La Regencia de Isabel II: Claves de la Transición Liberal en España (1833-1843)
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Regencia de Isabel II: Un Periodo de Transformación (1833-1843)
Tras la muerte de su padre en 1833, Isabel II fue proclamada reina de España. Sin embargo, al ser menor de edad, se hizo necesaria una regencia. Al mando estuvo su madre, la reina María Cristina de Borbón-Dos Sicilias (1833-1841), y posteriormente el general Baldomero Espartero (1841-1843).
Pese a la Primera Guerra Carlista (1833-1840), se inició un proceso de reformas que, aunque inicialmente defendían el sistema liberal y la sociedad clasista frente al absolutismo, no siempre se alinearon con la Constitución de 1812. La regente apoyó al gobierno de Francisco Cea Bermúdez, que, aunque respetaba ciertos ideales, no satisfacía las demandas de cambio en algunos sectores. En 1834, fue sustituido por el gobierno de Francisco Martínez de la Rosa, del que formaba parte Javier de Burgos, quien llevó a cabo la división provincial de España en 49 provincias para el desarrollo económico. Esta reforma se implementó gradualmente para mantener el apoyo de la clase media hacia la reina.
Este periodo se caracterizó por la búsqueda de un equilibrio político. Se establecieron dos cámaras parlamentarias para evitar revoluciones y se implementó un censo electoral. Además, el rey ostentaba el poder legislativo, y la Corona y las Cortes compartían la soberanía. Al compartir el rey y las Cortes el poder, la opinión del pueblo se vio más vinculada. Sin embargo, la Constitución de 1812 fue considerada demasiado radical por algunos sectores, lo que llevó a su 'reducción' o a la aparición de documentos que la sustituirían.
El Estatuto Real de 1834
- El Estatuto Real de 1834 sirvió para convocar Cortes y se concibió como una carta otorgada para autolimitar el poder de la reina. Era una constitución incompleta, ya que carecía de una declaración de derechos. Su organización era la siguiente:
- Una Cámara de Próceres, formada por miembros de la realeza, la nobleza y ricos propietarios.
- Una Cámara de Procuradores, cuyos miembros eran elegidos mediante sufragio censitario.
En 1835, los progresistas ganaron influencia y abrieron el panorama político. Aunque se mantuvo el sufragio censitario, se propuso una ley que lo convertiría en directo para los mayores de 25 años, favoreciendo así a la sociedad urbana. Se buscaba apoyo para evitar un retorno a la Constitución de 1812. En 1836, un pronunciamiento militar, conocido como el Motín de La Granja, obligó a la regente a jurar la Constitución de 1812. Esto llevó a la formación del gobierno de José María Calatrava, que puso en marcha la redacción de la Constitución de 1837, diseñada para adaptarse a los nuevos tiempos. Sus características principales eran:
La Constitución de 1837
- Establecía un bicameralismo: la Cámara Alta (Senado), cuyos miembros eran nombrados por el rey, y el Congreso de los Diputados, donde los diputados eran elegidos por sufragio censitario directo.
- Ampliaba los derechos para los ciudadanos y, aunque aumentaba el poder de la Corona, se requería mayoría parlamentaria para evitar abusos del rey.
El Ascenso de Espartero y el Fin de la Regencia de María Cristina
Desde 1837, surgieron tensiones políticas. Los progresistas demandaban cambios, pero la regente María Cristina disolvía las Cortes para evitar que estos accedieran al gobierno. Esto provocó un aumento de la popularidad del general Baldomero Espartero, quien rechazaba la Ley de Ayuntamientos, ya que otorgaba a la Corona y al gobierno la facultad de elegir a los alcaldes 'a dedo'. Esta situación provocó que la Regente se exiliara en Francia, dejando el poder en manos de los progresistas. Espartero se convirtió en jefe de Gobierno y, posteriormente, en regente. Su labor se caracterizó por:
La Regencia de Espartero (1841-1843) y su Caída
- No logró una buena sintonía con el partido progresista y se enfrentó a numerosas conspiraciones políticas contra su gestión. Fue perdiendo popularidad, especialmente tras la supresión de los fueros vascos, lo que implicó la puesta en vigor de la legislación general en el País Vasco. Esta medida generó descontento y se extendió a Barcelona, donde el partido progresista se dividió. Una parte se unió a los militares progresistas, mientras estallaba una ola de pronunciamientos que lo obligaron a renunciar, al no comprender plenamente el lema “el rey reina, pero no gobierna”.
El Fin de la Regencia y la Mayoría de Edad de Isabel II
En 1843, se formó un gobierno provisional moderado que adelantó la edad de mayoría de edad de la reina Isabel II a los 13 años, dando inicio a su reinado efectivo y al gobierno liderado por el general Ramón María Narváez.