El Régimen Franquista: Naturaleza, Apoyos y Evolución (1939-1975)
Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Historia
Escrito el en español con un tamaño de 21,82 KB
La Naturaleza y los Apoyos del Régimen Franquista
La Naturaleza de la Dictadura Franquista
Los rasgos propios y permanentes del franquismo fueron tres: el carácter de dictadura personal, el unipartidismo y la división permanente del país entre vencedores y vencidos. El franquismo constituyó una versión del fascismo en España. Se trataba de la construcción de un Estado nuevo, surgido de la crisis del sistema liberal de la década de 1930. Este Estado se definía por la sumisión a un caudillo, la represión, la negación de las libertades básicas, la falta de garantías jurídicas, la crítica superficial al capitalismo y la celebración de grandes concentraciones de militantes uniformados. El franquismo tuvo que ir adaptándose a las nuevas circunstancias, pero nunca renunció a sus principios básicos.
A diferencia del nazismo alemán o del fascismo italiano, el Ejército tuvo una influencia mayor y la presencia del catolicismo en las formulaciones doctrinales fue mucho más que importante. También se diferenciaba de los totalitarismos europeos en que no planteó ni practicó los principios racistas característicos de los primeros, aunque apelaba a la raza y denostaba a los judíos.
Fundamentos Ideológicos
Ideológicamente, el régimen se caracterizó por:
- El anticomunismo, extendido a los llamados "rojos", y que abarcaban desde la extrema izquierda revolucionaria hasta la burguesía democrática por moderada que fuera.
- Contra el capitalismo y el comunismo, el régimen plantearía en el plano doctrinal una tercera vía, el nacionalsindicalismo, cuya formulación no pasaría de la retórica de algunas leyes y discursos. En la práctica, el franquismo fue capitalista, si bien su ideario socioeconómico constituía una amalgama de los principios liberales sobre la propiedad y los controles sindicales, laborales y políticos del fascismo.
- Identificación de la dictadura con el catolicismo, hasta el punto de que se ha generalizado el término nacionalcatolicismo para etiquetar al régimen. Era una ideología que consideraba consustancial al ser español la fe católica y legitimaba a Franco como Caudillo de España por la gracia de Dios. Desde el inicio de la guerra, la jerarquía católica se identificó con la sublevación, bautizando la causa nacionalista como cruzada. Su influencia en la educación era absoluta, desde la obligatoriedad de la enseñanza religiosa en todos los niveles, hasta la titularidad de una gran parte de los colegios. Además, tenía plena competencia en materia de censura y se impuso una estricta moral católica pública y privada.
- El tradicionalismo, imponiendo la unidad de la Patria como valor sacrosanto. Las referencias al imperio eran constantes: se exaltaban los valores de la Reconquista, las figuras de los Reyes Católicos, de Carlos V o de los conquistadores. Se identificaron como antiespañoles la democracia, el liberalismo y la autonomía de las regiones: se prohibió el uso de cualquier lengua que no fuera el castellano y se abolieron los órganos de autogobierno.
- El orden que Franco estableció no se concibe sin el ejército, a cuyos oficiales asignó un papel relevante y cuya importancia se refleja en el autoritarismo del régimen. Las decisiones se transmitirían a la vida política, social y económica, con autoridad y jerarquía, de acuerdo con el ideario militar. Según Franco, el ejército era el núcleo de la esencia nacional. A pesar de esta militarización, Franco apenas recurrió al ejército para controlar la calle. Los símbolos militares y la organización castrense impregnaron muchas manifestaciones de la vida cotidiana: la vestimenta militar, los emblemas, la exaltación de la bandera o el himno nacional.
- El nacionalismo español, fruto del pensamiento falangista y tradicionalista, y en contra de la República que había accedido a las exigencias autonomistas de catalanes y vascos.
Consecuente con su ideología antiliberal, el franquismo estableció un único partido. El concepto de "democracia orgánica" con el que el régimen se autodefinía, implica que la representación política la constituyan no los individuos, sino las que se suponen ser las unidades orgánicas de la sociedad, mediante la designación y elección indirecta de los sindicatos.
Los Apoyos de la Dictadura
Fueron el Ejército, la Iglesia, la Falange, los tradicionalistas y la derecha más conservadora. Franco pudo arbitrar con eficacia el juego político de las diversas "familias" del régimen, sin comprometerse con ninguna y haciendo la vista gorda ante la corrupción.
- El ejército: los militares fueron el apoyo más decidido y fiel del franquismo. Muchos venían del ejército, de la Guardia Civil y de la Policía Armada.
- La iglesia: la jerarquía eclesiástica y la mayoritaria del clero fueron el poder legitimador de la dictadura ante la opinión católica nacional e internacional. A cambio de este apoyo, la Iglesia obtuvo importantes concesiones, pero a partir del Concilio Vaticano II, inició un distanciamiento progresivo con respecto al régimen.
- La Falange y los tradicionalistas o carlistas constituyeron también pilares ideológicos fundamentales del sistema franquista. Las dos fuerzas, especialmente la Falange, formaron el poder organizador social y sindical del régimen.
- Otros apoyos sociales: de los terratenientes, los financieros, los empresarios, los pequeños y medianos propietarios agrarios y la clase media de las zonas rurales, entre otros.
El Proceso de Institucionalización
La dictadura franquista pasó por tres fases políticas:
1. La Fase Totalitaria (1939-1959)
Caracterizada por el retroceso económico, la involución ideológica y la dureza de la represión. Se suelen distinguir 3 fases:
La Segunda Guerra Mundial (1939-1945)
La Segunda Guerra Mundial condicionó la política interior del régimen franquista. España se declaró neutral, pero pasó de la neutralidad a la no beligerancia, sin esconder su abierta simpatía por las potencias del Eje. Franco envió a la División Azul a luchar contra la URSS y, durante ese periodo, se multiplicaron los signos externos que identificaban el franquismo con el fascismo. La dictadura se dotó de dos nuevas figuras: las Cortes, que se reunieron por primera vez el 17 de marzo de 1943, y el Fuero de los Españoles, promulgado el 17 de julio de 1945.
Las Cortes estaban compuestas por 424 procuradores; la mitad designados por el jefe del Estado; la otra mitad por altas jerarquías cercanas al caudillo.
El Fuero de los Españoles era una especie de sucedáneo de constitución. El artículo 33 especificaba que ninguno de estos derechos se podía aprovechar para atacar la unidad espiritual, nacional y social de España y en el artículo 35 se daban poderes al régimen para suspenderlos.
El Aislamiento Internacional (1945-1950)
Al final de la Segunda Guerra Mundial, la dictadura franquista quedó aislada internacionalmente. Las grandes potencias vencedoras consideraban a España como el último reducto europeo del fascismo. La ONU no admitió que el régimen franquista formase parte de ella y cerró la frontera con España. Además, los países miembros retiraron los embajadores de España, excepto Argentina.
Franco presentó este aislamiento ante la opinión pública española como una conjura internacional de los enemigos del régimen. Tomó algunas medidas para mejorar la imagen del régimen, como la promulgación de la Ley de Sucesión. Según esta ley, España se convertía en un reino, pero el jefe del Estado continuaba siendo Franco a perpetuidad, quien quedaba facultado para designar a su sucesor, a título de rey, cuando lo creyera oportuno. Se creaban dos nuevas instituciones: el Consejo de Regencia y el Consejo del Reino.
Respecto a su sucesión, era bastante significativo que en 1948 consiguiera que el príncipe Juan Carlos se educara en España bajo su tutela.
Intensificación de la Guerra Fría (1950-1959)
La tensión creciente entre EEUU y la URSS dio un valor político importante al anticomunismo del régimen español. Esto comportó un cambio de actitud de EEUU hacia la dictadura franquista, cuya banca concedió un préstamo al gobierno español. En 1950, la ONU anuló el aislamiento; en 1952, España era admitida en la UNESCO, y EEUU firmaba el Pacto de Madrid, por el que se creaban bases militares estadounidenses en España. Ese mismo año (1953), el Vaticano firmó con España el Concordato. En 1955, España era admitida en la ONU como miembro de pleno derecho.
Un reflejo de esta consolidación fue también la promulgación en 1958 de la Ley Fundamental de Principios del Movimiento Nacional. Cualquier persona que accediera a un cargo público tendría que aceptarlos. En esta ley se mantenía la vigencia de algunos principios falangistas y se declaraba que estos principios eran permanentes e inalterables.
2. La Fase Tecnocrática (1959-1969)
Se caracterizó por la inclusión en el Gobierno de los llamados tecnócratas. Se experimentó una modernización acelerada de la economía y de la sociedad española, pero no fue acompañada de cambios en el sistema político, a pesar de la promulgación de la Ley de Prensa, propiciada por Manuel Fraga. También se promulgó la Ley de Libertad Religiosa, aunque oficialmente el Estado continuaba manifestándose católico.
Una atención especial merece la Ley Orgánica del Estado, una especie de constitución franquista con la que se quería asegurar la pervivencia del régimen después de la muerte del dictador. De acuerdo con esta ley, Franco designó como sucesor al príncipe Juan Carlos, que aceptó ante las Cortes el 23 de julio de 1969.
Con el fin del aislamiento internacional, España se integró en una serie de organismos, básicamente económicos, como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial o la OCDE, además de firmar acuerdos comerciales y políticos con Alemania y Francia. Las relaciones internacionales se fueron normalizando.
3. La Fase de Descomposición (1969-1975)
Un primer síntoma fue el evidente deterioro físico de Franco, que cada vez delegaba más poder de decisión en Carrero Blanco. Otros signos fueron el distanciamiento progresivo de parte de la Iglesia y la capacidad movilizadora de la oposición.
Tensiones Internas
La decadencia también se evidenció por las tensiones continuas entre dos sectores del régimen: los inmovilistas y los aperturistas. Además, el régimen chocaba con contradicciones insalvables. La parálisis política se agravó a partir del 20 de diciembre de 1973 con el asesinato por ETA, en Madrid, del almirante Carrero Blanco.
El Gobierno de Arias Navarro
Su política se caracterizó por una mayor represión, que aumentó al constatarse la existencia de la Unión Militar Democrática.
En los años 70, las democracias occidentales terminaron por aceptar el régimen, pero la normalización de las relaciones económicas y diplomáticas se acompañó de la exclusión de las instituciones políticas. En septiembre de 1975, el Gobierno de Arias Navarro ejecutó cinco sentencias de muerte de militantes del FRAP y ETA, que suscitaron una gran protesta internacional, a la que se sumó el papa Pablo VI; 13 países retiraron sus embajadores y se suspendieron numerosas relaciones políticas y culturales. Se volvió al aislamiento internacional y moral de los años 40. El régimen reaccionó con una manifestación donde Franco pronunció su último discurso.
Represión y Oposición
La Represión Política, Social y Cultural
La represión contra los movimientos democráticos y de izquierdas se articuló mediante dos leyes: la Ley de Responsabilidades Políticas (1939) y la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo. Según estas leyes, los presuntos delitos quedaban sometidos a la jurisdicción militar. El régimen continuó aplicando la pena de muerte hasta el final. Así, en 1963, el régimen hizo fusilar al dirigente comunista Julián Grimau, sin hacer caso de las protestas y de las peticiones de indulto internacionales. También en aquel año se creó el Tribunal de Orden Público para juzgar los delitos políticos. Uno de los juicios más famosos del TOP fue el llamado Proceso 1001 contra los dirigentes de las entonces ilegales Comisiones Obreras.
Un terror frío se cebó en el mundo administrativo, docente y cultural mediante las depuraciones, siendo el mecanismo más utilizado la delación. La arbitrariedad y la aberración jurídica se hicieron más evidentes. Decenas de miles de funcionarios fueron separados de sus puestos.
La represión cultural se practicó por medio de la censura y manipulación de los libros de texto, en los que se tergiversaba la historia y solo se propagaban valores conservadores.
La Oposición
En España destacan tres frentes en la lucha antifranquista:
- El movimiento obrero: la actividad clandestina de pequeños grupos del PCE, PSOE y CNT nunca se interrumpió. Incrementaron su presión sobre el régimen en la fase de aislamiento con actos como las huelgas en Cataluña y el País Vasco, pero disminuyó durante los años 50.
- Los monárquicos: practicaron una oposición basada en la conspiración. El movimiento más difícil para el dictador se produjo en 1943, cuando los tenientes generales pidieron la restauración de la monarquía. Dos años después, Juan de Borbón solicitaba a Franco que restaurara la monarquía en su persona.
- Los maquis: se constituyeron a partir de dos grupos diferentes. El primero, cuyo objetivo era continuar la guerra esperando el momento oportuno que permitiera una ofensiva exterior contra la dictadura. El segundo lo constituían las unidades que habían luchado victoriosamente contra los alemanes en Francia y que intentaban trasplantar aquella experiencia a España. Entre 1944 y 1950 intervinieron en varias zonas, siendo su acción más espectacular la ocupación del valle de Arán.
El Cambio de Orientación
En los años 50, la oposición interna experimentó tres cambios significativos: la renuncia a la práctica violenta, la transformación social y generacional de sus miembros y el impulso de la actuación opositora en las universidades y en el seno de los sindicatos franquistas. Las acciones más frecuentes de la oposición eran las convocatorias de huelga, entonces ilegales, en las que se reivindicaban mejoras económicas. Frente a estas acciones, el régimen endureció la represión mediante la Ley contra el Bandidaje y el Terrorismo y la Ley de Orden Público, y, por otra, aceptó cierta flexibilidad respecto a las demandas salariales con la Ley de Convenios Colectivos.
La Oposición desde la Fase Tecnocrática hasta el Final de la Dictadura (1959-1975)
Se manifestó en 1962 con el Congreso de Múnich. Franco hizo encarcelar o desterrar a los participantes de aquella reunión cuando volvieron a España. La oposición se caracterizó por:
- La continuación de la conspiración monárquica impulsada por personas vinculadas a don Juan de Borbón.
- Un fortalecimiento paulatino de la oposición y de críticas al régimen que se extendió a toda la sociedad.
- Las acciones terroristas del FRAP y ETA.
En las protestas de los trabajadores y estudiantes se mezclaron las reivindicaciones económicas y laborales con las políticas. Fue también durante esa época cuando el PCE, liderado por Santiago Carrillo, y el PSOE, por Felipe González, se configuraron como los partidos más importantes de la clandestinidad. La mayoría de las organizaciones de izquierda se habían agrupado en dos plataformas: la Junta Democrática y la Plataforma de Convergencia Democrática, que pusieron de manifiesto que la alianza antifranquista unía a diversas clases sociales. La sociedad esperaba la muerte del dictador para plantear alternativas políticas que reimplantaran la democracia.
La Evolución Económica
La Larga Posguerra (1939-1959)
La Guerra Civil trajo consigo una gran devastación y unos costes económicos elevados. Al estancamiento se le unió el aislamiento internacional. Pero no era normal que el estancamiento y la depresión económica perdurasen durante casi 20 años. Así que, entre 1939 y 1954, la mayor parte de la población trabajó más que antes de la guerra, pero las condiciones laborales y su nivel de vida eran más bajos. Solo se llegó al nivel de 1935 a partir de 1953/54, cuando se inició un ligero crecimiento.
La Autarquía
Tiempo de hambre y miseria. El primer franquismo optó por la autarquía económica, caracterizada por dos hechos: la voluntad de aislarse económicamente del exterior y la limitación de las importaciones y exportaciones para aprovechar los recursos económicos propios.
Se creó el INI (Instituto Nacional de Industria) con el propósito de fabricar aquellos productos necesarios que la empresa privada no estaba en condiciones de producir. Se convirtió en una fuente de déficit público. Pero el objetivo de aprovechar los recursos propios resultó imposible. La intervención del Estado en la producción y en la distribución de bienes de trabajo trajo consigo la falta de alimentos, su racionamiento y la existencia de un mercado negro.
En definitiva, la autarquía supuso un incremento de las desigualdades sociales, un empobrecimiento general de la mayoría de la población, una progresiva corrupción de la administración pública y una falta de estímulo para el progreso de la producción industrial.
La Década de los 50
España empezó a recuperar la situación económica de 1935. Se suprimieron algunas medidas intervencionistas. Esto, junto con el fin del aislamiento internacional y el inicio de la ayuda estadounidense, permitió un crecimiento económico moderado. El crecimiento de esta década no fue equilibrado y tuvo dos consecuencias destacadas: un aumento importante de la inflación y, por otra parte, el pago de las importaciones, que hacían disminuir las reservas de divisas del Estado hasta llegar a la insolvencia, situación que planteó la necesidad de un Plan de Estabilización.
La Expansión Económica (1959-1973)
El Plan de Estabilización inició el “milagro español”. A finales de los años cincuenta, la situación económica de España era muy preocupante. Ante esta situación, en 1957 Franco incorporó al gobierno a los tecnócratas, quienes prepararon el Plan de Estabilización y Liberación, que pretendía frenar la inflación y liberalizar el sector exterior.
El Plan de Estabilización consistió en la modificación de la autarquía y en el establecimiento de las bases para convertir la economía española poco a poco en un sistema capitalista clásico. En los primeros meses, los resultados fueron bastante negativos; los positivos empezaron a notarse a partir de 1961 y de manera espectacular a partir de 1963.
Causas de la Expansión Económica
El Producto Industrial creció cerca del 160% y la renta per cápita aumentó notablemente, pasando a ser un país industrializado. La expansión propició la llegada de un número creciente de turistas extranjeros. Este fenómeno estuvo muy relacionado con la dura devaluación de la peseta provocada por el Plan de Estabilización. Por otra parte, el hecho de que la mano de obra fuera más barata que en el extranjero y de pagar menos impuestos, sirvió para atraer el capital extranjero. También la expansión económica europea llevó a muchos españoles a ir a trabajar a Europa.
Otra causa de la expansión fueron los tres planes de desarrollo mediante los cuales el Estado estimulaba al capital privado a invertir a través de ayudas, subvenciones… Además, el Estado invertía para acondicionar los llamados polos de desarrollo en nuevas ciudades industriales.
La Crisis
La expansión se frenó a partir de 1973 por una crisis que comenzó por causas externas. El primer resultado de la crisis fue la inflación, la segunda consecuencia el aumento del déficit comercial y la tercera el aumento del déficit presupuestario. En los últimos años se produjo un endurecimiento del régimen y el aumento de la presión reivindicativa de sectores importantes de la sociedad.
Epílogo: La Muerte de Franco
Franco murió el 20 de noviembre de 1975. En su testamento político, reiteraba las ideas básicas que habían sido la esencia de su régimen. Con su muerte acabó la dictadura más larga de España y el país se abría a un destino incierto. Sin embargo, el régimen político del franquismo desapareció con una sorprendente rapidez. Los partidos políticos que se presentaron a las primeras elecciones explícitamente como herederos de la herencia franquista apenas tuvieron diputados. Gracias al esfuerzo de las mujeres y hombres de la oposición, la transición democrática fue posible de una manera relativamente rápida y sin costes excesivos. Después de casi 40 años, España regresaba al seno de los países democráticos.