitosamente, marcando para algunos historiadores el comienzo de la decadencia en la política exterior hispana. Estos enormes gastos derivados de las campañas bélicas llevadas a cabo por los Austrias Mayores, así como la incapacidad de gestionar el tesoro americano (se declaran varias bancarrotas en su reinado), y el desinterés de la nobleza y clero español en invertir sus beneficios en actividades productivas como el comercio o la industria, determinan el paso a un siglo XVII dominado por la idea de atraso, decadencia y crisis.
La Sociedad Gallega en los Siglos XVI-XVII
La Galicia de los siglos XVI-XVII, al igual que el resto de territorios de la Monarquía hispánica, presenta las características básicas del sistema feudal:
- Sociedad estamental muy jerarquizada y con escasas oportunidades de ascenso social.
- Desigualdad ante la ley.
- Liderada por sectores privilegiados rentistas: la nobleza y el clero, organizados en señoríos territoriales y jurisdiccionales sobre sus feudos, y que viven fundamentalmente de la cobranza de rentas a los campesinos que trabajaban las tierras de estos.
En relación con esta realidad, cabe destacar el papel de los fidalgos, una suerte de baja nobleza que aparece durante el crecimiento demográfico del XVI entre los grandes señores y los campesinos, haciendo de intermediarios en el cobro de las rentas, aumentando su patrimonio e importancia social, visible en sus pazos. Esto sucede ya que para muchos grandes señores todo lo que supusiera evitar el trabajo manual era dignificante, por lo que arrendaban esta gestión a los fidalgos.
Características de la Población Gallega
La población gallega, al igual que el conjunto peninsular, es joven, presentando una esperanza de vida corta, alrededor de los 40 años. Más de 4/5 del total vive en el ámbito rural, es analfabeta (las mujeres en su práctica totalidad) y trabaja en las labores del campo, gestionando una economía agraria de subsistencia (importancia en la exigua dieta de las harinas de trigo y centeno, el vino, verduras, carne en el interior, poco consumo de carne…) trabajada con utensilios rudimentarios y con ausencia de fertilizantes e innovaciones salientables. Estos condicionantes explican que difícilmente se genere un excedente una vez los campesinos tienen que hacer frente a la gran cantidad de tributos sobre lo producido (diezmo eclesiástico) y al pago de las rentas forales. Estos pagos solían hacerse en especie. Debido a esta insuficiencia productiva, optaron por realizar otras tareas complementarias a las agrarias en la propia casa, como el hilado de lino, o decidieron emigrar a Castilla, Portugal o incluso a América por un tiempo corto o definitivo.
Transformaciones en el Siglo XVII
Esta situación muda a partir del siglo XVII cuando se consolidan los cultivos de dos productos americanos, maíz y patata, aumentando significativamente los niveles productivos y las tierras en labor, y con esto propiciando un crecimiento poblacional que mitiga la crisis demográfica del siglo XVII que afecta a toda la península. En la Galicia costera, la exigua producción de los minifundios se ve aliviada por el trabajo en el mar, que en todo caso tampoco permite superar el nivel de subsistencia para la mayor parte de los marineros, debido a problemas análogos a los de la agricultura (de hecho, las innovaciones relevantes a nivel técnico y organizativo en el terreno de la pesca llegan con los emprendedores catalanes en el siglo XVIII, con la introducción del arte del arrastre y las fábricas conserveras), si bien es cierto que los gremios de mareantes, como en el caso de Pontevedra, llegaron a tener relevancia económica dentro de su comunidad. Puertos como los de esta ciudad, Bayona, Vigo, Coruña… comerciaban con ciudades costeras españolas (Sevilla, Bilbao) y europeas como Lisboa, Oporto, Amberes, Ruan… exportando vinos, sardinas, pulpos, pescadas, castañas, cítricos… o importando cereales, aceite o sal.