El Régimen Franquista: Características, Evolución y Contexto Internacional (1939-1975)
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El Régimen Franquista: Características y Consolidación del Poder
Características del Régimen
La complejidad del régimen franquista no impide definirlo como una dictadura personal que suprimió derechos y libertades, con un carácter represor y sin una ideología elaborada. El régimen adoptó símbolos, leyes e instituciones fascistas, algunas de las cuales perduraron hasta el final. Otras desaparecieron a lo largo de los años, especialmente tras la derrota de los fascismos en la Segunda Guerra Mundial. En ese momento, Franco modificó su discurso, negó el carácter fascista de su régimen y lo presentó como algo propio de España, sin conexiones con otros regímenes.
Concentración de Poder en Franco
Al finalizar la guerra, Franco ostentaba los cargos de generalísimo de los ejércitos, jefe del Estado, del gobierno y del partido único. El 9 de agosto de 1939, asumió el poder legislativo para ejercerlo "cuando razones de urgencia así lo aconsejen". Su poder absoluto fue objeto de culto a la personalidad al estilo fascista, exaltado por las instituciones del Estado, la Iglesia y la prensa. Esta mística del poder lo eximía de cualquier control y solo respondía "ante Dios y ante la Historia". El carácter providencial de su poder se acuñaría a partir de 1947 en las monedas con su busto: "Francisco Franco, caudillo de España por la gracia de Dios".
Órganos Consultivos y Estructura del Estado
El gobierno formado el 8 de agosto de 1939 reunía las tendencias ideológicas del régimen y emprendía la tarea de consolidar el Estado, cuya estructura político-doctrinal asumía los principios del Movimiento Nacional. Franco contó con dos órganos consultivos para apoyar su labor de gobierno, en los que se reunían las máximas autoridades del Régimen:
- Consejo Nacional del Movimiento (1937): Funcionaba como una segunda cámara o cámara alta, consultiva, integrada por los máximos dirigentes del Estado, todos del partido único.
- Consejo del Reino (1947): Compuesto por altos funcionarios, obispos, militares, etc. Actuaría como regencia en caso de fallecimiento o enfermedad grave de Franco y le propondría una terna de tres nombres para que eligiera al Presidente del Gobierno.
Las Leyes Fundamentales
Franco fue muy reacio a fijar las atribuciones del poder y tampoco se dotó de una constitución, que le recordaba al sistema liberal. En su lugar, promulgó una serie de Leyes Fundamentales, confusas y a veces contradictorias, que organizaron los poderes del Estado. Siete de esas leyes fueron promulgadas entre 1936 y 1967. La última se promulgó tras la muerte de Franco y su objetivo fue iniciar la transición, llevando a cabo la reforma política que condujo nuevamente a España a una democracia.
Ausencia de un Estado de Derecho
Todos aquellos principios que suelen considerarse constitutivos de un Estado democrático, como la separación de poderes o una vida judicial normalizada, fueron ignorados por las leyes franquistas. En su lugar, existió un control confesado del ejecutivo sobre el legislativo y del jefe del Estado sobre ambos. Además, todo el entramado judicial dependía de los ministerios. Por otro lado, la existencia de tribunales de excepción, es decir, de las jurisdicciones especiales, rompía el principio de igualdad ante la ley y negaba el Estado de derecho.
Control Territorial
En el plano territorial, el gobierno ejercía su poder mediante los gobernadores civiles de cada provincia, que además eran los jefes provinciales del Movimiento. También se restableció la estructura de las antiguas Capitanías Generales que la República había suprimido. En cada provincia había un gobernador militar como prueba de la dualidad del poder.
El Franquismo y su Contexto Internacional: De la Condena al Reconocimiento
La Resolución de la ONU de 1946
El texto es una declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) aprobada en Nueva York el 12 de diciembre de 1946. Se trata de un texto político, de fuente primaria, de carácter público, destinado al gobierno español, en el que se condena el régimen político impuesto en España por Franco al acabar la Guerra Civil española. La resolución se organiza en dos grandes ideas:
- En los dos primeros párrafos se exponen los razonamientos justificativos de su determinación.
- En los tres últimos párrafos, figura la resolución propiamente dicha.
Se destaca el carácter fascista y no representativo del régimen franquista, implantado con la ayuda de la Alemania nazi de Hitler y de la Italia fascista de Mussolini, potencias totalitarias que acababan de ser derrotadas al finalizar la Segunda Guerra Mundial. También se subraya el hecho de que Franco ayudó a estas dos potencias durante la guerra. Se señala la imposibilidad de admitir un régimen fascista de este tipo en la Organización de Naciones Unidas, y la prohibición de que España participara en los organismos de la ONU o relacionados con ella.
Se recomienda que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas estudie la manera de establecer un régimen democrático y representativo con libertad de expresión, religión y reunión en España si en un plazo breve el régimen franquista no desapareciera. Finalmente, se recomienda a todos los Estados miembros de las Naciones Unidas que retiren sus embajadores y establezcan un aislamiento diplomático al franquismo.
La Posición de España en la Segunda Guerra Mundial
Al inicio de la Segunda Guerra Mundial (1939), aunque el gobierno de Franco declaró la neutralidad, mostraba sus simpatías hacia Alemania e Italia, que le habían ayudado durante la Guerra Civil. Tras la victoria alemana sobre Francia (1940), Alemania e Italia sondearon las posibilidades de integrar a España en el conflicto y Franco se entrevistó con Hitler (1940) y con Mussolini (1941). Los falangistas eran partidarios de entrar en la guerra, mientras que otros sectores se mostraban contrarios, como los empresarios, la Iglesia, los monárquicos y una parte de los militares.
Se decidió que fuesen voluntarios españoles a apoyar a las tropas alemanas (División Azul), además de 10.000 españoles que fueron enviados a trabajar. España exportaba clandestinamente wolframio a Alemania, un mineral estratégico vital para la industria de la guerra. Como represalia, Estados Unidos embargó el envío de petróleo a España a finales de 1943, lo que provocó tensiones y graves problemas para la economía española.
El Cambio de Rumbo y el Aislamiento Internacional
En octubre de 1943, la guerra comenzó a ser claramente desfavorable para las potencias fascistas. Los gobiernos británico y americano presionaron al régimen de Franco para que se distanciara de los países del Eje. Franco retiró y disolvió la División Azul y volvió al estatus de estricta neutralidad de España. La definitiva derrota de los Estados fascistas en 1945 puso al régimen de Franco en jaque ante el temor de que los aliados pudiesen exigir su fin, al haber manifestado su apoyo a las potencias del Eje.
La posguerra mundial supuso para el franquismo una etapa de aislamiento y rechazo internacionales. La hostilidad de las democracias occidentales se puso de manifiesto a lo largo de 1945 y 1946, cuando la recién creada Organización de las Naciones Unidas (ONU) condenó el régimen de Franco. La persistencia del franquismo tuvo un enorme coste económico y político. España apenas recibió ayuda económica, no pudo beneficiarse del Plan Marshall (1947) y fue excluida de la recién nacida OTAN.
La Guerra Fría y la Aceptación Internacional del Régimen
A partir de 1947, la configuración de dos bloques antagónicos (URSS y Estados Unidos) y el inicio de la Guerra Fría, alteraron la situación internacional. Era más importante para los países aliados contar con un buen aliado que luchase contra el comunismo que presionar al sistema franquista para lograr la democratización. Poco a poco se aceptó internacionalmente al régimen. Estados Unidos se negó a imponer más sanciones económicas al franquismo. En 1950 se eliminó la resolución de retirada de embajadores de España.
En 1953 se firman los acuerdos con Estados Unidos y el establecimiento del Concordato con la Santa Sede, que afianzaba aún más la alianza con la Iglesia, al reconocérsele a ésta un estatus de privilegio. Con los acuerdos, los Estados Unidos lograron instalaciones militares en territorio español, a cambio de ayuda económica y técnica. Pero, sobre todo, el apoyo de Estados Unidos supuso la progresiva aceptación del régimen franquista internacionalmente.
Consolidación del Régimen y Transición a la Democracia
El levantamiento militar del 18 de julio de 1936 marcó el inicio de la Guerra Civil Española, un conflicto que llevó a Franco al poder. Después de asumir el liderazgo del Gobierno y la Falange, estableció un régimen autoritario que concentraba el poder en él, anulando la Constitución de 1931 y centralizando el Estado. Hubo una represión continua contra los derrotados y los opositores, con una fuerte censura de los medios de comunicación.
La FET y de las JONS se convirtió en el único partido político permitido, encargado de difundir la propaganda oficial y organizar apoyos sociales a través de diferentes ramas. El Ejército, con altos mandos en puestos políticos, garantizaba la estabilidad, mientras que la Iglesia promovía la doctrina nacional católica y se beneficiaba del estatus confesional del Estado.
Se introdujeron cambios para darle legitimidad jurídica al régimen, mediante la creación de las Leyes Fundamentales. Desde el Fuero del Trabajo de 1938 hasta la Ley de Reforma Política de 1976, se promulgaron varias leyes que estructuraron el Estado. La división territorial se mantuvo con gobernadores civiles y militares en las provincias, y capitanes generales en las regiones militares.
El Sindicato Vertical regulaba la actividad laboral, negando la lucha de clases y favoreciendo a la patronal. Estos elementos definieron el régimen franquista hasta la muerte de Franco y la posterior transición a la democracia.
Evolución del Régimen y Contexto Internacional Post-Segunda Guerra Mundial
Después de la Segunda Guerra Mundial, la Asamblea General de las Naciones Unidas emitió una resolución en diciembre de 1946, rechazando la entrada de España a la organización. Se argumentó que el régimen en España era fascista en su origen, estructura y comportamiento, respaldado por Hitler y Mussolini. Se destacó la naturaleza totalitaria del franquismo, con culto al líder, persecución de disidentes y falta de libertades básicas. Además, se mencionó la colaboración del régimen con el Eje Berlín-Roma, incluyendo el envío de tropas para apoyar al ejército alemán contra la Unión Soviética.
La resolución sostuvo que el gobierno franquista no representaba a toda la ciudadanía española y abogó por la ausencia de representación del régimen en la ONU hasta que España adoptara un sistema democrático. Se exigieron elecciones libres y el reconocimiento de las libertades públicas y los derechos humanos. Se advirtió que, de no cumplirse, el Consejo de Seguridad de la ONU tomaría medidas para instaurar la democracia en España. También se recomendó a los países miembros retirar a sus representantes de Madrid para aislar al régimen totalitario.
En respuesta, el régimen franquista intentó cambiar su imagen exterior, eliminando elementos fascistas y adoptando una retórica anticomunista durante la Guerra Fría. Aunque realizó cambios cosméticos, la dictadura franquista permaneció aislada internacionalmente hasta su reintegración en la ONU en 1953 y la firma del Concordato con el Vaticano. Internamente, durante los años de autarquía, España enfrentó escasez, hambre, represión política y corrupción. Ante el fracaso de esta política, el régimen implementó medidas liberalizadoras parciales a partir de los años 50. El año 1959 marcó un cambio significativo con la llegada al gobierno de tecnócratas del Opus Dei y la implementación de un Plan de Estabilización económica, impulsando el crecimiento económico conocido como "milagro económico español". Además, la visita del presidente Eisenhower a Madrid fortaleció la imagen de Franco como aliado contra el comunismo.