Regulación del Sueño: Homeostasis y Ritmo Circadiano para un Descanso Óptimo

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El Sueño: Un Proceso Vital

Lo habitual es que el ser humano se mantenga despierto aproximadamente 16 horas durante el día y duerma 8 horas, coincidiendo con el período nocturno. No obstante, el sueño está regulado por factores individuales, ambientales y otros relacionados con el desarrollo embrionario, que varían de forma significativa de unos individuos a otros. Además, es crucial considerar dos procesos muy concretos: uno que favorece el sueño, denominado homeostasis del sueño, y otro que induce el estado de vigilia, conocido como ritmo circadiano. De hecho, la regulación de los procesos de sueño-vigilia se basa en la interacción entre la homeostasis del sueño y el ritmo circadiano; este último influye en el horario del sueño, mientras que los mecanismos homeostáticos regulan la necesidad intrínseca de dormir.

La Homeostasis del Sueño: El Regulador Interno

La homeostasis es el principal mecanismo regulador fisiológico del organismo. Se trata del conjunto de fenómenos de autorregulación, cuya finalidad es mantener relativamente constantes la composición y las propiedades del medio interno de un organismo. Los mecanismos homeostáticos también rigen los tiempos de sueño y vigilia. Este proceso homeostático opera de la siguiente manera: cuando necesitamos dormir, nos induce somnolencia; y cuando hemos descansado lo suficiente, nos permite despertar. De este modo, cuantas más horas permanecemos despiertos, mayor es la necesidad de dormir; y cuantas más horas dedicamos al sueño, menos intensa se vuelve esa necesidad.

El Ritmo Circadiano: Nuestro Reloj Biológico

Las diferentes especies animales, incluida la humana, organizan muchas de sus funciones en ciclos periódicos asociados a variaciones en los parámetros fisiológicos. Cuando estas fluctuaciones tienen una periodicidad constante, se consideran ritmos biológicos y son generados por un mecanismo interno del organismo. Estos ritmos sincronizan funciones como la temperatura corporal, el latido cardíaco, la secreción de hormonas o el sistema endocrino. Cuando la oscilación de estas variables sigue una pauta cercana a las 24 horas se denomina ritmo circadiano. El ciclo sueño-vigilia es el más notorio de nuestros ritmos circadianos. Este ritmo actúa como un mecanismo regulador del sueño, funcionando con propiedades análogas a las de un reloj. El cuerpo se rige por este reloj endógeno o marcapasos biológico, que establece los tiempos de actividad y reposo.

La regulación circadiana supone que, independientemente del tiempo pasado en estado de vigilia, la necesidad de dormir varía según la hora del día en que nos encontremos. En los individuos con un patrón sueño-vigilia coincidente con el ciclo noche-día, la necesidad más intensa de dormir suele manifestarse en la franja nocturna, aproximadamente entre las 3:00 y las 4:00 de la madrugada.

Factores que Influyen en el Sueño

Factores Sensoriales

La percepción o actividad (consciente) visual, auditiva, olfativa, el deseo sexual, el hambre y el dolor mantienen a las personas en estado de vigilia o provocan el despertar, mientras que su ausencia favorece el sueño.

Factores Ambientales

Se refieren al entorno donde se duerme y a las condiciones específicas que este presenta.

Factores Individuales o Conductuales

Se relacionan con la forma y el momento de dormir, así como con las acciones que se realizan para conciliar el sueño.

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