El Reinado de Felipe II: La Hegemonía Española y los Conflictos del Siglo XVI
En contraste con el Imperio Universal de Carlos V, el reinado de Felipe II (1556-1598) se conoce como la Monarquía Hispánica. Felipe II centró sus esfuerzos en convertir a España en el centro de su imperio y en un estado hegemónico, renunciando al concepto de Imperio Universal, pero no a la defensa del Catolicismo, que entonces se enfrentaba al auge del Protestantismo (Luteranismo, Calvinismo, etc.).
La Política Heredada y los Primeros Conflictos
Felipe II ascendió al trono tras la abdicación de Carlos V y heredó sus compromisos políticos, entre ellos, la guerra contra Francia. En 1558, Felipe II obtuvo la victoria en la Batalla de San Quintín, lo que condujo a la Paz de Cateau-Cambrésis, motivada por el agotamiento financiero de España (bancarrota de 1557) y el inicio de las Guerras de Religión en Francia.
La Ofensiva Turca y la Batalla de Lepanto
Hacia 1570, la ofensiva turca en el Mediterráneo se intensificó. Tras la conquista de Chipre por los turcos, Venecia solicitó ayuda a España. Venecia, España y el Papado formaron la Liga Santa, liderada por Don Juan de Austria, quien derrotó a los turcos en la Batalla de Lepanto (1571). Esta victoria frenó el avance turco, pero no logró erradicar la amenaza de los piratas berberiscos del Norte de África.
El Conflicto en los Países Bajos
El conflicto en los Países Bajos, con causas económicas, políticas y religiosas, fue uno de los más importantes del reinado de Felipe II. El norte calvinista se enfrentó al sur católico, y Felipe II luchó por la uniformidad religiosa católica. La rebelión de las Provincias Unidas de Holanda en 1568 marcó el inicio de la Guerra de Flandes (1568-1648). El Duque de Alba, enviado por Felipe II, ejecutó a los líderes rebeldes. Esta guerra, caracterizada por largos asedios, representó un gran desgaste para los tercios españoles y la hacienda.
El Desafío Inglés y la Armada Invencible
En la década de 1580, Inglaterra se unió a los enemigos de Felipe II. La Inglaterra isabelina desafiaba el poder marítimo español en el Atlántico y el monopolio comercial con América. El apoyo inglés a los rebeldes holandeses y la diferencia religiosa (Inglaterra era protestante) llevaron a Felipe II a organizar la Armada Invencible (1588), que fracasó en su intento de invadir Inglaterra. Esta derrota significó la pérdida de la hegemonía marítima española en el Atlántico.
Intervención en las Guerras de Religión Francesas
Los últimos años del reinado de Felipe II estuvieron marcados por su intervención en las Guerras de Religión en Francia. Felipe II apoyó a la Liga de Guisa, católica, contra los hugonotes (protestantes), buscando debilitar y controlar a Francia. La Paz de Vervins (1598) puso fin a la guerra y restauró la estabilidad en Francia.
Conflictos en la Península Ibérica
La Península Ibérica también experimentó conflictos durante el reinado de Felipe II.
- Rebelión de los Moriscos de las Alpujarras (1566): Los moriscos, acusados de colaborar con la expansión turca, se rebelaron ante la presión de las autoridades por la uniformidad religiosa. Don Juan de Austria sofocó la rebelión, y los moriscos fueron expulsados y dispersados por España.
- Incorporación de Portugal (1580-1581): Felipe II reclamó el trono portugués por herencia materna, con el apoyo de la alta nobleza. Portugal mantuvo sus leyes e instituciones. Esta unión representó la unidad política de la Península y la incorporación del imperio colonial portugués (Brasil, Indonesia, Molucas, etc.) al español.
El Absolutismo de Felipe II
Felipe II llevó al extremo el autoritarismo monárquico, practicando una política absolutista. Esto generó conflictos con la Corona de Aragón, de tradición pactista. El caso de Antonio Pérez, secretario aragonés de Felipe II acusado de corrupción, desencadenó una rebelión en Aragón en defensa de sus fueros. Felipe II reprimió la rebelión por la fuerza, ejecutando a Juan de Lanuza, Justicia de Aragón.